jueves, 30 de abril de 2009

Peregrinación, oración y meditación en la fiesta de San José Obrero


El Arzobispado celebra mañana la fiesta de San José Obrero con una peregrinación a pie por la ciudad


La Compañía de San José y la comisión diocesana de Laicos del Arzobispado de Valencia organizarán mañana una peregrinación a pie por la ciudad de Valencia, con motivo de la fiesta de San José Obrero, según informaron en un comunicado fuentes del Arzobispado. El recorrido comenzaerá a las 9.30 horas desde el puente de San José, ubicado entre las calles Guillem de Castro y Blanquerías, y concluirá en la parroquia de San José artesano, de la Ciudad Fallera de Valencia.
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Durante el itinerario se realizarán cuatro paradas en las parroquias de Santiago Apóstol, San Francisco de Asís, San Roque y Nuestra Señora de Tejada, en las que los peregrinos 'realizarán rezos y reflexiones en torno a la figura del santo y la espiritualidad josefina de los seglares', orientados por Giovanni Mascherpa, José Miquel Ibáñez y el profesor Miguel Payá Andrés, añadieron las mismas fuentes.

La Compañía de San José fue fundada en el año 1995 en Valencia, con motivo del V centenario del nacimiento de la devoción laical a San José en la ciudad. La asociación cristiana, que reúne a seglares devotos, pertenecientes a distintas nacionalidades, pretende 'promover la ciudad de Valencia como lugar de antigua devoción laical a San José, al que se le venera desde el año 1497', así como, 'fomentar el desarrollo de la laicidad cristiana', resaltaron.

La entidad, cuya sede central se ubica en Valencia, cuenta con sucursales en Milán, Zaragoza, Trento y Roma, donde organiza de forma anual una peregrinación josefina el día 19 de marzo.

Jueves 30 de abril de 2009

Tomado de:

miércoles, 29 de abril de 2009

Un especial sobre San José Obrero en Encuentra.com


Especial: San José Obrero

El portal católico de Encuentra.com (http://www.encuentra.com/) tiene, en su espacio virtual, un especial sobre San José obrero en el que se hallan temas como:

- La fiesta de San José Obrero
- San José Obrero
- El trabajo santifica
- Debilidad por acercarme al Obrero José

Un Ángelus del Papa Benedecto XVI (1° de mayo de 2005) y la Exhortación Apostólica del Papa Juan Pablo II: El Custodio del Redentor (Redemptoris Custos)

Todo esto lo puedes encontrar en el siguiente enlace:


P. Óscar Alejandro, m. j.

lunes, 27 de abril de 2009

Preparación para la fiesta de San José obrero en Gualeguay


Fiesta patronal de la parroquia San José de Gualeguay

Gualeguay (Entre Ríos) , 27 Abr. 2009

La parroquia San José de Gualeguay, que el próximo 31 de mayo celebrará sus bodas de oro, se prepara para vivir su fiesta patronal el próximo 1 de mayo con el lema: “San José es modelo del verdadero cristiano en su disponibilidad absoluta, obediencia y fidelidad al servicio de Dios”.

En estos días continúa la novena preparatoria; diariamente se celebra la misa a las 20 y cada día se propone un tema particular para la reflexión.

Hoy, miércoles 28 de abril, el tema de la reflexión es “José se ve privado de su libertad, exiliado con Jesús y María”, y a las 16.30 se celebrará una misa con enfermos y ancianos.

“Con José cuidamos la salud y educación” será el eje de las meditaciones de mañana, y se rezará especialmente por las comunidades educativas y de la salud.

El jueves 30 se reflexionará sobre el tema “José cumple su misión de Padre” y las oraciones estarán puestas especialmente en los que tienen a su cuidado personas y hogares, como los catequistas, maestros, etc.

A las 22 comenzará una solemne vigilia patronal dirigida por el grupo de hombres de esa comunidad.El viernes 1 de mayo se celebrará la fiesta en honor de San José Obrero. “Madre del Rosario y San José , patrono de los trabajadores, como humildes obreros pedimos que no nos falte el pan y el trabajo” será la oración de ese día, y a las 10.30 habrá una misa con participación de todos los sectores del trabajo.

Las celebraciones centrales comenzarán a las 16.30 con una solemne manifestación de acción de gracias y alabanzas por los 50 años de Evangelización.

Se realizará una procesión con la imagen del Santo Patrono y a continuación el obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, presidirá la Eucaristía.

En la oportunidad habrá además primeras comuniones y festejos populares.

Para mayor información: (03444) 424277 y psanjosegualeguay@gmail.com.+
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Tomado de:
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domingo, 26 de abril de 2009

Programa de la fiesta de San José Obrero en Ojuelos, Jalisco


Te presento el programa y la imagen del programa para preparar la fiesta de San José Obrero 2009 en Ojuelos Jalisco.

Fiesta en honor a señor San José del 22 de abril al 1 de mayo.

Mensaje:

"No basta la fe, sino que es preciso perseverar en la gracia santificante y en la caridad, permaneciendo en el seno de la Iglesia con el "cuerpo y con el corazón", es decir hace falta por decirlo con palabras de San Pablo: La fe actúa por la caridad (Gálatas 5, 6)".

Ecclesia de Eucharistia n. 36

Objetivo: Acrecentar nuestra devoción al señor San José, siguiendo su ejemplo para lograr que en nuestras familias se viva el amor y la paz como cristianos.

Lema: Siguiendo el ejemplo de San José, lograremos familias auténticamente cristianas".

Signo: Flores blancas y amarillas.

Horario para todos los días:

6: 30 a. m. Peregrinación y rezo del Rosario, del Templo de Guadalupe al Templo Parroquial.
7: 00 a. m. Santa Misa y confesión.
6: 00 p. m. Peregrinación con Carro Alegórico, salida del Templo de Guadalupe.
7: 00 p. m. Santa Misa y Confesión.

Todos los días habrá a las 8:00 p. m. Evento cultural en la Plaza San José y eventos deportivos.

Orden de las peregrinaciones

Día 22. Por la mañana: Zona 14. Por la tarde Salitrillo de González y Gachupines.
Día 23. Por la mañana: Zona 15. Por la tarde: Mestros, profesionistas y Presidencia Municipal.
Día 24. Por la mañana: Zona 16. Por la tarde: Comerciantes, Col. del Rosario y Coros.
Día 25. Por la mañana: Catequistas. Por la tarde: Niños, Catecismo, Deportistas.
Día 26. Por la mañana: Zona 17. Por la tarde: Campesinos, Granaderos y Jesús María.
Día 27. Por la mañana: Zona 18. Por la tarde: Grupo PROESA, Tercera Edad y Sector Salud.
Día 28. Por la mañana: Zona 20. Por la tarde: Los Alpes, Obreros, Jóvenes y Adolescentes.
Día 29 Por la mañana: Zona 21. Por la tarde: Providencia y Agua Gorda. Embotelladoras y Fábricas.
Día 30. Por la mañana: Zona 22. Por la tarde: Taxistas, Casa Jalisco y todos los fieles que radican en Estados Unidos.

Día 30 a las 9: 00 p. m. Santa Misa y Solemne Vigilia hasta las 00: 00 hrs. terminando con las mañanitas. por los coros de la Parroquia y ASsociaciones de Espiritualidad, junto con toda la comunidad.

Fiesta de nuestro patrono señor San José.

Día 1 de mayo:

7: 00 a. m. Rosario de Aurora, organizan: Acción Católica.
8: 00 a. m. Santa Misa. Pedimos por todos los bienechores de la Parroquia.
12: 00 a. m. Misa, pedimos por los ausentes, organizan todas las Asociaciones . L.R.A.S.F., Carmelitas Franciscanas
6: 00 Romería de Carros Alegóricos.
7: 00 p. m. Solemene concelebración con confirmaciones, preside nuestro señor Obispo D. José María de la Torre Martín.
9: 00 p. m. Evento Cultural.
10: 30 Quema de polvora.

Parroquia San José de Ojuelos, Jalisco., Abril y Mayo del 2009

Te invitan: El consejo pastoral parroquial, el P. Enedino Ramírez Gonzáles y el Párroco Sergio Ignacio Palos Robledo.

jueves, 23 de abril de 2009

Un poema dedicado a San José Obrero





















Poesía a San José Obrero

Vivías del trabajo cotidiano,
fuiste un trabajador, un simple obrero;
¿tu fidelidad?: -"es José el carpintero"-,
un humilde currante, un artesano.

Trabajo en el que fuiste nuestro hermano;
un trabajo de honrado jornalero
que en todo cuanto hace pone esmero,
porque sabe que Dios usa su mano.

Patrono del trabajo y su salmista,
-manos callosas y dedo vendado-
enseña al hombre de hoy, tan derrotista,
a vivir su trabajo ilusionado,
más alegre, cristiano y optimista,
más solidario y más humanizado.

Tomado de:

http://lilimas.blogspot.com/2009/04/poesiasan-jose-obrero.html

miércoles, 22 de abril de 2009

Invitación a la preparación de la fiesta de la parroquia de San José Obrero del Obispado de Chimbote, Perú


Parroquia San José Obrero

Mensaje del párroco

Hermanas y hermanos:

Todavía en las huellas frescas de nuestra celebración de la Pascua de Resurrección, nos corresponde ahora con alegría alabar y honrar al Señor en la celebración de nuestra Fiesta Patronal en honor a San José Obrero. Volvemos como años atrás, reconociendo la labor de los que nos precedieron, a celebrar nuestra novena patronal que se inicia el 21 de abril, todos los días a las 7 p.m. hasta el día 30. El 1ero. de Mayo la Misa de fiesta la presidirá nuestro Obispo Mons. Ángel Francisco Simón Piorno.

San José, habiendo sido custodio y protector de la Santísima Virgen Maria y del Niño, lo es también de la familia de nuestra Comunidad Parroquial y de toda la iglesia en general y en particular de las familias que conformamos cada uno de nosotros en nuestros hogares.

