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miércoles, 13 de agosto de 2014

Devoción de Pío IX a San José



Devoción a San José del Beato Pío IX Papa (II)

El Beato Pío IX era devotísimo de la Virgen María y una expresión singular de esta devoción fue la proclamación como Dogma la verdad, vivida totalmente y desde siempre en el pueblo cristiano, de la Concepción Inmaculada de María: En nombre de nuestro Señor Jesucristo declaramos que ha sido revelado por Dios que la Virgen María, por gracia singular y privilegio de Dios omnipotente, y en vista de los méritos de Jesucristo, fue preservada inmune de toda mancha de pecado original. Así lo afirma en la Bula Inefabillis Deus del 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada, de 1854. Es el día que escogió también para proclamar solemnemente a San José Patrono de la Iglesia católica: 8 de diciembre de 1870.

Para recuerdo y memoria inolvidable de esta Definición sobre la Concepción Inmaculada de María el Papa Pío IX mando pintar tres grandes cuadros de la Inmaculada, que pueden contemplarse y admirarse en el Vaticano, en la sala de la Inmaculada. En uno de ellos aparece San José junto a la Virgen María, delante de los otros santos y delante de los apóstoles. La Trinidad de la tierra conserva inalterable su unidad y proximidad también en los cielos. San José aparece absorto en la contemplación de la que es su esposa. ¿A quién se debe el que el artista haya colocado en ese sitio junto a ella san José? A Pío IX.  Una anécdota cuenta que el Papa Pío IX había encargado a un celebre pintor que preparase un cuadro en el que apareciera la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción de María. Al presentar el esbozo del cuadro para su aprobación Pío IX preguntó rápido: ¿A dónde me ha puesto a san José? Aquí, respondió el artista, entre estos santos. No, dijo el Papa, e indicando con el dedo al lado de Jesús, prosiguió: Es aquí, es solamente aquí donde debe colocarle, porque en el cielo no está en otro sitio sino aquí

Pío IX no es solamente el Papa de la Inmaculada, sino también el Santo de San José, pues aunque no faltan otras Papas que se interesaron por él, que él recuerda en la Letra apostólica Inclytum Patriarcam, pero es Pío IX, como reconoce san Juan XXIII, “el que abrió una vena de riquísimas y preciosísimas inspiraciones a sus sucesores”(19 de marzo de 1861).

En una alocución de 1854 Pío IX decía que san José es la más segura esperanza de la Iglesia después de la Virgen María y en unión con ella.

En otra alocución de 1862 abogaba por que los sostenes de la Iglesia naciente, que son Jesús, María y José, volviesen a tomar el puesto que nunca deberían haber perdido. “María y José han salido del corazón de los hombres y hasta que no vuelvan a retomar el poder que en ellos ejercían, el mundo no se salvará. Pero yo espero seguro para los años venideros que San José sea mejor conocido, más amado y mas honrado. ¡Él nos salvará!"

Al P. Rossière le agradece un libro que le ha enviado y sobre todo le agradece el celo que dicho Padre ha demostrado difundiendo el culto a san José, “no solo porque es tratado con sumo honor aquel al que el Verbo hecho carne obedeció y la Madre de  Dios sirvió, sino también porque necesitando la Iglesia, especialmente en estos tiempos, de ayudas del todo poderosísimas, no se puede encontrar ningún patrocinio más oportuno y más firme, después del de María, que el favor de San José, al cual ciertamente no negará nada el que quiso estarle sujeto. Estos obsequios, además, otorgan y confieren una gran eficacia a las súplicas que dirigimos a la Virgen, desde el momento que ella no puede no gozar de los honores tributados a su esposo, a cuya veneración nos atrae con su propio respeto. Dios, de hecho, que con las ardientes llamas de caridad, encendidas hoy en todo el pueblo cristiano hacia el educador de su beatísimo Hijo, parece decirnos todos: `Id a José´, se complacerá ciertamente de un culto esmerado y pronto dedicado a él y prestará una más atenta escucha a los votos hechos a él por su medio y se dejará mover más fácilmente a misericordia”,

Para recuerdo y memoria de la proclamación de San José  como Patrono de la Iglesia católica, el papa Pío IX mandó que elaborasen un gran  tapiz, Se comenzó el año 1871, pero no se acabó hasta el 1915 bajo el pontificado de Benedicto XV que lo inauguró. En el cuadro, que representa a san José con el niño en sus brazos, están bien visibles el año de MDCCCLXXI y el escudo del Papa Pío IX. Dos ángeles de rodillas, a los pies del Protector de la Iglesia, sostienen: uno la basílica de san Pedro y el otro el Decreto de Pío IX Quemadmodum Deus

Cada día de su vida rezaba esta oración: “Humildemente postrado a vuestros pies, oh Santísima Virgen, te confieso mis pecados, tan numerosos, tan graves. Perdóname, Señor, mis grandes pecados… Concédeme el perdón por los méritos de san José su castísimo esposo, nuestro Padre, Protector y nuestra ayuda en la agonía de la muerte”.

