martes, 31 de marzo de 2009

Imagen de marzo en el Calendario Josefino 2009


Una pintura sobre san José de Efrén Ordoñez Villalobos

Te comparto la imagen, correspondiente al mes de marzo, que aparece en el Calendario Josefino 2009 preparado por la revista El Propagador de la devoción al Señor San José. El Propagador es una revista iniciada en la Ciudad de México (1871) por el Fundador de los Misioneros de San José (19/IX/1872) el Padre José María Vilaseca (1831-1910). Es la publicación más antigua de México.

La pintura es obra del Arquitecto Efrén Ordóñez Villalobos originario de Chihuahua, México. Esta es una de varias las obras que el Arquitecto Ordóñez ha pintado, a través del tiempo, en distintos lugares de la República Mexicana. Si quieres saber más del arquitecto Ordoñez en la entrada del 14 de enero de 2009 en este blog de Publicaciones Josefinas.

Esta pintura es del año 2007 y es un oleo sobre tela que se encuentra en la Parroquia de Corpus Christi, en Monterrey, Nuevo León. La foto de esta imagen de Cristina Rodríguez Rodríguez.

En la imagen contemplamos a San José, con los vestidos propios del obrero, junto a su Hijo Jesús.
Las manos de San José señalan a aquel que es el camino (Juan 14, 6-9), y a su vez aluden al patrocinio sobre el mundo laboral. Significativamente él, junto a su hijo Jesús, se encuentran al inicio del sendero del trabajo, representado en las figuras de las construcciones, que en silueta, simbolizan los lugares donde tiene origen la creación del esfuerzo del ingenio humano.

Vemos, además, a Jesús niño, cuya mirada nos contempla. El pequeño sostiene en su mano izquierda un pan y en su mano derecha un pez que nos recuerda la multiplicación de panes y peces (Juan 6, 1-15). Éstos son, a su vez, símbolos de la Eucaristía que alimenta y da vigor en el trabajo de construir un mundo de justicia que el Hijo de Dios nos vino a enseñar.

P. Óscar Alejandro m. j.

lunes, 30 de marzo de 2009

Una semana cultural dedicada a San José


V Encuentro de Paloteaus Semana Cultural Aragonesa Barrio de San José (Zaragoza)

Un años más, y ya son cinco, la Asociación Cultural Danze de San José, junto con la Junta de Distrito y la Comisión de Fiestas, organizamos un encuentro de paloteado dentro de la programación de la Semana Cultural de San José. Encuentro que además cuenta con la colaboración de la Peña Adebán y el Colegio la Salle Montemolín.

Este año contamos con la presencia de los dances de la Puebla de Alfinden, Albeta y Boquiñeni.

Además, estrenaremos una mudanza de espadas, El Rabalete, cuya composición musical ha sido cedida por Pepín Banzo y la coreografia ha sido creada por los propios danzantes bajo la coordinación de Serchio Pardos.

Dicha coreografía ha sido el resultado de los talleres que la asociación organiza los sábados en el Centro Cultural Teodoro Sánchez Punter en colaboración con el área de Juventud del Ayuntamiento de Zaragoza.

Así que os esperamos a todos/as el próximo Sábado 21 de marzo a partir de las 11:30 horas en la plaza mayor de San José.

Asociación Cultural Danze de San José
19 de marzo de 2009

domingo, 29 de marzo de 2009

San José un hombre más allá del legalismo


San José, un creyente maduro en la fe

José, ya antes de nacer Jesús, era un creyente maduro en la fe. Lo que tuvo que vivir con motivo de la concepción y el nacimiento de Jesús, nos revela los diversos comportamientos, trabajos y superaciones por los que puede pasar una persona que, aun siendo madura en la fe, se expresa en el ámbito de una disminución progresiva de la ignorancia de Dios.

Dos son las palabras clave del relato evangélico que nos ayudan a comprender la actitud de José: «Su esposo, José, que era hombre recto y no quería difamarla, decidió repudiarla en secreto».

Los exegetas discuten el significado exacto de estas dos puntualizaciones. El texto original usa una expresión que resulta más dura que la de la traducción: «Su esposo, José, que era recto y no quería exponerla a la infamia pública..,»

Con todo, el mismo texto original no es muy claro. La misma dificultad de interpretación ya nos hace comprender que las personas rectas (en el lenguaje neotestamentario, maduras en la fe y que han cubierto ya buenos trechos en el camino de la caridad), se pueden encontrar en situaciones angustiosas.