San José, fue el Santo más grande y más pequeño de nuestro santoral, por su humildad y transparencia, sostuvo con el esfuerzo de sus propias manos a la Sagrada Familia, protegiéndola de todo peligro en la que fue acechada, y enseñando al joven Jesús su profesión. El Padre lo encuentra “único” para encargar con su vida a la Sagrada Familia, y lo desempeño con toda su capacidad y entrega.

“San José, tú que también supiste de pruebas cansancio y trabajo, protege a los que se vuelven confiadamente a ti, bien conoces tu sus aspiraciones y esperanzas” (Juan XXII)

Les bendicen, sus hermanos
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P. Roberto Olortegui - P. Luis del Carpio

Tomado de:

martes, 21 de abril de 2009

Video: Misa 19 de marzo de 2009 presidida por Benedicto XVI

Ya puedes ver el video de la Eucaristía presidida por el Papa Benedicto XVI en su Viaje apostólico Camerún- Angola.

La eucaristía fue celebrada en el Estadio Amadou Ahidjo de Yaundé el 19 de marzo de 2009 en el marco de la entrega del Instrumentum Laboris (Instrumento de trabajo) para el II Sínodo de los Obispos de África en la Solemnidad de San José, esposo de María.

Este video lo puedes encontrar al final de las entradas de este blog de Actualidades Josefinas. Este documento audiovisual ha sido tomado del sitio de Popular TV:

http://www.youtube.com/watch?v=6wh6lqdCqLA&feature=channel_page

lunes, 20 de abril de 2009

San José, ejemplo y modelo de amor a Cristo


Viaje apostólico del Santo Padre Benedicto XVI a Camerún y Angola (17-23 de marzo de 2009). Celebración eucarística con ocasión de la publicación del Instrumentum Laboris.

Homilía del Santo Padre Benedicto XVI

Jueves 19 de marzo de 2009, Estadio Amadou Ahidjo de Yaundé

Queridos Hermanos en el Episcopado,
Queridos hermanos y hermanas:

Alabado sea Jesucristo que nos reúne hoy en este estadio, para que ahondemos más profundamente en su vida.

Jesucristo nos reúne en el día en que la Iglesia, aquí en Camerún, como en toda la tierra, celebra la fiesta de San José, esposo de la Virgen María. Empiezo deseando feliz fiesta a todos los que, como yo, han recibido la gracia de llevar este hermoso nombre, y pido a san José que les conceda una protección especial, guiándoles todos los días de su vida hacia Jesucristo Nuestro Señor. Saludo también a las parroquias, escuelas y colegios, a las instituciones que llevan el nombre de san José. Agradezco a Mons. Tonyé Bakot, Arzobispo de Yaundé, por sus amables palabras y dirijo un cordial saludo a los representantes de las Conferencias Episcopales de África, venidos a Yaundé con ocasión de la publicación del Instrumentum laboris de la Segunda Asamblea Especial para África del Sínodo de Obispos.

¿Cómo podemos adentrarnos en la gracia específica de este día? Dentro de poco, al final de la misa, la liturgia nos mostrará el punto culminante de nuestra meditación, cuando diremos: «Señor, protege sin cesar a esta familia tuya, que ha celebrado con gozo la festividad de san José participando en la eucaristía; y conserva en ella los dones que con tanta bondad le concedes». Como veis, pedimos al Señor que proteja sin cesar a la Iglesia –y lo hace– exactamente como José protegió a su familia y veló durante los primeros años sobre el Niño Jesús.

Nos lo acaba de recordar el Evangelio. El Ángel le había dicho: «No tengas reparo en llevarte a María, tu mujer» (Mateo 1,20); y es exactamente lo que hizo: «hizo lo que le había mandado el Ángel del Señor» (Mateo 1,24). ¿Por qué motivo señala San Mateo la fidelidad a las palabras recibidas del mensajero de Dios, sino es para invitarnos a imitar esa fidelidad llena de amor?

La primera lectura que acabamos de escuchar no habla explícitamente de san José, pero nos enseña muchas cosas de él. El profeta Natán se acerca a David, por orden del Señor mismo, para decirle: «Estableceré después de ti a un descendiente tuyo» (2 Samuel 7,12). David tiene que aceptar morir sin ver la realización de la promesa que se cumplirá «cuando haya llegado al término de su vida» y descanse «con sus padres». Así, vemos cómo uno de los deseos más queridos del hombre, el de ser testigo de la fecundidad de su actuación, no siempre es escuchado por Dios. Pienso en aquellos de vosotros que son padres y madres de familia: tienen muy legítimamente el deseo de dar lo mejor de sí mismos a sus hijos y quieren verles triunfar verdaderamente. Sin embargo, no hay que equivocarse en ese triunfo: lo que Dios pide a David, es que confíe en Él. David no verá a su sucesor, «cuyo trono durará por siempre» (2 Samuel 7,16), porque este sucesor anunciado veladamente en la profecía es Jesús. David confía en Dios. Igualmente, José confía en Dios cuando escucha al mensajero, al Ángel, que le dice: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo» (Mateo 1,20). En la historia, José es el hombre que ha dado a Dios la mayor prueba de confianza, incluso ante un anuncio tan sorprendente.

Y vosotros, queridos padres y queridas madres de familia que me escucháis, ¿confiáis en que Dios os hace padres y madres de sus hijos de adopción? ¿Aceptáis que Él cuente con vosotros para transmitir a vuestros hijos los valores humanos y espirituales que habéis recibido y que les harán vivir en el amor y el respeto de su santo nombre? Hoy, cuando tantas personas sin escrúpulos tratan de imponer el reino del dinero, despreciando a los más necesitados, debéis estar muy atentos. África en general, y Camerún en particular, corren peligro si no reconocen al verdadero Autor de la Vida. Hermanos y hermanas de Camerún y de África, que habéis recibido de Dios tantas cualidades humanas, tened cuidado de vuestras almas. No os dejéis fascinar por falsas glorias y falsos ideales. Creed, sí, seguid creyendo que Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es el único que os ama como esperáis, que es el único que puede llenaros, que puede dar la estabilidad a vuestras vidas. Cristo es el único camino de Vida.

Sólo Dios podía dar a José la fuerza para confiar en el Ángel. Sólo Dios os dará, queridos hermanos y hermanas que estáis casados, la fuerza para educar a vuestra familia como Él quiere. Pedídselo. A Dios le gusta que se le pida lo que quiere dar. Pedidle la gracia de un amor verdadero y cada vez más fiel, a imagen de su propio amor. Como dice maravillosamente el salmo: «Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has afianzado tu fidelidad» (Salmo 88,3).

Igual que en otros continentes, la familia pasa efectivamente, en vuestro país y en el resto de África, un período difícil, que superará gracias a su fidelidad a Dios. Algunos valores de la vida tradicional se han trastocado. Las relaciones entre generaciones han evolucionado de tal manera que ya no favorecen como antes la transmisión de los conocimientos antiguos y de la sabiduría heredada de los antepasados. Con demasiada frecuencia, se asiste a un éxodo rural comparable al de otros muchos períodos humanos. La calidad de los vínculos familiares queda profundamente afectada. Desarraigados y frágiles, y frecuentemente, por desgracia, sin un verdadero trabajo, los miembros de las jóvenes generaciones buscan remedios a su malvivir refugiándose en paraísos efímeros y artificiales importados, que sabemos no consiguen nunca asegurar al hombre una felicidad profunda y duradera. A veces, también el hombre africano se ve obligado a huir de sí mismo y a abandonar todo lo que era su riqueza interior. Enfrentado al fenómeno de una urbanización galopante, deja su tierra, física y moralmente, no como Abrahán para responder a la llamada del Señor, sino por una especie de exilio interior que le aparta de su mismo ser, de sus hermanos y hermanas de sangre y de Dios mismo.

¿Se trata de un fatalismo, de una evolución inevitable? Ciertamente no. Más que nunca hemos de «esperar contra toda esperanza» (Romanos 4,18). Quiero felicitar aquí con admiración y agradecimiento el importante trabajo llevado a cabo por innumerables asociaciones que alientan la vida de fe y la práctica de la caridad. Merecen un cordial agradecimiento. Que encuentren en la Palabra de Dios nueva fuerza para llevar a cabo sus proyectos al servicio de un desarrollo integral de la persona humana en África, y sobre todo en Camerún.

La principal prioridad será volver a dar sentido a la acogida de la vida como don de Dios. Para la Sagrada Escritura, así como para la mejor sabiduría de vuestro continente, la llegada de un niño es una gracia, una bendición de Dios. La humanidad está hoy invitada a modificar su mirada: en efecto, todo ser humano, por pequeño y pobre que sea, es creado «a imagen y semejanza de Dios» (Génesis 1,27). Tiene que vivir. La muerte no ha de prevalecer sobre la vida. Nunca la muerte tendrá la última palabra.

Hijas e hijos de África, no tengáis miedo de creer, de esperar y de amar, no tengáis miedo de decir a Jesús que es el Camino, la Verdad y la Vida, y que sólo por Él podemos ser salvados. San Pablo es el autor inspirado que el Espíritu Santo ha dado a la Iglesia para ser el «maestro de todas las naciones» (1 Timoteo 2,7), cuando nos dice que Abrahán «esperando contra toda esperanza creyó que sería padre de muchos pueblos, según le había sido prometido: Así será tu descendencia» (Romanos 4,18).

«Esperando contra toda esperanza» ¿no es una magnífica definición del cristiano? África está llamada a la esperanza a través de vosotros y en vosotros. Con Jesucristo, que ha pisado la tierra africana, África puede llegar a ser el continente de la esperanza. Todos nosotros somos miembros de los pueblos que Dios ha dado como descendencia a Abrahán. Cada una y cada uno de nosotros ha sido pensado, querido y amado por Dios. Todos y cada uno de nosotros tiene su papel en el plan de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Si os asalta el desánimo, pensad en la fe de José; si os invade la inquietud, pensad en la esperanza de José, descendiente de Abrahán, que esperaba contra toda esperanza; si la desgana o el odio os embarga, pensad en el amor de José, que fue el primer hombre que descubrió el rostro humano de Dios en la persona del Niño, concebido por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María. Bendigamos a Cristo por haberse hecho tan cercano a nosotros y démosle gracias por habernos dado a José como ejemplo y modelo de amor a Él.