Cinco días antes de su muerte, con ocasión de la audiencia del 2 de febrero de 1878 fue preguntado por un religioso por qué estaba tan sereno, su respuesta fue esta. “¡Ah! Es que ahora San José es más conocido. ¡De aquí mi confianza! Si no yo, mi sucesor asistirá al triunfo de la Iglesia de la que yo le he declarado solemnemente Patrono”.

En la Letra apostólica Iam alias, del 1 de julio de 1861, concediendo indulgencia plenaria al ejercicio de culto perpetuo en honor de san José, no hace más que revelar su profunda devoción al santo Patriarca por estas palabras: “Nos tenemos sumo interés en que los fieles veneren con honor perpetuo al que fue custodio de Jesús y esposo de la Inmaculada Madre de Dios y se hagan verdaderamente imitadores de sus virtudes”

En el Papa Pió IX tenemos un ejemplar admirable y un modelo maravilloso de de devoción auténtica y probada, de confianza consumada, de alegre esperanza y de caridad ardiente a nuestro Padre y Señor San José.

                                                                       P. Román Llamas,ocd
13 de agosto de 2014


sábado, 22 de marzo de 2014

Desde España: El Mensajero de San José (Índice marzo-abril 2014)



Índice de: El Mensajero de San José 

Te ofrezco a continuación el índice de la revista josefina, El Mensajero de San José, editada por los Carmelitas Descalzos de Valladolid, España. Desde la Iglesia de San Benito el Centro Josefino Español ofrece, cada dos meses, esta publicación dedicada al esposo de María.

Marzo-Abril 2014. N. 446

Sumario 

p. 3 Habla el Papa: Beato Juan XXIII. San José, amigo fiel y fuerte protector. JUAN XXIII
p. 5 Las vivencias de San José (II) VÍCTOR FERRÁNDEZ OBRADORS
p. 6 Las grandeza de San José. P. ENRIQUE LLAMAS, OCD
p. 8 Grandes devotos de San José. Pedro De Torres (Jesuita). P. ROMÁN LLAMAS, OCD.
p. 10 Devoción del Beato Juan XXIII a San José. P. ROMÁN LLAMAS, OCD.
p. 12 Juan Pablo II: El anillo de un Papa Santo para San José. TEÓFANES EGIDO.
p. 14 Un recuerdo… Para tenerlo presente…, FRANCISCO SEVILLANO SEVILLANO
p. 14 Nos encontramos en el colegio... ¿Con quién? FRANCISCO SEVILLANO SEVILLANO
P. 15 Vive mejor tu vida. En la cruz está la vida. JOSÉ MARÍA ALAMBAU
p. 16 Santidad de San José (Poema). JOSÉ MARÍA FERNÁNDEZ NIETO.
p. 17 San Juan de Ávila (1500-1569) (III)
p. 19 Ríase por favor.

¡Gracias al padre Teófanes por hacernos llegar esta revista! ¡Dios lo bendiga!

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Nuevo artículo sobre San José del P. Román Llamas OCD




Cada miércoles, día dedicado a la memoria y al amor al gloriosísimo y santísimo San José, un recuerdo especial suyo como homenaje al Papa Francisco por el amor y devoción que tiene al glorioso Patriarca, como lo demuestra especialmente, amén de otras muchas manifestaciones, por la homilía pronunciada en el día de su toma de posesión del ministerio Petrino el 19 de marzo, fiesta de San José. Y últimamente haciendo que su nombre sea pronunciado inmediatamente después de la Virgen María en las plegarias eucarísticas II, III, IV de la Misa. Esto supone una inmensa glorificación para San José y, pienso, un buen medio para propagar la devoción al glorioso Patriarca.

San José ante el nombre de Jesús

El ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús (Mt 1,20-21).

A lo largo de los siglos este nombre de Jesús ha provocado en corazones santos, nobles y sensibles, los sentimientos más puros, las ansias más anhelantes, las reflexiones más profundas y sentidas, los deseos más apasionados y los gozos más sabrosos.

