(Siervo de Dios, padre José María Vilaseca, Fundador de la Familia Josefina)
Editorial
La Familia Josefina celebra el Jubileo 2010: !Vilaseca vive! con motivo del primer centenario de la muerte de su Fundador, el Siervo de Dios, padre José María Vilaseca (1910).
Vilaseca, discípulo de Jesús, nació el 19 de enero de 1831 en Igualada, Barcelona, España. De joven siente la llamada de Dios a la vocación sacerdotal y comienza su preparación en el Seminario de Barcelona. Allí escucha la invitación a hacerse misionero en América. Luego de orar, reflexionar y consultar emprende la travesía a México, donde ingresa a la Congregación de San Vicente de Paúl. Se ordena sacerdote en 1856.
Vilaseca, misionero de Jesús, sigue los pasos del Maestro y recorre los caminos y los pueblos en varios estados de la República Mexicana, dando misiones y ejercicios espirituales. Esta experiencia misionera le permite palpar la realidad que se vivía en ese entonces: analfabetismo, falta de centros de salud, abandono de la niñez y de la juventud, falta de sacerdotes, muchas parroquias abandonadas o mal atendidas, ignorancia religiosa, pobreza y marginación de los indígenas, etc.
Vilaseca, apóstol de San José, siente el impulso del Espíritu Santo para dar a conocer a San José por todos los medios posibles y dar respuestas concretas e innovadoras a las necesidades a las que se ha hecho sensible. De aquí nacen las obras de san José:
— La imprenta religiosa: edita y distribuye libros que contribuyan a la evangelización.
— El Propagador de la devoción al Señor San José y El Sacerdocio católico, revistas para
dar a conocer a San José y el sacerdocio.
— La Asociación de San José: organiza a los laicos para promover y sostener las vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras así como la educación.
— Las Hermanas Josefinas y los Misioneros Josefinos que se ocuparán de las misiones entre los indígenas, la educación de la niñez y de la juventud así como la atención de los enfermos y de los desamparados.
Vilaseca, hombre de principios, que vive y los deja como herencia: "Estar siempre útilmente ocupado", "Hacer siempre y en todo lo mejor" y "Adelante, siempre adelante, pues lo quiere San José".
Vilaseca, siervo bueno y fiel, culmina su vida en este mundo el 3 de abril de 1910, y, acompañado de Jesús, María y José, parte a la casa del Padre.
Vilaseca, modelo de vida cristiana, es un hombre que ha trascendido tiempos y fronteras, por eso podemos afirmar que Vilaseca vive en cada miembro de la Familia Josefina, la cual tiene como tarea orar y trabajar por su beatificación.
Vilaseca, discípulo de Jesús, nació el 19 de enero de 1831 en Igualada, Barcelona, España. De joven siente la llamada de Dios a la vocación sacerdotal y comienza su preparación en el Seminario de Barcelona. Allí escucha la invitación a hacerse misionero en América. Luego de orar, reflexionar y consultar emprende la travesía a México, donde ingresa a la Congregación de San Vicente de Paúl. Se ordena sacerdote en 1856.
Vilaseca, misionero de Jesús, sigue los pasos del Maestro y recorre los caminos y los pueblos en varios estados de la República Mexicana, dando misiones y ejercicios espirituales. Esta experiencia misionera le permite palpar la realidad que se vivía en ese entonces: analfabetismo, falta de centros de salud, abandono de la niñez y de la juventud, falta de sacerdotes, muchas parroquias abandonadas o mal atendidas, ignorancia religiosa, pobreza y marginación de los indígenas, etc.
Vilaseca, apóstol de San José, siente el impulso del Espíritu Santo para dar a conocer a San José por todos los medios posibles y dar respuestas concretas e innovadoras a las necesidades a las que se ha hecho sensible. De aquí nacen las obras de san José:
— La imprenta religiosa: edita y distribuye libros que contribuyan a la evangelización.
— El Propagador de la devoción al Señor San José y El Sacerdocio católico, revistas para
dar a conocer a San José y el sacerdocio.
— La Asociación de San José: organiza a los laicos para promover y sostener las vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras así como la educación.
— Las Hermanas Josefinas y los Misioneros Josefinos que se ocuparán de las misiones entre los indígenas, la educación de la niñez y de la juventud así como la atención de los enfermos y de los desamparados.
Vilaseca, hombre de principios, que vive y los deja como herencia: "Estar siempre útilmente ocupado", "Hacer siempre y en todo lo mejor" y "Adelante, siempre adelante, pues lo quiere San José".
Vilaseca, siervo bueno y fiel, culmina su vida en este mundo el 3 de abril de 1910, y, acompañado de Jesús, María y José, parte a la casa del Padre.
Vilaseca, modelo de vida cristiana, es un hombre que ha trascendido tiempos y fronteras, por eso podemos afirmar que Vilaseca vive en cada miembro de la Familia Josefina, la cual tiene como tarea orar y trabajar por su beatificación.
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Tomado de:
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El Propagador de la devoción al señor San José, año CXXXVIII, n. 10, Noviembre/Diciembre, 2009.
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