Queridos hermanos y hermanas, de nuevo os digo de corazón: como José, no tengáis reparo en llevaros a María con vosotros, es decir no tengáis reparo en amar a la Iglesia. María, madre de la Iglesia, os enseñará a seguir a sus pastores, a amar a vuestros obispos, a vuestros sacerdotes, a vuestros diáconos y vuestros catequistas, a cumplir lo que os enseñan y a rezar por sus intenciones. Los que estáis casados, mirad el amor de José a María y a Jesús; los que os preparáis al matrimonio, respetad a vuestro futuro cónyuge como hizo José; los que os habéis consagrado a Dios en el celibato, pensad en la enseñanza de la Iglesia nuestra Madre: «La virginidad y el celibato por el Reino de Dios no sólo no contradicen la dignidad del matrimonio, sino que la presuponen y la confirman. El matrimonio y la virginidad son dos modos de expresar y vivir el único misterio de la Alianza de Dios con su pueblo» (Redemptoris custos, 20).

Quisiera dirigir una exhortación particular a los padres de familia, puesto que san José es su modelo. San José revela el misterio de la paternidad de Dios sobre Cristo y sobre cada uno de nosotros. Él puede enseñarles el secreto de su propia paternidad, él, que custodió al Hijo del Hombre. También cada padre recibe de Dios a sus hijos, creados a imagen y a semejanza de Él. San José fue el esposo de María. A cada padre de familia se le confía igualmente, mediante su propia esposa, el misterio de la mujer. Como San José, queridos padres de familia, respetad y amad a vuestra esposa, y guiad a vuestros hijos hacia Dios, hacia donde deben ir (cf. Lucas 2,49), con amor y con vuestra presencia responsable.

Finalmente, a todos los jóvenes que estáis aquí, os dirijo palabras de amistad y de ánimo: ante las dificultades de la vida, sed valientes. Vuestra vida tiene un valor infinito a los ojos de Dios. Dejaos cautivar por Cristo, entregadle gustosamente vuestro amor y, ¿por qué no?, ofrecedle vuestra propia vida en el sacerdocio o la vida consagrada. Es el servicio más grande. A los hijos huérfanos de padre o que viven abandonados en la miseria de la calle, a los que han sido separados violentamente de sus padres, maltratados y sometidos a abusos, y reclutados por la fuerza en ciertos grupos militares que asolan algunos países, quisiera decirles: Dios os ama, no os olvida y san José os protege. Invocadle con confianza.

Que Dios os bendiga y os guarde a todos. Que os conceda la gracia de ir hacia Él con fidelidad. Que dé a vuestras vidas la estabilidad, para alcanzar el fruto que Él espera de vosotros. Que os haga testigos de su amor, aquí, en Camerún, y hasta los confines de la tierra. Le pido fervientemente que os haga gustar la alegría de pertenecerle, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.

Benedicto XVI


domingo, 19 de abril de 2009

Dar a San José el lugar que le asigno el Padre


San José, esposo y padre entrañable

«Que es el mayor santo/ menor que José/pues sirvieron todos/al que mandó él.» Este es el estribillo de un poema hermoso y teológico de José de Valdivieso (1560-1670), originario de Toledo, España. Así nos pone el trovador en la pista para reconocer la importancia y la grandeza del glorioso patriarca San José. Él, juntamente con la Santísima Virgen María, son los receptores y realizadores en su vocación y misión de la promesa mesiánica; desde toda la eternidad predestinados y elegidos para estar vinculados a la obra extraordinaria de la Encarnación y de la Redención del divino Verbo.

María de Nazaret es la Virgen desposada con un varón de la casa de David llamado José; y tanto él como Ella, de modo distinto, recibieron al ángel del Señor quien les anunció el Mensaje de los mensajes: «José, hijo de David , no temas en recibir en tu casa a María, tu mujer, pues lo que se engendró en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús» (Mateo 1, 20-21); y el ángel Gabriel se le apareció a la Santísima Virgen, quien estaba desposada con un varón llamado José, de la familia de David, y le dijo:..Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo, bendita tú entre las mujeres… No temas, María, pues hallaste gracia a los ojos de Dios. He aquí que concebirás en tu seno y darás a luz un Hijo, a quien pondrás por nombre Jesús… ¿Cómo será eso, pues no conozco varón? Y respondiendo el ángel, le dijo: el Espíritu Santo descenderá sobre ti, y el poder del Altísimo te cobijará con su sombra; por lo cual también lo que nacerá será llamado Santo, Hijo de Dios (Lucas 1, 28-35).

Y ante tal palabra de Dios, María Santísima pronuncia el hágase en mí según tu palabra y San José aquella palabra la pone por obra: recibe en su casa a María. Se cumplen las promesas; la promesa del Dios de Dios de Israel se hace cumplimiento: El Verbo, aquel que es la Palabra, se hizo hombre, quien habría de morir por nuestros pecados y resucitar por nuestra justificación, como afirmara san Pablo.

José, la fe en obra

La fe de Santa María se expresa en sus palabras; san José, como lo presentan los Evangelistas, más bien se expresa en sus obras. Buena tarea haríamos al recorrer los textos de la Sagrada Escritura y leerlos en esta perspectiva de las vocaciones de María y de José, en la misión que les corresponde dentro de la Historia de la Salvación.

Pasan del desposorio al matrimonio; de su perplejidad ante lo insólito y su implicación en el cumplimiento de la profecía de la Virgen que concebiría al Emmanuel; dos corazones y dos cuerpos virginales unidos en el plan de Dios: María concibe por obra del Espíritu Santo, y José, varón justo, cuida y protege la Virginidad de María y el misterio de la Encarnación.

José, además receptor de la promesa mesiánica, une al Mesías a la estirpe de David. Ante este prodigio del amor de Dios, Uno y Trino, ¿cómo no solazar nuestro corazón creyente con las palabras de los Padres de la Iglesia, como san Juan Crisóstomo, quien nos habla de José, padre y «salvador» del Salvador del mundo; o de san Agustín, que nos habla de José como padre virginal del Hijo de Dios; de los grandes santos y doctores de la Iglesia, como santo Tomás, quien con su majestuosidad lapidaria nos habla de la conveniencia de que Jesús naciera de una Virgen desposada; de san Bernardo de Claraval, que considera a san José único coadjutor fidelísimo del gran designio; o de santa Teresa de Ávila, quien recomienda por experiencia el gran bien que es encomendarse a san José; de san Francisco de Sales, sobre sus virtudes, y muchos santos más; y que no podemos pasar por alto a santa Teresita de Lisieux quien contempla a san José en la intimidad de la Familia de Nazaret y descubre en él a quien vive la infancia espiritual.

Los Papas hablan de San José

Para conocer mejor el el sentido de la Iglesia sobre san José por el magisterio pontificio, para que se dé en nosotros el sentire cum Ecclesia-sentir con la Iglesia: Pío IX: con los documentos Quemadmodum Deus (1870) y el Inclytum Patriarcham (1871) se proclama a san José Patrono de la Iglesia Católica. Se exhorta a tener confianza ferviente en su patrocinio.

León XIII: el papa iniciador de la doctrina social de la Iglesia, el que fomentó la consagración del universo al Corazón de Jesús, el que promovió el culto al Espíritu Santo, es el autor de la única encíclica sobre san José, la Quamquam pluries: la palabra autorizada de este Papa nos invita a acostumbrarnos a invocar con piedad ferviente y espíritu de confianza, juntamente con la Virgen Madre de Dios, a su castísimo esposo san José, y nos señala la razón específica por la que san José es considerado Patrono de la Iglesia y ésta espera muchísimo de su tutela y patrocinio: él fue esposo de María y padre, según era considerado, de Jesucristo. De aquí dimana toda su dignidad, gracia, santidad y gloria. Dios dio a la Virgen a San José por esposo, no sólo se lo dio como compañero de su vida, testigo de su virginidad, protector de su honestidad, sino también como participante de su excelsa dignidad, por razón de aquel vínculo conyugal. Recuerda también el haber sido custodio del Hijo de Dios; de aquí sobresale su gran dignidad. Era su custodio, cabeza y defensor legítimo y natural. Al final nos ofrece una oración bellísima de la cual tomamos unos párrafos: … Proteged, providentísimo custodio de la divina Familia, la escogida descendencia de Jesucristo; apartad de nosotros toda mancha de error y de corrupción; asistidnos propicio desde el cielo, fortísimo libertador nuestro, en esta lucha contra el poder de las tinieblas…defended a la Iglesia Santa de Dios de todas las acechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, a fin de que, a ejemplo vuestro, sostenidos por vuestro auxilio, podamos santamente vivir, piadosamente morir, y alcanzar, en el cielo, la eterna bienaventuranza. Amén.

Pío XII: el 25 de julio de 1920 en el breve Bonum sanae, recuerda el patrocinio universal de san José sobre la Iglesia, insiste en su patrocinio sobre la familia cristiana, el trabajo y la muerte, confiando a él la protección de los moribundos.

Beato Juan XXIII: su ferviente devoción a San José, aderezada con una fuerte convicción y un lenguaje sencillo y cordial, nos ofrece páginas y testimonios de quien confía plenamente en su auxilio y protección. El Papa iniciador del concilio Vaticano II proclama con sumo gozo a san José Patrono del mismo Concilio. Además, lo propone como modelo a los Padres Conciliares. El Concilio es obra de Dios. Y esta obra exige recogimiento y oración, docilidad y espíritu sobrenatural. Estas son las virtudes de las que san José no cesó de darnos silenciosamente el más luminoso ejemplo…

Juan Pablo II: nos lega la exhortación apostólica Redemptoris Custos. No concluye con la bendición apostólica acostumbrada, sino que suplica a san José que bendiga a la Iglesia. Ratifica el magisterio anterior de los papas, sobre todo el de Pablo VI, al poner a José y María en el comienzo de la obra divina de la redención de la humanidad; a San José como nuevo Adán, en el principio de los caminos del Señor, con una intención eminentemente pastoral, para que todos los hijos de la Iglesia pongan su confianza en José y en María, como inicio de los caminos de la salvación.