Sólo voy recoger algunos casos. Y comienzo por San Juan Crisóstomo que escribe: “Por la misma razón trajo el ángel del cielo el nombre de Jesús, dando a entender cuán maravillosa era la concepción, por el hecho de ser Dios mismo quien por ministerio el ángel enviaba a José el nombre que había de ponerse al niño. Y a la vedad no es este un nombre puesto al azar, sino un tesoro de bienes infinitos. Y así lleva a José a creer en su mensaje”( Homiliae in Matheum, hom. 4,7; PG 57,47)

El nombre de Jesús es tesoro de bienes infinitos Es una lástima que no nos haya desgranado algunos de los bienes de ese tesoro. Es lo que hacen otros santos que vienen después de él. San Bernardo en uno de sus sermones nos deleita con estas expresiones: El nombre de Jesús luce cuando es predicado. ¿De dónde pensáis salió tan grande y súbita luz de la fe a todo el mundo sino el nombre de Jesús predicado? Es comida que alimenta cuando se le medita. ¿Qué otra cosa hay que nutra tanto el espíritu del que lo medita. El nombre de Jesús es luz y alimento. Todo alimento es desabrido si no se condimenta con este aceite, insípido si no se sazona con esta sal. El leer me fastidia si no leo el nombre de Jesús. El hablar me disgusta si no se habla de Jesús. Jesús es miel en la boca, melodía en el oido, júbilo en el corazón Es medicina que unge y alivia cuando se le invoca, medicina infalible para todos los achaques y enfermedades del alma. (Sermón 15 sobre el Cantar de los cantares).

San Bernardino de Siena, promotor incansable de este santísimo Nombre y que predicaba mostrando en una tabla el monograma de Jesús, JHS, predicaba que “el nombre de Jesús es el brillo de los predicadores…¿De dónde, piensas, que procede tanto esplendor y que tan rápidamente se haya propagado la fe por todo el mundo sino por haber predicado a Jesús?¿Acaso no es por la luz y dulzura de este nombre por el que Dios nos llamó y conduce a la gloria?...¡Oh nombre glorioso, nombre regalado, nombre amoroso y santo! Por ti la culpa se borra, los enemigos huyen vencidos, los enfermos sanan, los atribulados y tentados se robustecen y se siente gozosos todos. Tú eres la honra de los creyentes, tú el maestro de los predicadores, tú la fuerza de los que trabajan, tú el valor de los débiles.”

Y es que el nombre de Jesús equivale a la persona misma de Jesús. Decir que le nombre de Jesús es tesoro de bienes infinitos es decir que Jesús es tesoro de bienes infinitos, es toda clase de bendiciones espirituales y celestiales. ¿De quién me han venido todos los bienes, sino de Vos, Jesús?, dice Santa Teresa de Jesús.

San José quedó extasiado cuando pronunció por primera vez el nombre de Jesús. Oficialmente se lo impone a los ocho días de su nacimiento en la ceremonia de la circuncisión, y Jesús es la única palabra del Santo que nos guarda el evangelio, pero ¡Qué palabra! Porque llamarle Jesús lo haría desde el momento que le vio nacido de su esposa juntamente con ella y lo repetirían en silencio contemplativo. Escribe el recién declarado Doctor de la Iglesia San Juan de Ávila: “Contó el uno al otro el dulce nombre de Jesús que el ángel les había dicho que pusiesen al Niño después de nacido; y fue muy particular gozo entre ellos de oír nombre tan excelente y consolativo como es Jesús, que quiere decir Salvador y, como el ángel les dijo, Salvador de los pecados”. (Sermón de San José). ¿Qué sentirían San José y la Virgen al oír por primera vez, pronunciado por sus labios, el nombre dulcísimo de Jesús? Se les hizo miel exquisita en la boca, melodía celestial en el oído y júbilo exultante en el corazón.


P. Román Llamas, ocd
04 de septiembre de 2013

Tomado de:


miércoles, 7 de agosto de 2013

Un artículo del Carmelita Román Llamas en torno a San José



Plenitud de gracia

Cada miércoles, día dedicado a la memoria y al amor al gloriosísimo y santísimo San José, un recuerdo especial suyo como homenaje al Papa Francisco por el amor y devoción que tiene al glorioso Patriarca, como lo demuestra especialmente, amén de otras muchas manifestaciones, por la homilía pronunciada en el día de su toma de posesión del ministerio Petrino el 19 de marzo, fiesta de San José. Y últimamente haciendo que su nombre sea pronunciado inmediatamente después de la Virgen María en las plegarias eucarísticas II, III, IV de la Misa. Esto supone una inmensa glorificación para San José y, pienso, un buen medio para propagar la devoción al glorioso Patriarca.

