¡No nos olvidemos de
San José!
Novenario 2017
Día 1
La familia necesita de un padre
1) Inicio
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
V. Envía Señor tu Espíritu.
R. Y se renovará la faz de la tierra.
Canto a San José
2 Lectura: Lucas 2, 41-52
3) Meditación
La
familia es una realidad que está en transformación. Hay grupos en la sociedad
que reclaman nuevos modelos de familia. Además, el núcleo familiar ha sido
invadido y, en consecuencia, modificado, por la presencia del celular y de las
redes sociales y el internet. Por momentos pareciera que la familia está
perdida.
Al
menos en esta situación, pareciera que a la familia se le pierde Dios. También
José y María perdieron de vista a un día a Jesús, y cuando se dieron cuenta, se
pusieron inmediatamente a buscarlo. Recordemos las palabras pronunciadas por el
Papa Francisco en Tuxtla Gutiérrez, en el Encuentro de las Familias en nuestro
país:
“Hoy en día vemos y vivimos por distintos
frentes cómo la familia está siendo debilitada, cómo está siendo cuestionada.
Cómo se cree que es un modelo que ya pasó y que ya no tiene espacio en nuestra
sociedad y que bajo la pretensión de modernidad, propician cada vez más un
modelo basado en el aislamiento. Y se van inoculando en nuestras sociedades, se
dicen sociedades libres, democráticas, soberanas, se van inoculando
colonizaciones ideologías que las destruyen y terminamos siendo colonias de
ideologías destructoras de la familia, del núcleo de la familia que es la base
de toda sana sociedad.
Es cierto, vivir en familia no siempre es
fácil, muchas veces es doloroso y fatigoso, pero creo que se puede aplicar a la
familia lo que más de una vez he referido a la Iglesia: prefiero una familia
herida, que intenta todos los días conjugar el amor, que a una familia y
sociedad enferma por el encierro o la la comodidad del miedo a amar. Prefiero
una familia que una y otra vez intenta volver a empezar, que a una familia y
sociedad narcisista obsesionada por el lujo y confort. ¿Cuántos chicos tenés?
No, no tenemos, porque, ¡Claro!, nos gusta salir de vacaciones, ir al turismo,
quiero comprarme una quinta, el lujo y el confort, y los hijos quedan, y cuando
quisiste tener uno, ya se te pasó la hora. ¡Qué daño que hace eso! Prefiero una
familia con rostro cansado por la entrega, que a una familia con rostros
maquillados, que no han sabido tener ternura y compasión.
Y no nos olvidemos de San José, calladito ,
trabajador, pero siempre al frente, siempre cuidando la familia”.
4)
Oración
María, José, Jesús
ustedes vivieron las
mismas agitaciones de cualquier familia,
tenían buenos y malos
momentos,
alegrías y
dificultades, prisas y risas;
queremos poner en sus
manos a la gran familia humana, que llora de dolor, que alumbra nuevas cosas,
aunque no todas
sirven para que vivíamos mejor
ni seamos más
personas.
Ponemos en tus manos,
María
a todos nuestros
hijos,
a los hijos de esta
sociedad nuestra,
a los que les damos
muchas cosas,
sintiéndonos
culpables de que no tenemos para ellos tiempo,
ese espacio que
sabemos necesitan
y que la vida que
tenemos montada nos lo roba.
Sugiérenos la mejor
forma de ser padres,
de darles cariño y
seguridad
en el escaso tiempo
que nos encontramos con ellos.
Ponemos en tus manos,
José,
todas las
dificultades de la vida de pareja.
Tú que no lo tuviste
nada fácil
y que nos admiras con
tu paciencia,
ayúdanos a cuidar
nuestra relación,
a superar las crisis,
a poder con las dudas.
Échanos una mano
para mantener vivo el
entusiasmo,
para que seamos un
apoyo el uno para el otro
y para que juntos nos
ayudemos a cumplirlos,
como tú lo hiciste
con María y Jesús.
Ponemos en tus manos,
Jesús,
a todos los jóvenes,
que lo tienen
difícil, a los que la vida
les hace todo tipo de
ofertas fáciles,
para caminar por
atajos de libertades opresoras,
de amores facilones,
de eternos deseos y
caprichos,
de placeres vacíos…
Ayúdanos a
presentarles el amor verdadero,
la ilusión por
transformar el mundo,
el dolor de la
injusticia,
la preferencia por
los pobres,
el valor de lo
pequeño.
Invítalos Tú a la
vida en abundancia;
Recuérdales tu
proyecto vital
Y dales sueños de
libertad y de fraternidad.
Ponemos en tus manos,
Padre,
Nuestros corazones
raquíticos,
Que tanto se aferran
a su pequeña familia.
Danos un corazón
universal,
que nos sintamos
hermanos de todas las personas
y no descansemos
hasta que hayamos construido
la gran familia
humana,
esa que es tu sueño
para nosotros,
y nuestro sueño y
compromiso hoy contigo.
Solos no podemos
lograrlo, pero contigo
a nuestro corazón se
le abren todas las puertas.
Gracias, Señor, por
hacernos sentir que somos de tu familia.
Amén
5. Acción: Como familia haremos un pacto: olvidarnos del
celular mientras comemos y platicar de nosotros mismos.
Tomado de: El Propagador de la devoción al señor San José, Año 146, n. 3, Marzo 2017, pp. 2-4.
Ilustración: Ricardo González Copado
Título: José la llevó consigo
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