También nos señala el cómo José y María recibieron la gracia y el carisma de vivir la virginidad y el matrimonio al servicio de la Encarnación redentora. Nos invita a que crezca en nosotros la devoción al Patrono de la Iglesia universal y el amor al Redentor, al que él sirvió ejemplarmente. En san José tenemos un modelo humilde y maduro de servir y participar en la economía de la salvación.

Por todo lo expuesto, debemos dejar la postura minimalista sobre San José y darle en nuestra vida el lugar que le asignó el Padre para que se manifestara como sacramento de su paternidad entrañable.

P. Prisciliano Hernández Chávez, CORC.

Tomado de:

sábado, 18 de abril de 2009

San José custodio de la Palabra


El silencio de San José custodia la Palabra

Decía Santa Teresa de Jesús y es bueno recordarlo…“querría yo persuadir a todos que fuesen devotos de este glorioso Santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios”.

En nuestra preparación a la Pascua nos puede ayudar este santo humilde, trabajador, fiel, un hombre “justo”, o sea un “hombre bueno”: un modelo de lo que Dios nos pide desde nuestra existencia de cada día, sin cosas extraordinarias, pero con fidelidad y docilidad a sus planes.

Con razón es San José de los santos más populares. Ya Pío IX, en 1870, lo nombró Patrono de la Iglesia Universal. Juan XXIII introdujo su nombre en la lista de los santos del canon romano en la actual Plegaria Eucarística I.

Ha sido considerado “patrono de la buena muerte”, porque, aunque no sabemos cuando ni como murió, suponemos que lo hizo acompañado de la mejor compañía que se pueda pensar: Jesús y María. También lo invocamos como patrono de los trabajadores y maestro de la vida interior.

Creo que podemos reflexionar sobre la figura de San José y que podrá servirnos de mucha ayuda la sugerente Exhortación Apostólica “Redemptoris Custos”, sobre la Figura y la Misión de San José en la vida de Cristo y de la Iglesia del Papa Juan Pablo II (15 de Agosto de 1989).

Solo quisiera llamar la atención sobre algunos puntos:

§ El primado de la vida interior dice el Papa en el número 25: “También el trabajo en la casa de Nazaret está envuelto por el mismo clima de silencio que acompaña todo lo relacionado con la figura de José”. Es un silencio que descubre de modo especial el perfil interior de esta figura. “Los Evangelios hablan exclusivamente de lo que José “hizo” sin embargo permiten descubrir en sus “acciones”-ocultas por el silencio- un clima de profunda contemplación”. Podríamos decir que el silencio de José custodia la Palabra. Cuidar el silencio en este mundo que nos entretiene “nos divertimos hasta morirnos” “nos tiene entre” es todo un desafío que nos permite descubrir el tesoro escondido en la perla preciosa que José cuidó y que nosotros debemos cuidar sin cansarnos de estos espacios de contemplación y encuentro con el Señor.

§ El llamado de Dios: dice Juan Pablo II en el número 8 de la citada Exhortación: “San José ha sido llamado por Dios para servir directamente a la persona y a la misión de Jesús mediante el ejercicio de su paternidad; de este modo él coopera en la plenitud de los tiempos en el gran misterio de la redención y es verdaderamente “ministro de la salvación” (S. Juan Crisóstomo). Su paternidad se ha expresado concretamente “al haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio, al misterio de la encarnación y a la misión redentora que está unida a él; al haber hecho uso de su autoridad legal, que le correspondía sobre la Sagrada Familia, para hacerle don total de sí, de su vida y de trabajo; al haber convertido su vocación humana al amor doméstico con la oblación sobrehumana de sí, de su corazón y de toda su capacidad, en el amor puesto al servicio del Mesías, que crece en su casa”.

Podríamos decir que San José nos enseña un modo humilde y maduro de servir, sabiéndose depositario de un Misterio que lo trasciende como nos trasciende a nosotros, haciéndose don total de sí en el cuidado del misterio que crece en su casa.

§ Escucha atenta y obediente de la Palabra: En la exhortación que venimos citando en el número 4, Juan Pablo II dice: “En honor a la verdad, José no respondió al “anuncio” del ángel como María; pero hizo como le había ordenado el ángel del Señor y tomó consigo a su esposa. Lo que el hizo es genuina “obediencia de la fe” (Cf. Romanos 1,5)

Se puede decir que lo que hizo José le unió en modo muy particular a la fe de María. Aceptó como verdad proveniente de Dios lo que ella ya había aceptado en la anunciación. El Concilio Vaticano II dice al respecto. “Cuando Dios revela hay que prestarle “la obediencia en la fe”, por la que el hombre se confía libre y totalmente a Dios, prestando a Dios revelador el homenaje del entendimiento y de la voluntad y asintiendo voluntariamente a la revelación hecha por él”.

Una actitud fundamental de la Iglesia debe ser “la religiosa escucha de la Palabra de Dios y su proclamación con valentía”. (D:V 1) Por la escucha seremos salvados como decía Hugo de San Víctor, “Toda la Escritura Divina es un libro, y este libro es Cristo”.

Muchas veces en nuestra vida, como la de José, se entrecruzan momentos de dificultad y de duda. Junto a días de paz y alegría, hay otros de angustia y dolor. José fue obediente también cuando tuvo que emigrar y huir de la persecución, cuando tuvo que llevar una vida escondida en Nazaret, o experimentar el dolor de la pérdida de su hijo en el Templo, tratando de desempeñar siempre un papel secundario en la historia. Fue generoso en su respuesta “hizo lo que le había mandado el ángel del Señor”.

Que “este servidor fiel y prudente que pusiste al frente de tu familia” nos ayude a avanzar siempre en la peregrinación de la fe, siendo servidores de la paz y de la alegría que nos viene del Señor.


+ Mons. Arturo Fajardo
Obispo de San José de Mayo

Tomado de:



viernes, 17 de abril de 2009

El patronato de San José sobre Perú


San José, patrono del Perú

20 de febrero de 2009

Aunque ni nació ni murió en Perú, sin embargo, el Gobierno Peruano lo eligió como su patrono. Semanalmente, los miércoles; mensualmente cada 19; y cada año, el mes de marzo –particularmente el día 19- además del 1 de mayo (San José Obrero) celebramos la fiesta de San José. Aunque es el patrono del Perú, salvo los artesanos peruanos y alguno de nombre José y otros devotos como los Oblatos de San José, pocos serán los que le recuerden. Justo en estos días en que se debate en el Congreso de la República acerca de reconocer el rol protagónico de la Iglesia Católica en la historia peruana, viene bien recordar que San José fue declarado patrono del Perú por los Padres de la Patria de 1828.

La Historia de la República de Jorge Basadre es siempre una fuente de gratas sorpresas. Así, al leer en su primer tomo el capítulo acerca de las relaciones Iglesia-Estado se da cuenta de cómo el Congreso Constituyente de 1828, restituye la fiesta del Santo Patriarca en el calendario de fiestas de guardar y lo elige como Patrono de la República. El 14 de Marzo, en el tercer ´Considerando', precisó que los peruanos profesan particular devoción al glorioso San José, y que así en todas las Iglesias de la República se celebra su conmemoración un día de cada mes y que todos los peruanos profesan particular devoción al glorioso San José, y por eso el Congreso elige y tome por patrono de la República al glorioso San José, y la pone bajo su especial patrocinio'. Como atinadamente recordó el Padre Armando Nieto en el Simposio Internacional sobre San José del pasado mes de agosto del 2002, coincidían circunstancias bien curiosas: como presidente del congreso fungía Francisco Javier de Luna Pizarro, más adelante (1845-1855) Arzobispo de Lima, Lima no tenía arzobispo (sólo en 1834 sería promovido Monseñor Jorge Benavente), la arquidiócesis estaba regida por un Deán, no había ningún representante del Vaticano ni Nuncio Apostólico, el presidente de la República era el general José de la Mar y el Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores que refrendó el decreto josefino fue el destacado liberal y masón Francisco Javier Mariátegui.

Este hecho y otras múltiples manifestaciones de una secular devoción a San José, manifestado en cofradías, decretos conciliares y sinodales, su presencia en la toponimia y numerosos patronazgos de la patria, capillas, centros educativos, seminarios, monasterios, congregaciones, instituciones de obras sociales y benéficas, llevó a los Obispos de la Asamblea Episcopal a solicitar al Romano Pontífice en 1957 que "confirmase la elección del Celestial Patriarca como Patrono de la República Peruana”, a la cual el Santo Padre Pío XII accedió emitiendo el 19 de Marzo del mismo año el Breve Apostólico con el cual declaró al “Patriarca San José, Esposo de la Virgen María, principal Patrono ante Dios de la Nación Peruana, con todos los honores y privilegios litúrgicos que corresponden a los Patronos de los lugares”.

La exhortación apostólica Redemptoris Custos (San José, el Custodio del Redentor, 1989) de Juan Pablo II actualizó el título de San José como Patrono del Perú. Recordemos que ya en 1560, el primer Arzobispo de Lima, Fray Jerónimo de Loayza, erigió el 3 de Noviembre del mismo año la Hermandad del Señor San José, la que se vio crecer en poco tiempo debido al ingreso entre sus cofrades de los aserraderos, carpinteros y alarifes, haciéndose al mismo tiempo eje del gremio que los habría de representar. A tal punto llegaba por entonces la devoción a nuestro Santo, que cuando el Concilio Provincial de Lima del año de 1583 fijó los días de guardar sin considerar la festividad del Señor San José, los socios de su Cofradía pidieron al Sínodo Diocesano de 1592, presidido por el Arzobispo Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, fuese de guardar dicha fiesta, éste dispuso:·"habiéndosenos pedido en este presente Sínodo por parte de los cofrades de la Cofradía de San José de esta ciudad, se guardase la fiesta de dicho Santo: habiéndolo conferido y tratado con el clero y pueblo que estaba presente, mandamos guardar la dicha fiesta de San José en esta ciudad".