Entre las diferentes hipótesis, me parece útil prestar atención a lo que nos dice la Biblia de Jerusalén en una nota: «La rectitud de José consiste en el hecho de que no quiere amparar con su nombre a un niño cuyo padre desconoce». Nos encontramos ante una justicia legal. José no puede dar su nombre al niño.

Prosigue la nota: su justicia consiste «también en que José, estando convencido de la virtud de María, rechaza someter este misterio, que él no comprende, al riguroso proceso legal». En este sentido, la justicia de José comienza a ser la justicia que describe Pablo en Gálatas 5,22: «agathosúne», una bondad comprensiva.

Naturalmente sufre mucho porque está en un conflicto de conciencia. En efecto, la nota de la Biblia de Jerusalén nos dice que había un «procedimiento riguroso de la Ley» al que José, en virtud de su sola justicia, no sólo habría podido atenerse, sino que quizá debería haberlo hecho. En esta situación, la madurez de su amor se muestra en que se arriesga a sobrepasar la frontera legal; en José prevalece la atención a la persona sobre el estricto rigor de la ley.

Podemos recordar cómo Jesús reprueba frecuentemente a los Fariseos y les echa en cara su modo de entender la ley y su dureza de corazón.

Pbro. Jorge E. García
Jueves 19 de Marzo de 2009

Tomado de:

sábado, 28 de marzo de 2009

San José, héroe del silencio


19 de Marzo: Día de San José. Héroe del silencio

1.- No pronunció ni una sola palabra; desconocemos si su vida fue dilatadamente grande, o excesivamente corta, pero su presencia, fortaleza, confianza y su testimonio suplieron con creces lo que sus labios no nos narran. Ese es, ni más ni menos, San José.

*El hombre obediente. Aquel que, mirando al cielo, supo renunciar a fama y amores, para que Dios hiciera de Santa María un vergel donde naciera el Autor de la vida: Jesucristo.

*El hombre prudente. Siempre anduvo entre bambalinas. No fue gran actor ni radiante estrella. Pero, su figura, ha estado presente y lo sigue estando, a la hora de tomar un modelo para vivir la fe; para seguir a Jesús; para responder a Dios. Su fe como respuesta, sigue siendo estímulo para todos aquellos que no sabemos cómo ni desde dónde responder a Dios. Su prudencia, a buen seguro, le valió el ser estimado por Dios. Hombre y último eslabón del Antiguo Testamento, hizo posible que emergiera –de la Sagrada Familia- Aquel que iba a ser final de profetas, Profeta entre profetas, inicio de una nueva era, futuro y esperanza: Jesucristo.

Ese, sí; ese es San José. Nunca el silencio habló tanto. Nunca desde el silencio se hizo tanto. Nunca, con el silencio, se manifestó tanto: una adhesión total al plan salvífico de Dios.

2.- Con razón, la Iglesia, lo venera como Patriarca. Es su protector y, aunque su esposa –María- sea estrella en la evangelización, no lo es menos el destello, sobrio pero firme, que irradia la figura de San José.

-Su profesión no nos es desconocida; nos invita a trabajar honradamente
-Su corazón, es un referente para actuar; es bondad personificada
-Su pensamiento, aun no siendo escrito, sabemos que estaba dentro de las coordenadas de Dios.

Que nunca antepuso sus intereses ni sus dudas a las reglas del Señor. Que, Jesús, fue para él lo primero. Con El se volcó hasta las últimas consecuencias. ¿Podemos esperar más de San José?

¿Que tuvo dudas? Quien no las tiene cuando, Dios, pide algo que parece estar por encima de nuestras posibilidades.

¿Qué sufrió luchas, noches oscuras y batallas internas? Estudiemos a profetas y patriarcas. Incluso, detengámonos en la noche de Getsemaní “aparta de mí este cáliz”. San José, como no podía ser de otra manera, refleja al hombre que buscando a Dios, sabe que no siempre es fácil darle gusto. Pero lo hizo…¡y cómo! ¡Con todas las consecuencias! Involucrándose, en cuerpo y alma, a la causa de Jesús.