A la Virgen María la saludó el ángel llena de gracia, cuando le anunció que iba a ser la Madre de Dios. Lleno de gracia saludamos a San José, que tiene un alma semejantísima a la de la Virgen María y a quien Dios unió en matrimonio con ella, matrimonio predestinado por el Señor desde la eternidad para acoger en él a su Hijo Encarnado, y que llevó  a cabo el Espíritu Santo, por el que se lo dio no “solo como compañero de vida, testigo de la virginidad y tutor de la honestidad sino también para que participase por medio del pacto conyugal de la excelsa grandeza de ella” (Custodio del Redentor 20). Y ¿cuál es la grandeza de María sino su plenitud de gracia?.

Sí, San José está lleno de la gracia de Dios por el Espíritu Santo desde el seno de su madre: fue santificado en su seno y esa santificación fue debida a su condición de esposo de María y padre virginal de Jesús. El Espíritu Santo le llenó de su caridad, de sí mismo de una manera perfectísima. Hasta tal punto que no podía pecar voluntariamente, porque  la llenez de gracia y caridad y amor le impedían pecar. El que ha nacido de Dios no comete pecado…, y no puede pecar porque ha nacido de Dios,  dice san Juan  (Juan 3, 9). San José fue afirmado en el bien de tal modo que durante todo el curso de su vida terrena no cometió ningún pecado actual voluntario. Por la ardentísima caridad se da el conocimiento de la verdad que excluye todo error.

Además, esta plenitud de gracia y de caridad ataron la concupiscencia del pecado –el fomes peccati de modo que no pudiese caer en ella. Lo exigía la alteza de su ministerio, una vida de la más grande, amistosa y familiar intimidad con la Virgen María y con el Verbo encarnado. Y esta intimidad con la más pura que los ángeles y el más blanco que los lirios del valle exigía en José la mayor semejanza con su Esposa y con su Hijo Jesús en todas las virtudes pero especialmente en el candor de una integridad y pureza angelical. Y lo obró el Espíritu Santo llenándolo plenamente de su gracia y de su caridad.

La confirmación en gracia de la santísima Virgen  María fue por divina providencia, impidiendo a su sensibilidad todo movimiento desordenado. Del mismo modo podemos decir que San José fue confirmado en gracia por Dios que no permitió que apareciese en él ningún movimiento desordenado de la concupiscencia. Así se explica que no haya cometido durante su toda vida pecado alguno voluntario inmortal ni venial. Todo santo.

A lo largo de la historia de la historia de la Iglesia ha habido santos que han sido confirmados en gracia en un momento concreto de su vida. El caso de Santa Teresa que ella describe en las séptimas moradas y lo llama matrimonio espiritual en el cual Jesús le ha dado un signo sensible de esta gracia: la entrega de un anillo o una  palabra como esta: ya eres toda mía y yo todo tuyo.

San Juan de la Cruz dice que la Virgen María desde el principio fue levantada a este alto estado (del matrimonio espiritual) y que siempre su moción fue por el Espíritu Santo, del que estaba llena (3S 2,10) Proporcionalmente San José estuvo también desde el principio lleno del Espíritu Santo y solo se movió por él; vivía una vida de santidad ajena a todo pecado. Su único motor érale espíritu Santo, que es amor y caridad esencial. En San José vivía en Espíritu Santo. 

P. Román Llamas, OCD
7 de agosto de 2013

Tomado de:

http://www.bloguerosconelpapa.org/2013/08/plenitud-de-gracia-de-san-jose.html


Letanías a San José

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Como tú (Canto a San José)

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Video: Fiesta de San José 2012 en la Parroquia de San Esteban

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La fuente número 100 del Vaticano, dedicada a San José

Joven Nazareno (Canto a San José)

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Video: Villancico de José

Video: San José, una historia de amor (Canto a San José)

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En el Jubileo de 100 años de la partida de un apóstol de San José

Imágenes X Simposio Internacional sobre San José 2009

San José en el Simposio Internacional de Kevelaer 2005

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Conversación con San José / Rozmowa ze Świętym Józefem

Audio: La virtud de San José

Video: 18 de marzo de 2009 Meditación Josefina en el rezo de Vísperas de Benedicto XVI

Video: 19 de marzo de 2009 Palabra de vida dedicada a San José por el P. Jesús Higueras

Video: 19 de marzo de 2009 La actualidad de San José. Por José Luis Navas

Canto: 'Carpintero'. Un canto del cantautor católico Felipe Gómez

Benedicto XVI, Misa del 19 de marzo de 2009. Viaje Camerún-Angola.

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