Una presencia decisiva josefina la representan los Oblatos de San José. Baste recordar que el milagro de canonización de José Marello, su fundador, en noviembre del 2001, se dio aquí en Perú, con la curación milagrosa obtenida en Alfredo e Isila Chávez León, dos niños peruanos de Ranquish-Pomabamba (poblado andino a 3.800 metros de altura) quienes salvaron su vida a pesar de sufrir broncopulmonía con fiebre alta, disnea y cianosis en pacientes con desnutrición crónica.

Ojalá cada 19 de marzo, fiesta de San José, “rompamos el silencio sobre el santo silencioso”, tal como simpáticamente comentó en Lima uno de los grandes especialistas del santo, el P.Tarsicio Stramare, OSJ. Si los padres de la patria en 1828 miraron al Santo y le pusieron como patrono de una nación naciente, cómo olvidarlo ahora que el Perú busca denodadamente encontrar su identidad y misión

José Antonio Benito
Historiador

Tomado de:

jueves, 16 de abril de 2009

Una meditación a San José en el 19 de marzo


Yendo y viniendo y volviendo a José

Jueves 19 de marzo de 2009

" Y para que os admiréis de la alteza del divino consejo, y cuán por otros caminos va la sabiduría de Dios que la humana prudencia, da marido a la que tenía por Esposa y la había de tomar por Madre no duque ni conde, ni rico ni rey, sino un carpintero, que tenía necesidad para se mantener de ganarlo con la azuela en la mano. ¿Quién no se admirará hasta salir de sí de cosa tan extraña, y fuera de los quicios de la humana razón?...¡Señor para siempre bendito!...¿Tan amigo sois de humildad y pobreza, no sólo amadas en el corazón, mas puestas por obras? ¿Tan dulce sonido hace en vuestros oídos y de vuestra Madre, que os llamen a Vos hijo, y a Ella esposa, de un carpintero?...Cosa nueva es, ni vista ni oída en el mundo; mas con esta doctrina y ejemplo de tanta humildad, queréis, Señor, dar a entender cuán engañados van los que desean engrandecerse en la tierra, y que el abajarse en ella es camino verdadero para ser ensalzados en el Cielo"..

Y el Cielo es otra cosa. Y las alturas del Cielo, sus exaltaciones, no se avienen a ser comparadas con grandezas y noblezas terrenas, que inventa el hombre. Porque en el Cielo sólo subsisten las obras de Dios, y las criaturas que junto a Él moren se estarán en concorde y perfecta armonía con Él, Dios nuestro.

De San José no se decir como los Santos, que pregonan del Patriarca por experimentada imitación. Yo, que soy infeliz pecador, predico del Santo carpintero por lo que me falta, según lo que el Santo tuvo y yo echo de menos, siéndome necesario. Me animo diciendo que verse los defectos ya es algo, para empezar. Pero así como a José se le va la vida en escuchar y obedecer, creer y hacer, a mí se me van los días distraídos y vacios, con mucho trabajo por labrar y poco fruto que entregar.

Ayer, cuando confesé, el cura me puso de penitencia que "hiciera un rato de oración a la Virgen". Se lo agradecí porque la penitencia que me impuso es católica pura de oliva, ungüento exprimido en la prensa exquisita de los Ejercicios de San Ignacio, que era mucho de recomendar "coloquios" del alma con Cristo, la Virgen o los Santos. Cuánta penitencia haya en ponerse delante de la Santísima y hablarle a pecho descubierto y el corazón en la boca, no se decirlo, porque me parece no ser penitencia, sino descanso. Y como es el día del Patriarca, la "penitencia" pensé hacerla hablando de su Santo Esposo.

No será de sus esponsales de lo que hable, que le hablaré de su fundamento, que Ella y el Patriarca son lo que son por Cristo, sólo por Él. Por eso hablaré de muchos "cómo", todos en torno a uno sólo: ¿Cómo amarle? Y servirle, y atenderle, y escucharle, y cuidarle. Vivirle, es decir. Y en esto el Patriarca sabe más que hombre alguno, sólo superado por su Esposa, la Virgen Madre.

De las intimidades de Belén y Egipto y Nazaret, también quisiera saber. Preguntaré sin palabras y esperaré respuesta de silencio, de esas que no vienen con verbo sino con espíritu. Se que el Patriarca es de pocas palabras, porque ni una suya conservan los Evangelios. Los capítulos que le nombran sólo traslucen la intensidad de su espíritu, interior y profundo para oir a Dios, y pronto y eficaz para obedecerle.

Eso le pediré a Ella, su Esposa Virgen. Para mí y para más que llevaré en mi rezo. Y es gracia que espero alcanzar y no malograr. Amén.

Termino como empecé, citando al Maestro Ávila, tratando sobre San José:

"...decir muchos bienes de él, y honrarlo y desear que todos dijesen bien de él, y agradecerlo a quien lo dijese. Cierto es así, que si por nosotros no queda, tenemos muy cierto el favor de Jesucristo nuestro Señor y de su madre bendita, para saber contar las grandezas de este bienaventurado Santo...así todo lo que se dijere en alabanza del Santo José resulta en honra de Jesucristo, nuestro Señor, que lo honró con nombre de padre, y de la Vírgen Santa María, de la cual fue verdadero y castísimo esposo. El Señor querrá que su santo ayo sea honrado, y la Virgen que digamos bien de su esposo; y Él y ella lo agradecerán, y copiosamente galardonarán."

Tomado de:

http://exorbe.blogspot.com/2009/03/yendo-y-viniendo-y-volviendo-jose.html

miércoles, 15 de abril de 2009

San José protector de los hogares


San José y las Familias

Para santificar la familia es San José patrón de los hogares. En ninguno de ellos debiera faltar su bendita imagen, y en todos se le debería tener especial devoción, procurando, sobre todo, imitar sus virtudes.

“Durante su vida, una peregrinación en la fe, José al igual que María, permaneció fiel a la llamada de Dios hasta el final. La vida de ella fue el cumplimiento hasta sus últimas consecuencias de aquel primer “fiat” pronunciado en el momento de la anunciación, mientras que José – como ya se ha dicho – en el momento de su “anunciación” no pronunció palabra alguna. Simplemente él “hizo como el ángel del señor le había mandado” (Mt 1,24). Y este primer “hizo” es el comienzo del “camino de José”. A lo largo de este camino, los Evangelios no citan ninguna palabra dicha por él. El silencio de José posee una especial elocuencia: gracias a este silencio se puede leer plenamente la verdad contenida en el juicio que de él da el Evangelio: el “justo” Mateo 1,19. (Custodio del Redentor 17).

“El varón justo de Nazareth posee ante todo las características propias del esposo. El evangelista habla de María como de “una virgen desposada con un hombre llamado José” (Lucas 1,27). Antes de que comience a cumplirse “el misterio escondido desde siglos” (Efesios 3,9) los Evangelios ponen ante nuestros ojos la imagen del esposo y de la esposa. Según la costumbre del pueblo hebreo, el matrimonio se realizaba en dos etapas: primero se celebraba el matrimonio legal (verdadero matrimonio) y, sólo después de un cierto periodo, el esposo introducía en su casa a la esposa. Antes de vivir con María, José era, por tanto, su “esposo”; pero María conservaba en su intimidad el deseo de entregarse a Dios plena y exclusivamente” (Custodio del Redentor 18).

“El hecho de ser ella la esposa prometida de José está contenido en el designio mismo de Dios. Así lo indican los dos Evangelistas citados, pero de modo particular Mateo. Son muy significativas las palabras dichas a José: “No temas en tomar contigo a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo” (Mt 1,20). Estas palabras explican el misterio de la esposa de José: María es virgen en su maternidad. En ella el “Hijo del Altísimo” asume un cuerpo humano y viene a ser “el Hijo del hombre” (Custodio del Redentor 18).

“¿A quién debe parecerse, a quién debe copiar la compañera del hombre en la tierra, sino a la mujer por excelencia, a la Virgen inmaculada? La mujer debe enderezar su criterio y elevar su nivel moral con la contemplación de las virtudes de María, imitándola como a su modelo. Tiene, haciendo el bien, que olvidarse de sí misma y sacrificarse por los demás. Aquella casita, reflejo del cielo, debe ser el espejo del hogar que forme, ya como esposa, ya como madre, a la sombra y amparo de la Sagrada Familia. Y ¿Por qué? Porque todos hacían en ella con perfección la voluntad de Dios”.

“Contempla a María: Dios la quiso Virgen, y fue virgen; la quiso Madre, y fue Madre; la quiso mártir, y fue mártir… Contempla a José que fundó su vida en cumplir la voluntad de Dios… así es que lo más encumbrado de la santidad consiste en hacer la voluntad adorable de Dios que solo quiere nuestro bien”.

“Gran placer tiene Jesús en atender favorablemente las peticiones de su padre y nada niega al que ningún sacrificio le negó en la tierra. ¿Luchas para conocer la voluntad de Dios? Pues “Ve a José” y él te abrirá un camino seguro en que santificarte.

Él alcanza de Dios no tan sólo luz para elegir estado, sino también fortaleza contra las tentaciones, firmeza en los propósitos, perseverancia en el bien, amor al Corazón de Jesús y un muy grande y tierno afecto a María.

El apostolado secreto y de abnegación que tiene que ser común a todas las mujeres, es un apostolado de familia que día por día y hora por hora, tiene que ejercer la mujer, sonriente aunque su corazón sangre; y este corazón, delicado y amoroso, sólo puede fortalecerse por la oración, de que San José es modelo admirable”.

Acojámonos, pues, al bienaventurado José, esposo amoroso de la Mujer sin mancilla, que por él se va a María, por María a Jesús y por Jesús al cielo.

El texto que se ha compartido fue tomado del Libro “Homenaje a San José” de la Hna. Josefina Ramos Espinosa Misionera Guadalupana del Espíritu Santo, el cual publicó con motivo de sus 50 años de vida religiosa, contando la licencia eclesiástica de Monseñor Alberto Suárez Inda Arzobispo de Morelia.