¿Que tuvo que renunciar a su propia felicidad? Cuando uno se encuentra, frente a frente, con el Dios que todo lo puede, no existe ya ni renuncia ni sacrificio; es consecuencia gozosa de la fe.

3. Con razón en este día, en muchas Diócesis, echamos un vistazo al Seminario. A ese lugar en el que se forja la personalidad de los futuros sacerdotes. San José fue el primer formador de aquel primer seminario de Nazaret. No se dejó llevar por su propia ideología. Quiso, ante todo, que el sentido de Dios traspasara su hogar, sus metas, su esfuerzo y su misión.

También nosotros, en este día de San José, oramos por los futuros sacerdotes. Para que se sientan resortes, manos abiertas, canales por los que el pensamiento y el sentimiento de la Iglesia, se hagan presentes en el mundo, en los hombres y mujeres de nuestro tiempo.San José fue un hombre valiente. Poco le importó que, el ambiente, no le acompañara. Que su fama fuese diminuta o puesta en entredicho: quiso servir y lo hizo radicalmente….pero sin fuegos artificiales.

--Que el Patrón de la Iglesia apadrine a nuestros seminarios. Que interceda ante Dios para que, los jóvenes que escuchen la llamada del Señor, lejos de echarse atrás, abracen con ilusión y con esperanza uno de los caminos más excelentes, y que más merece la pena acoger y emprender: el sacerdocio.
Que San José salvaguarde igualmente a nuestros padres. A todos aquellos que, junto con las madres, tienen la tarea –no solamente de engendrar hijos- sino además la tarea de educarlos y hacerles descubrir el amor que Dios les tiene.

--Que San José custodie a todas las congregaciones que llevan su nombre. A todas las instituciones de beneficencia que, honrando a San José, saben que nunca les faltará el sustento diario.
--Que San José, que alcanzó la mejor muerte que una persona pudiera desear (en los brazos de la Virgen y bajo la mirada atenta de Jesús) conforte a todos los enfermos que, con o sin dolor, se acercan al final de sus vidas.

Que San José, que compartió tantas horas de felicidad y de angustia con la Virgen, nos ayude a no avergonzarnos de ser lo que somos: cristianos.

San José, padre de los creyentes, nunca tu silencio…..habló tanto ni tan claro. ¡Gracias!

4.- ¡QUÉ BIEN HABLASTE!
(A San José)


No dijiste palabra alguna,
pero tus obras te delataron.
Tuviste espléndida esposa,
más, como hombre de fe,
la quisiste dejar para Dios.
En el horizonte de tu vida,
con singular belleza
con nítida luz
irradió la estrella de María;
pero, también la humildad de tu candil,
iluminó con el aceite de la sencillez
con el destello de tu obediencia
con el fuego de tu pobreza
con la llama de la verdad.

Sí, José; ¡qué bien hablaste!

Te escuchó el cielo,
y a partir de ese momento,
Dios comenzó a escribir tranquilo:
el amor se hacia hombre en María
el amor era custodiado por tu mano
el amor era educado por tu inteligencia
el amor era trabajado,
a golpe de cincel y martillo,
en el banco de tu ser carpintero.

Sí, José; ¡qué bien hablaste!

Nunca, un ángel,
llevó tan grata respuesta al cielo:
José cree y calla
José espera y duerme
José se fía y camina
José obedece y..despierta

Nunca, un ángel de las alturas,
en un intento de descender sosiego,
recibió en respuesta
tu serenidad y tu paz como consuelo.

Tomaste a María como esposa
Recibiste a Jesús como hijo
Fuiste hombre de pocas palabras
pero tus obras hablaron.¨

Javier Leoz

Tomado del martes 17 de marzo de 2009 de la dirección:

viernes, 27 de marzo de 2009

Reflexión en torno al patrocinio de San José desde Santiago de Chile


Patrocinio de San José, fuente de gracia para la Misión Continental

En marzo recordamos muy especialmente a San José Protector de Cristo y de su Iglesia. Hoy nos disponemos a vivir con entusiasmo este llamado de Dios a ser sus discípulos y sus misioneros, acompañados de nuestra Santísima Madre y de su esposo José, de quien Juan Pablo II escribiera que fue el “primero en participar de la fe de la Madre de Dios… y ha sido puesto en primer lugar por Dios en la vía de la «peregrinación de la fe».” Unidos en la Escuela de María, mujer cuya vida estuvo muchos años bajo el solícito cuidado de José de Nazaret, nos sentimos animados por el testimonio y la poderosa intercesión de quien protegió y alimentó a Cristo y a su madre.

