San José, patriarca y protector de la Sagrada Familia
Si menciono a san José no es porque hoy sea su fiesta ni tampoco porque sea mi santo patrón, sino por otras circunstancias que le hacen estar de actualidad en esta España en la que yo vivo.
Jesús de Nazaret fue, según los parámetros en que nos movemos hoy, un hijo no deseado. No le buscaban, y se encontraron los dos con él. De haber sucedido hoy en día, no le hubieran faltado a María apologetas que la presionaran para que lo abortase con la excusa de que no es mas que un conglomerado de células (por tanto, abortar es tanto como reventarse una espinilla), o de que pobrecita ella, con lo joven que es… Más joven es el bebé que lleva dentro, y aún más inocente de su condición. A José no le hubieran faltado “amigos” que le hubieran recomendado escaquearse del problema con el argumento de que un polvo no es más que un polvo, y un espermatozoide un algo inconsecuente. A Dios gracias a ambos su conciencia les dictaba otra cosa.
No es mal día para volver a tratar el tema del aborto, la peor lacra y maldición actual de nuestro planeta. Eliminar a los más débiles, los no nacidos, en aras de un bienestar pasajero, o de la inconsecuencia de los actos personales, es tan absurdo como rascarse un oído hasta perforarse el tímpano, y luego seguir rascándose. Pero el caso es que se hace todos los días. Por millares.
José Manuel Rodríguez Gómez-Escobar
El artículo fue publicado el 19 de marzo de 2009 y aparece en:
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