Héctor Pérez Andrade
13 de Marzo de 2009
Tomado de:

martes, 14 de abril de 2009

Oración a San José por las vocaciones


Oración vocacional de marzo

21 de marzo de 2009

1.- Canto Inicial

2.- Lectura Bíblica: San Mateo 1,16. 18-21. 24a.

Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: La madre de Jesús estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo, por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era bueno y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero apenas había tomado esta resolución se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: -José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.

Cuando José se despertó hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.

3.- Comentario

La solemnidad de San José que hoy celebramos nos invita a vivir con fidelidad la vocación a la que cada persona hemos sido llamados. Del ejemplo de San José llega a todos nosotros una fuerte invitación a desarrollar con fidelidad, sencillez y modestia la tarea que la Providencia nos ha asignado.

San José, es el hombre justo llamado por Dios, que aceptó ser “padre” del Hijo y esposo de la Madre de Dios; el hombre justo que, aparentemente jugó un papel secundario, y sin embargo fue escogido por Dios para ser una pieza clave en la historia de la salvación. La Iglesia entiende que ese papel secundario esconde en realidad el secreto de la grandeza de la vocación, de la fidelidad y del amor incondicional. Por esta razón, san José es el Patrono de la Iglesia, familia de Dios y patrono también de nuestra Congregación.

Y por eso, pedimos hoy por las vocaciones oblatas y el seguimiento a la llamada de Dios como lo hizo san José.

Hace falta silencio para descubrir lo que Dios quiere de nosotros. En un mundo con tantos ruidos y tantos medios, estamos demasiado saturados de información y tenemos la dificultad de hacer silencio para escuchar la llamada de Dios. San José, nos dice nuestro actual Papa, es el hombre del silencio interior. Sin él es imposible descubrir cualquier llamada de Dios. Él nos invita hoy a hacer silencio en nuestra vida para escuchar al Señor que nos habla.

San José es patrono particularmente de los hermanos dentro de nuestra Congregación, precisamente en sus actitudes de silencio, trabajo, humildad y sencillez. En esta oración, debemos pedir de un modo particular por esta vocación de hermano.

También San José es modelo para nosotros por su fe obediente a los designios de Dios. En cuanto despertó, realizó aquello que le había mandado el Ángel. No dudó de su sueño. Muchas veces, éste es otro obstáculo para la vocación y para nuestra respuesta al Señor. Cuando el Señor nos habla, nos parece un sueño, algo irreal, algo no auténtico. Nos hace falta fe y confianza absoluta en Él que nos llama a una vida santa en medio de la vida cotidiana que vivimos cada uno de nosotros. Sólo la fe puede hacer de lo ordinario algo realmente extraordinario. Tengamos la fe y la valentía de san José para responder generosamente a la llamada de Dios sobre cada uno de nosotros.

Pidamos pues en este rato de oración a San José que nos ayude a responder a nuestra vocación particular: religiosa, sacerdotal, familiar…. en este momento concreto de nuestra vida de la misma forma que él respondió: con sencillez, con humildad y con prontitud.

Y pidamos al Señor, que siga llamando hombres que al estilo de San José se dejen guiar por Dios y entren a formar parte de la misión que su Hijo Jesús quiere seguir desarrollando a través de nuestra Congregación, Misioneros Oblatos de María Inmaculada.

4.- Preces Vocacionales

Elevemos nuestras súplicas confiadas al Señor por intercesión de san José, teniendo especialmente presente nuestras vocaciones misioneras.

• Por la Iglesia: para que como san José sea fiel a la Buena Noticia que le ha sido confiada. Roguemos al Señor.
• Por nuestros seminarios oblatos: para que Dios aliente a sus formadores y los seminaristas se preparen adecuadamente para ser en el mundo testigos de Cristo. Roguemos al Señor.
• Por las vocaciones oblatas: para que surjan jóvenes dispuestos a seguir a Cristo y anunciar a la humanidad entera su muerte y su resurrección. Roguemos al Señor.
• Por los padres de familia: para que, con la ayuda de Dios, construyan verdaderos hogares cristianos donde se viva la fe. Roguemos al Señor.
• Por quienes tienen su vida marcada por el sufrimiento: para que encuentren la ayuda de sus semejantes y el alivio de Dios para sobrellevar su cruz. Roguemos al Señor.
• Por nosotros: para que el Señor haga crecer nuestros lazos comunitarios y lleguemos a ser una verdadera familia cristiana. Roguemos al Señor.
Acoge, Señor, nuestras peticiones y concédenos que, a ejemplo de san José, cumplamos siempre tu voluntad para que siga avanzando la Historia de la Salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

5.- Canto Final

Jóvenes Oblatos de María Inmaculada

Tomado de:
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Imagen tomada de:
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lunes, 13 de abril de 2009

San José un hombre que se asombra


San José de los asombros
19-03-2009

Es, desde luego, el santo del silencio. No dice ni mú en todo el Evangelio. Aunque sea mucho suponer, yo lo imagino como un hombre de pocas palabras, de sonrisa fácil y de piedad recia. Y así, clavadito como está en mitad de la Cuaresma, nos recuerda el valor insustituible que, para la oración, tiene el recogimiento. Las muchas palabras fatigan el cuerpo y dejan árida el alma. Sin embargo, el silencio, cuando se llena de Dios, abre puertas y ventanas al diálogo fecundo con el Señor. El verdadero silencio, el silencio de José, equivale a escucha atenta y receptiva: no hay otra forma de conocer la Voluntad de Dios sobre la propia existencia.

Es, también, el santo de la obediencia. Por tres veces le revela Dios su Voluntad, y por tres veces, sin decir palabra ni dudar un punto, José obedece al instante. Una vez -la primera, a la que hoy se refiere el Evangelio- “se despertó″, y las otras dos “se levantó″: “se levantó, tomó al Niño y a su Madre de noche y huyó a Egipto” (Mateo 2, 14); “se levantó, tomó consigo al Niño y a su Madre y entró en tierra de Israel” (Mateo 2, 21). No es mal modo de obedecer: uno se despierta primero, azuzado por la voz de Dios; y luego se levanta con Jesús y María para convertir la obediencia en lance de Amor. Cuando obedeces, nunca vas solo. Te quedas solo cuando haces tu propia voluntad.

Es, además, el santo de los asombros. Si los quisiera enumerar uno por uno, no tendría folio -aunque no sería un mal motivo para un libro: “Los asombros de San José”-. Te citaré algunos, como ejemplo: el asombro de un varón de Dios al conocer a la joven María y vislumbrar en sus ojos la claridad de un alma inmaculada; el asombro de un israelita al recibir el anuncio de su misión como custodio del Mesías; el asombro de una criatura que tiene en brazos a su Creador suplicándole con la mirada que le enseñe a hablar, a caminar, a vestirse…; el asombro de un trabajador que tiene como Aprendiz al Hacedor de la tierra y de los astros… Repito que podríamos llenar de asombros todo un libro, pero basten estos ejemplos para sacudir el alma de tantos cristianos del siglo XXI que ya no se asombran de las maravillas de Dios. Basten para denunciar la tibieza de las almas que comulgan sin temblar. Basten para poner en evidencia la frialdad de quienes pasan por delante de un Sagrario y apenas se enteran.

Es -cómo no iba a serlo- el santo de la devoción a la Virgen. Fue el primero en enamorarse de Ella, el primero en rendirse a sus pies, el primero en venerarla como Madre de Dios… Fue su custodio, su protector y su esposo. Es de los pocos hombres que conocen un secreto que a mí me abrasa el alma: él sabe cómo son los ojos de la Virgen. Si María nos lleva a Jesús, José nos lleva a María. Yo creo que se pasa la eternidad señalándola y diciéndonos: “¿verdad que es hermosa? ¿verdad que es buena? ¿verdad que es limpia? ¿verdad que es dulce? ¿verdad que es fuerte?”… Luego se pone en pie, y dice: “¡Es mi Esposa!”

Arquidiócesis de Madrid

Tomado de:

http://www.archidiocesisdemadrid.com/comentarioevangelio/?p=1965

domingo, 12 de abril de 2009

Meditando con San José y la Sagrada Familia en el Docenario Guadalupano


Docenario Guadalupano

La Sagrada Familia y el Acontecimiento Guadalupano Dios nos da a la Sagrada Familia como modelo de todas las familias El mes pasado contemplamos a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo como la familia primordial, la familia de quien proceden todas las demás familias de la Tierra y toda la creación. Reflexionamos entonces sobre cómo la familia humana, por elección y vocación divina, está llamada a vivir en el amor, la unidad, la intimidad como las Tres Divinas Personas.

Una vez reflexionado esto, y habiendo pasado ya el Encuentro Mundial de Familias celebrado en México y el Octavario Mundial de Oración por la Unidad de los Cristianos para que se pueda realizar el proyecto divino de la unidad de toda la familia humana, vamos a disponernos a contemplar a la Sagrada Familia como modelo de todas las familias.

En el programa de los docenarios de este año iremos considerando alguna de las virtudes que ellos vivieron y los sucesos que fueron marcando su vida y que ahora pueden iluminar nuestro camino en esta Tierra. Pretendemos recoger los puntos principales que ayuden a que nuestras familias puedan ser, en verdad, testigos de la unidad y amor de Dios.

Como elementos de apoyo tradicionales iremos sacando del Acontecimiento Guadalupano algunas luces que puedan guiar a nuestras familias en estos tiempos de tanta desintegración familiar, violencias múltiples y desesperanza que invaden a México y al mundo en estos días.Como un apoyo extra para nuestra reflexión y contemplación de hoy, recordemos a dos grandes figuras de México del siglo XVI que fortalecerán nuestro caminar: San Felipe de Jesús, que perteneció a una familia numerosa, de la que fue el mayor de una decena de hermanos y que murió mártir en Japón, y el beato Sebastián de Aparicio, que vivió muchos años como diseñador y constructor de las primeras carreteras de México, que fue casado y terminó siendo un hermano lego franciscano que murió cerca de los 100 años, después de una vida muy entregada a Dios y a su pueblo. Ellos rueguen ahora por nosotros para que nuestras familias busquen vivir, como las familias de ellos, un camino familiar de santidad. Vamos a disponernos a entrar con devoción a las consideraciones siguientes.