Por ello es muy apropiado recordar en estos días de gozo y convicción el amor y la confianza que muchos Papas han profesado al Santo Patriarca. Su patrocinio sobre la Iglesia, de fuerte presencia en la piedad popular a partir el Siglo XVI, fue oficialmente declarado por Pío IX, el 8 de diciembre de 1870, mediante el decreto “Quaemadmodum Deus”. Recogiendo peticiones de 153 obispos y 43 Superiores Generales y ante las amenazas políticas que experimentaba la Iglesia, “…para ponerse a sí mismo y a todos los fieles bajo el poderosísimo patrocinio del santo patriarca José…lo declaró Patrono de la Iglesia Católica”.

Más tarde, el 15 de agosto de 1889, León XIII publica la Encíclica “Quamquam Pluries” dedicada a reflexionar sobre la devoción a San José. El Papa León constataba la difícil situación que atravesaba la Iglesia en ese momento y sabiendo que “ante circunstancias tan infaustas y problemáticas, los remedios humanos son insuficientes… se hace necesario, como único recurso, suplicar la asistencia del poder divino.” Por ello pide a los fieles elevar oraciones a San José por ser este un poderoso protector de la Iglesia.

Recogiendo una sólida tradición patrística presente en la liturgia, recuerda que el José de Egipto era tipo de San José. “Y así como el primero (José de Egipto) fue causa de la prosperidad de los intereses domésticos de su amo y a la vez brindó grandes servicios al reino entero, así también el segundo, (San José) destinado a ser el custodio de la religión cristiana, debe ser tenido como el protector y el defensor de la Iglesia, que es verdaderamente la casa del Señor y el reino de Dios en la tierra.”

Muchos otros Pontífices recomendaron la devoción al Santo Patriarca, pero es de subrayar la especial devoción que el Papa Juan XXIII le manifestó. En 1961 como preparación espiritual al Concilio Vaticano II, Juan XXIII escribió la Carta Apostólica "Le Vocis” sobre la Devoción a San José. En ella coloca este gran evento bajo la protectora mirada y poderosa intersección del Santo.

“Todos, pues, están interesados en el Concilio: eclesiásticos, y seglares, grandes y pequeños de todas las partes del mundo, de todas las clases, razas y colores; y si se piensa en un protector celestial para impetrar de lo alto, en su preparación y desarrollo, esa virtud divina, que parece destinado a marcar una época en la historia de la Iglesia contemporánea, a ninguno de los celestiales patronos puede confiársele mejor que a San José, cabeza augusta de la Familia de Nazaret y protector de la Santa Iglesia.”

Finalmente, en 1989 el felizmente recordado Papa Juan Pablo II, mediante la Exhortación Apostólica Redemptoris Custos nos hereda su rica y variada reflexión sobre la Figura y la misión de San José en la vida de Cristo y de la Iglesia. De este profundo y rico documento queremos resaltar algunos textos que nos parecen iluminadores para nosotros hoy, al empezar con esperanza la gran Misión Continental:

“El patrocinio de San José debe ser invocado y todavía es necesario a la Iglesia no sólo como defensa contra los peligros que surgen, sino también y sobre todo como aliento en su renovado empeño de evangelización en el mundo y de reevangelización… Para llevar el primer anuncio de Cristo y para volver a llevarlo allí donde está descuidado u olvidado, la Iglesia tiene necesidad de un especial "poder desde lo alto" (cf. Lucas 24, 49; Hechos 1, 8), don ciertamente del Espíritu del Señor, no desligado de la intercesión y del ejemplo de sus Santos.”

“Deseo vivamente que el presente recuerdo de la figura de san José renueve también en nosotros la intensidad de la oración que hace un siglo mi Predecesor recomendó dirigirle. Esta plegaria y la misma figura de José adquieren una renovada actualidad para la Iglesia de nuestro tiempo, en relación con el nuevo Milenio cristiano.”

El Papa termina la carta encíclica con estas palabras que deben alentar la acción misionera que hemos empezado y que nos urge hoy: “Que San José nos indique el camino de la Alianza salvífica, ya a las puertas del próximo Milenio, durante el cual debe perdurar y desarrollarse ulteriormente la 'plenitud de los tiempos', que es propia del misterio inefable de la encarnación del Verbo.”

