San José, un creyente maduro en la fe
José, ya antes de nacer Jesús, era un creyente maduro en la fe. Lo que tuvo que vivir con motivo de la concepción y el nacimiento de Jesús, nos revela los diversos comportamientos, trabajos y superaciones por los que puede pasar una persona que, aun siendo madura en la fe, se expresa en el ámbito de una disminución progresiva de la ignorancia de Dios.
José, ya antes de nacer Jesús, era un creyente maduro en la fe. Lo que tuvo que vivir con motivo de la concepción y el nacimiento de Jesús, nos revela los diversos comportamientos, trabajos y superaciones por los que puede pasar una persona que, aun siendo madura en la fe, se expresa en el ámbito de una disminución progresiva de la ignorancia de Dios.
Dos son las palabras clave del relato evangélico que nos ayudan a comprender la actitud de José: «Su esposo, José, que era hombre recto y no quería difamarla, decidió repudiarla en secreto».
Los exegetas discuten el significado exacto de estas dos puntualizaciones. El texto original usa una expresión que resulta más dura que la de la traducción: «Su esposo, José, que era recto y no quería exponerla a la infamia pública..,»
Con todo, el mismo texto original no es muy claro. La misma dificultad de interpretación ya nos hace comprender que las personas rectas (en el lenguaje neotestamentario, maduras en la fe y que han cubierto ya buenos trechos en el camino de la caridad), se pueden encontrar en situaciones angustiosas.
Entre las diferentes hipótesis, me parece útil prestar atención a lo que nos dice la Biblia de Jerusalén en una nota: «La rectitud de José consiste en el hecho de que no quiere amparar con su nombre a un niño cuyo padre desconoce». Nos encontramos ante una justicia legal. José no puede dar su nombre al niño.
Prosigue la nota: su justicia consiste «también en que José, estando convencido de la virtud de María, rechaza someter este misterio, que él no comprende, al riguroso proceso legal». En este sentido, la justicia de José comienza a ser la justicia que describe Pablo en Gálatas 5,22: «agathosúne», una bondad comprensiva.
Naturalmente sufre mucho porque está en un conflicto de conciencia. En efecto, la nota de la Biblia de Jerusalén nos dice que había un «procedimiento riguroso de la Ley» al que José, en virtud de su sola justicia, no sólo habría podido atenerse, sino que quizá debería haberlo hecho. En esta situación, la madurez de su amor se muestra en que se arriesga a sobrepasar la frontera legal; en José prevalece la atención a la persona sobre el estricto rigor de la ley.
Podemos recordar cómo Jesús reprueba frecuentemente a los Fariseos y les echa en cara su modo de entender la ley y su dureza de corazón.
Pbro. Jorge E. García
Jueves 19 de Marzo de 2009
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