Primera consideración: Los desposorios de la Virgen María y de San José. Como todas las familias que quieren agradar a Dios en algo tan trascendental como es fundar una familia, San José y la Virgen hicieron su compromiso matrimonial según las tradiciones de su tiempo en Israel. La familia de San José habrá pedido la mano de María para el casamiento y los papás de su, si para entonces vivían, o bien algunos tutores de ella, habrán considerado que san José era muy buen hombre y que podría hacer feliz a la favorecida de Dios. Contemplemos el momento solemne en la sinagoga de Nazaret y demos gracias a Dios por el inicio de la vida de la que hoy conocemos como los santos esposos de la Sagrada Familia.

Imaginemos, también, cómo en México habrán llegado al matrimonio, según las costumbres de los aztecas de entonces, San Juan Diego, llamado antes de su bautismo Cuauhtlatoatzin, y María Lucía, llamada antes Malintzin, y cómo, después de bautizados, refrendaron su compromiso matrimonial a la usanza católica para gloria de Dios y de nuestro pueblo.

Jaculatoria apropiada para hoy: Dios-Amor, Dios de bondad, enseña a nuestras familias a vivir en unidad.

Segunda consideración: San José, esposo de María, modelo de amor como esposo. Imaginemos la vida de esposos de José y María: cómo él se preocupó por ella al conocer que había concebido por obra del mismo Dios. Cómo superó las diversas pruebas que vivió junto con su amada esposa al principio, y las que convivió con Jesús ya presente con ellos. Cómo la acogió con amor en todas sus maneras de relacionarse con ella y cómo aceptó su virginidad para ser su compañero fiel, discreto, juicioso. Contemplémoslo en oración con María para agradecer, alabar y bendecir a Dios, para pedirle algún favor... Que él enseñe a los esposos a ser verdaderos compañeros y servidores de sus esposas como él lo fue con María. (Mateo 1,18-25).

En México, por su parte, San Juan Diego debió seguir, inspirado por Dios, el ejemplo de San José para amar a su esposa María Lucía. Agradezcámosle su testimonio.

Tercera consideración: La Virgen María, Santa esposa de San José. La relación de María con San José debió haber sido muy acogedora, servicial, de mucho agradecimiento, pues él debió pasar momentos difíciles con tal de acompañarla. Ella habrá sido tierna, cordial, diligente, trabajadora, llena de esperanza y confianza en él y muy amorosa con quien tanto la amó, respetó y acompañó en su sublime ministerio maternal. Ella es el modelo máximo de cómo deben ser las mujeres con sus maridos (2,13-15 y 19-23 Lucas 2,1-7). Que todas ellas aprendan de María las virtudes conyugales que han de vivir con quienes han establecido su compromiso de amor y unidad para toda la vida. Así lo habrá hecho en México María Lucía cuando se desposó cristianamente con Juan Diego...

Cuarta consideración: San José, padre nutricio y educador de Jesús; María, madre amable y solidaria de Jesús. El Padre Dios escogió con mucha sabiduría a san José como a la persona mejor de toda la humanidad para ser el padre de su hijo amadísimo; por algo habrá hecho esta elección. En los Evangelios lo contemplamos prudente, activo, amoroso, servicial, trabajador y cumplidor de las costumbres religiosas de su tiempo y con gran respeto a las decisiones de su hijo. Es ahora el patriarca de la Iglesia y la cuida con amor, como en su tiempo, al hijo de María, al que en todo el mundo aclamamos como al hijo del Padre Eterno. Démosle gracias a san José por los cuidados que tuvo con Jesús y tiene ahora con nosotros. Las variadas virtudes maternas de María aparecen muy vivas en los pocos relatos del Evangelio y de los Hechos de los Apóstoles en donde ella toma parte: acoge desde el principio con mucho amor a su hijo; lo alimenta, viste y acompaña en su niñez; lo educa y corrige como los vemos en la escena del templo cuando él ya tiene 12 años; se solidariza con el cuando se va de su casa al ministerio apostólico y allí lo anima a hacer el bien. En la Pasión del Señor está presente al pie de la cruz y acompaña a los apóstoles y discípulos en las alegrías de la resurrección y ascensión de su hijo así como a la Iglesia naciente en Pentecostés, y en otros lugares y ocasiones como podemos deducir.(Lucas 1,26-38; 2,1-7;21-24;39-40 ) Madre de Cristo y de los hermanos del Señor, ella nos acompaña siempre muy maternalmente como lo vivimos todos en el Acontecimiento Guadalupano. Ella está siempre velando por nuestra nación tan amada para ella y para Dios, en especial en estos momentos de tantas turbulencias.

Por su parte, San Juan Diego y María Lucía habrán sabido educar cristianamente a sus hijos como lo podemos deducir por la manera tan educada de dirigirse Juan Diego a la Virgen en las apariciones, y a Fray Juan de Zumárraga en sus conversaciones (N.M.núms.:50-56;63-66; 110-116; 164-180). Además, sabemos por testimonios escritos muy antiguos que ellos tuvieron una nieta religiosa. Oremos para que ellos ayuden a los padres de familia mexicanos a educar muy bien en las virtudes, en la fe y en las sanas costumbres a sus hijos.

Quinta consideración: Jesús, el Hijo amado de María —y como se pensaba— de José. Vamos a contemplar a Jesús niño, joven y adulto en las relaciones familiares que vivió con María y José y con otros familiares. Descubramos sus buenos modales, sus insuperables virtudes, su capacidad de acoger las observaciones de sus padres. Veámoslo sirviendo a la mesa, trayendo los utensilios de José para ayudarlo a tallar la madera... Sintamos su gozo al observar lo bien que hilaba y tejía María y cómo se llevaba con sus vecinas... él, el hijo de Dios e hijo del hombre, como le gustaba que le dijeran, compartió la mesa, las dificultades, los gozos de su familia más cercana. Imaginemos el trato con los abuelos, primos y tíos... debió de haber sido un modelo de relaciones humanas entre todos. De ellos aprendió a conocer las costumbres, las expresiones populares, el modo de relacionarse con Dios…¡Admirable Jesús en todas sus acciones! Aprendamos de él tantas virtudes y el modo positivo de relacionarse siempre con todos... (Lucas. 2,41-52). Señor Jesús, modelo nuestro, ayúdanos a formar familias dignas de ti para bien de México y gloria del Padre. Danos tu Espíritu Santo para saber vivir los valores que tú estableciste para que más pronto esté presente tu reino entre todos. Otros textos Bíblicos de apoyo: Lucas.1,46-55 Jn. 2,1-12 Hechos 1,12-14

Con la Sagrada Familia como ejemplo, renovemos nuestras familias, para gloria de Dios.

Padre Joaquín Gallo Reynoso, sj
Jueves 12 de febrero de 2009

sábado, 11 de abril de 2009

Meditación del 19 de marzo


19.03.09

San José y la aventura maravillosa de ser padre

Hoy celebramos el Día del Padre. San José, sin ser padre natural de Jesucristo, es el modelo perfecto de paternidad. Hombre justo y santo, fiel a Dios, atento a las necesidades de su mujer y del Hijo de Dios. Presencia discreta pero imprescindible para el cumplimiento de la voluntad divina en cuanto a la salvación de la humanidad. Te contaré, querido lector, que por una de esas “curiosidades” de la vida, mi devoción personal por aquel gran hombre que fue elegido por Dios para dar protección y cuidado a la Madre del Verbo Encarnado y a su Hijo, creció exponencialmente hace unos años tras volver a escuchar la canción que le dedica el cantautor protestante Michael Card.

Es por ello que en la aventura de ser padre me encomiendo a quien el Señor modeló en santidad para ejercer de padre suyo en este mundo. De él dijo el Papa Pablo VI que “resplandece entre los santos con la luz más viva aquel gran santo que conmemoramos hoy, el gloriosísimo Esposo de la divina Madre, san José. La gloria a la que en el curso de la vida mortal fue levantado por Dios es tan sublime, y los ejemplos que dejó de la más perfecta virtud y santidad son tan luminosos, que el que tiene que elogiarlos no acierta a pensar qué consideración pueda ser la más provechosa para sus oyentes, aquella que te arrebata en un santo entusiasmo de admiración, o la que te invita y empuja a la imitación de sus virtudes, o la que te infunde en el alma una santa confianza de que un santo tan glorificado por Dios en la tierra, será también de Dios plenamente oído en el cielo".

Y anteriormente el beato Juan XXIII había asegurado que “todos los santos glorificados merecen un honor y un respeto particulares, pero es evidente que san José posee, con justo título, un lugar muy particular, más suave, más íntimo, más penetrante en nuestro corazón“.
Por tanto, si quieres ser un buen padre de tus hijos, encomiéndate a la intercesión de quien veló por Cristo y María, sigue su ejemplo de discreción y santidad, imita su valor en cumplir la voluntad de Dios en situaciones ciertamente difíciles.

Hoy más que nunca,

San José, ora pro nobis

Luis Fernando Pérez Bustamante

Tomado de:



viernes, 10 de abril de 2009

Irapa bajo el patrocinio de San José


San José, patrono de Irapa

El año 1736 los padres capuchinos fundaron al pueblo con el nombre de patrocinio de San José de Irapa. Fueron ellos los padres capuchinos aragoneses fray Juan de Longares y fray Francisco Torres. Aunque Pablo Ojer sostiene que en 1690 se creó el primer asentamiento de la Misión de Irapa y fue destruido por la incursión de los indios Caribe. La fecha que se ha tomado como fundación hasta que esto quede totalmente esclarecido ha sido la anterior.

San José es el Patrono de esta tierra anclada frente al Golfo de Paria que en el año de 1498, Cristóbal Colón lo llamó “Los Jardines”. Ahora también se le conoce como el Jardín de Paria. Pues bien, el pasado 19 de marzo de 2009 celebraron las festividades al Santo Patriarca, a quien el Papa Pío IX proclamó Patrono de la Iglesia Universal.

Juan Pablo II escribió una exhortación con el nombre de “Custodio del Redentor”, León XIII le dedicó una oración para que fuera recitada después del Rosario durante los meses de marzo y octubre. Por su parte Juan XXIII ordenó que se incluyera la frase “San José esposo”, esta frase iría después de la Virgen en el Canon de la Misa. “Pero todo esto se ha olvidado”. Así lo pudo constatar Monseñor Ramos Cordero, quien en febrero de 2002 publicó su libro titulado: “San José, Custodio del Redentor”.

José esposo de María, fue un padre ejemplar y hombre trabajador. Cuidó de Jesús su hijo no engendrado, pero “ejerció en el pequeño una paternidad espiritual” y obedeció al mandato de Dios. Fue un carpintero justo, honesto, responsable y amoroso con su familia.

Él se pasó la vida entre las tablas, el martillo, y los clavos. El aserrín era como un frasco de perfume destapado y su aroma alegraba el ambiente de su pequeña carpintería y allí, José le enseñó el oficio a Jesús y la gente se burlaba del niño diciéndole “el hijo del carpintero”.

A San José no lo vemos en las iglesias con un serrucho en la mano o con el martillo claveteando una tabla, sólo lo vemos con el niño en sus brazos o tomado de la mano. Debería haber en las iglesias donde es Patrono, una imagen donde lo podamos ver ejerciendo su profesión de carpintero. Él también es el patrono de los obreros; y como patrón de Irapa, la iglesia encabezada por el párroco Argenis José Rojas y el equipo parroquial, prepararon una serie de actividades en su honor.

Desde el día dos de marzo se dio inicio con las charlas prebautismales, despertar festivo en todo los sectores y campos de Irapa, encuentro de Nuestra Señora de Coromoto y de la Virgen Del Valle con San José en la plaza Bolívar; así como con las otras imágenes representativa de cada sector. Procesión de los patronos hacia el templo parroquial, rosario, novena, misa, bautizos y procesión del Santo Patriarca por el mar hasta Las Piedras.

En la parte cultural coordinada por el Municipio Escolar No.10 y desde el día viernes veinte a las nueve de la mañana, se dio inicio a este programa con las gloriosas notas del Himno Nacional y Municipal, interpretados por la Coral Pueblo, Voz y Folklore.

Siguiendo con la programación se presentó el Pre-Escolar “José E. Machado” de Colombia con su gimnasia rítmica. Baile de tambor interpretado por la U.E “Cerro Colorado” y baile de joropo tocuyano a cargo de la U.E. “Andrés Eloy Blanco”.

También tuvimos la participación de las Escuelas Bolivarianas: “Río Seco”, “La Ceiba”, “Río Grande Arriba”, “San Antonio”, “Maribela”, “Manacal”, “Mundo Nuevo”, “Alto Amara”, “Marabal”, “Virginia Bor”, “Vericallar”, “Río Chiquito Arriba", “Río Grande Abajo”, Escuela Básica “El Chuare”, la U. E. “José E. Machado” y el grupo cultural Lopezandrés de Carúpano.

Llegado el día de júbilo a las siete de la mañana se celebró la Santa Misa (dedicada a los enfermos) luego los bautizos. A las diez, Misa Solemne concelebrada y a las cinco de la tarde procesión de San José por las calles Mariño y Bolívar.

Estas festividades estuvieron amenizadas por: la Banda Show del liceo “Santiago Mariño” de Irapa; Banda Show “Virgen Del Valle” de Carúpano, Samba Show “Mambo Girl” de Cariaco. Los Corraleros del Majagual, Bailanta, Bravo y su Banda de Ciudad Guayana y Fiesta Latina de Caracas.

Así como también el steel band de Héctor y sus Estrellas, Las Estrellas del Vallenato, Santa María y sus muchachos, Los Calientes del Merengue y Fashion Orquesta de Irapa.

Debo decir que con la participación de todas las parroquias que conforman el Municipio Mariño, estas fiestas en honor a San José, han sido de las mejores puesto que los fieles católicos y las escuelas con sus alumnos y maestros se involucraron para tributar al esposo de María.

Fue José el escogido por Dios, el hombre “modelo de pureza, de oración, de prudencia y del silencio”. Así lo describió Monseñor Ramos Cordero en su libro.

Todos estos días de alegrías, de manifestación cultural y de veneración al Santo Patrono, fue posible gracias a la Gobernación del Estado Sucre, Alcaldía del Municipio Mariño y a la Fundación Amigos de José (Fundajosé).

Amalio (Mayito) Solano
27/03/2009

http://www.eltiempo.com.ve/noticias/default.asp?id=184373

jueves, 9 de abril de 2009

Bendición de una imagen de San José Obrero


Bendijeron una nueva imagen de San José Obrero

San Fernando del Valle de Catamarca, 30 de marzo de 2009 (AICA)

Con una solemne procesión, culminaron el pasado domingo 22 de marzo las fiestas patronales en honor a San José Obrero, en la parroquia del barrio La Tablada, de San Fernando del Valle de Catamarca.

La expresión de fe salió desde la capilla de Santa Teresita, ubicada en avenida Güemes y Ayacucho, y tras recorrer las calles del barrio llegó al templo parroquial.

La celebración eucarística fue presidida por el vicario general de Catamarca, presbítero Julio Quiroga del Pino, y concelebrada por el párroco de la comunidad, presbítero Julio Murúa.

En la oportunidad, se realizó la bendición de la nueva Imagen del Santo Patrono.La nueva imagen de San José representa al esposo de María, pero como el nombre de la parroquia es San José Obrero se entronizó una imagen de “José Carpintero” junto al Niño Dios para que sea la imagen principal.La antigua imagen, que el párroco denomina “imagen fundadora”, se restaurará y será ubicada en otro lugar del templo para su pública veneración.
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San José en imágenes o “íconos”

Una imagen no agota la multiplicidad de facetas que tiene un ser humano. Por eso es posible que haya varias imágenes de una sola persona. Los aspectos de la santidad de un ser humano no quedan encerrados en “una” imagen sino que se los puede plasmar en varias, según como el genio humano lo perciba. San José, como otros santos, puede ser representado de diversas maneras. Hay numerosas imágenes de San José: integrado a la Sagrada Familia, en el momento de la muerte, en sus desposorios con la Virgen María, en las llamadas narrativas que representan las escenas bíblicas donde interviene.La solemnidad del 19 de marzo recuerda a San José en cuanto esposo de la Virgen María y padre legal de Jesús. Su manto habitualmente es de color morado, lleva un niño en los brazos y una flor que es un lirio que significa su castidad.En cambio la memoria del día 1 de mayo recuerda a San José Obrero, es decir al carpintero y es representado con el delantal de los artesanos de ese tiempo, una túnica que varía los colores (morado, gris, verde grisáceo), algunas veces en el banco de carpintero, otras sólo con las herramientas, otras con el Niño y otras sin Él.

Tomado de Aica on line en la siguiente dirección:

http://www.aica.org/index.php?module=displaystory&story_id=16129&format=html&fech=2009-03-30

Letanías a San José

San José

Como tú (Canto a San José)

Himno a San José (Popular en Chile)

Fan de San José

San José abriga a la Virgen María, en su vestimenta

Meditación Papa Francisco sobre la Sagrada Familia 28dic2014

Maestro de fe (Canto a San José)

Atento a Dios (Versión CD)

Magníficat de San José

¡Abbá José!

¡Tú eres un nuevo José!

)

Hijo de Dios, hijo de José

Video: invitación fiesta de San José en San Esteban

Himno a San José

Súplica a San José, custodio y padre

Canto de ofertorio misa de San José: Pan y Vino

Canto a San José: 'Tu justicia

21feb2014 Modelo de amor al Señor (Canto a San José)

Entrevista con uno de los grandes especialistas del Centro Josefino Español

Homilía de apertura del XI Simposio Internacional sobre San José

Entrevista de Radio Vaticano con ocasión del XI Simposio Internacional sobre San José

Palabras de Bienvenida del Obispo de Ciudad Guzmán

Primer día del Simposio Internacional sobre San José

Video: Protector de la vida (Canto a San José)

San José en el escudo del Papa Francisco

Canto: El silencio de San José

Fiesta de San José en el Cuzco 2012

Video: Fiesta de San José 2012 en la Parroquia de San Esteban

¡Grande eres, José!

Video: Vamos a Jugar señor San José (Canto)

Video: Plegaria, canto a San José

Video: Canto a San José del Ministerio de Música Cristo Rey

Video: José de María inseparable

En casa de José de Nazaret

Casita de Nazaret (Canto a la Sagrada Familia)

Recordando a un gran apostol de San José. 100 años de su pascua al Padre

Jóvenes de San José

¿Qué decir? (Canto a San José)

Un fragmento de la obra "Canción de José"

San José una fuente de inspiración la vocación a la paternidad

La fuente número 100 del Vaticano, dedicada a San José

Joven Nazareno (Canto a San José)

San José (Canto a San José)

Video: Villancico de José

Video: San José, una historia de amor (Canto a San José)

Video: Tu mirada (Canto a San José)

En el Jubileo de los 100 años de un gran apóstol de San José, II Parte

En el Jubileo de 100 años de la partida de un apóstol de San José

Imágenes X Simposio Internacional sobre San José 2009

San José en el Simposio Internacional de Kevelaer 2005

San José en la pintura de Ricardo González Copado

San José en 'El pulso de la fe'

Conversación con San José / Rozmowa ze Świętym Józefem

Audio: La virtud de San José

Video: 18 de marzo de 2009 Meditación Josefina en el rezo de Vísperas de Benedicto XVI

Video: 19 de marzo de 2009 Palabra de vida dedicada a San José por el P. Jesús Higueras

Video: 19 de marzo de 2009 La actualidad de San José. Por José Luis Navas

Canto: 'Carpintero'. Un canto del cantautor católico Felipe Gómez

Benedicto XVI, Misa del 19 de marzo de 2009. Viaje Camerún-Angola.

IPH, Podcast