Al terminar este recorrido por algunos documentos de los Papas sobre la misión de San José en la Iglesia, debemos reconocer que no hemos ahondado en la vasta reflexión pontificia recogida en homilías y discursos. Sin embargo, parece suficiente para dejar por sentado que la figura de San José no está destinada a un acto de culto privado y marginal dentro de la Iglesia. No es una bella devoción más. Según el Magisterio Pontificio encontramos en él un poderoso aliado suplicante y un modelo que nos anima en nuestro quehacer eclesial. Su figura y el poderoso patrocinio nos servirá de inspiración en tiempos en que la Iglesia y a todos en ella nos aprestamos a ponernos en “un estado de misión permanente”… para que seamos “servidores de la vida”.

Por ello hoy no esta de más recordar lo que Juan Pablo II enseñara:

“Este patrocinio debe ser invocado y todavía es necesario a la Iglesia no sólo como defensa contra los peligros que surgen, sino también y sobre todo como aliento en su renovado empeño de evangelización en el mundo y de reevangelización en aquellos "países y naciones, en los que -como he escrito en la Exhortación Apostólica Post-Sinodal Christi fideles laici- la religión y la vida cristiana fueron florecientes y" que "están ahora sometidos a dura prueba" (45).”

Como lo dijera nuestro pastor el Cardenal Francisco Javier al celebrar los 15 años de la Exhortación Redemptoris Custos:

“José seguirá preocupado por la familia de Jesús, por la familia de María, por su propia familia que es la Iglesia…, lo que le importa a José es que en la vida de la Iglesia se prolongue aquello que el mismo vivió en su propia vida…Que la Iglesia siempre se levante. Que la Iglesia nunca se adormezca.”

Hoy en este “tiempo nuevo que inauguramos para la Iglesia de América Latina y el Caribe, y para nuestra propia Iglesia particular” , pidamos al padre terreno de Jesús que nos acompañe y anime orando en comunión con su esposa la Santísima Virgen María para que esta Misión Continental sea un servicio eclesial que nos traiga vida en abundancia a todos.


Fuente: Misioneros Josefinos

Santiago, 19/03/2009

jueves, 26 de marzo de 2009

Meditación en torno a San José respecto al aborto


San José, patriarca y protector de la Sagrada Familia

Si menciono a san José no es porque hoy sea su fiesta ni tampoco porque sea mi santo patrón, sino por otras circunstancias que le hacen estar de actualidad en esta España en la que yo vivo.

Jesús de Nazaret fue, según los parámetros en que nos movemos hoy, un hijo no deseado. No le buscaban, y se encontraron los dos con él. De haber sucedido hoy en día, no le hubieran faltado a María apologetas que la presionaran para que lo abortase con la excusa de que no es mas que un conglomerado de células (por tanto, abortar es tanto como reventarse una espinilla), o de que pobrecita ella, con lo joven que es… Más joven es el bebé que lleva dentro, y aún más inocente de su condición. A José no le hubieran faltado “amigos” que le hubieran recomendado escaquearse del problema con el argumento de que un polvo no es más que un polvo, y un espermatozoide un algo inconsecuente. A Dios gracias a ambos su conciencia les dictaba otra cosa.

No es mal día para volver a tratar el tema del aborto, la peor lacra y maldición actual de nuestro planeta. Eliminar a los más débiles, los no nacidos, en aras de un bienestar pasajero, o de la inconsecuencia de los actos personales, es tan absurdo como rascarse un oído hasta perforarse el tímpano, y luego seguir rascándose. Pero el caso es que se hace todos los días. Por millares.

José Manuel Rodríguez Gómez-Escobar

El artículo fue publicado el 19 de marzo de 2009 y aparece en:

miércoles, 25 de marzo de 2009

Carta semanal del Cardenal Agustín García-Gasco dedicada a San José


San José en el siglo XXI

Valencia, 14 de marzo de 2009

Las fallas son fiestas en honor de San José, patrono del gremio de los carpinteros. Este origen histórico invita a que pongamos nuestros ojos en el Santo Patriarca al que Dios le encomendó, nada más y nada menos, que el cuidado de su Hijo y de su Madre. Este hombre, bueno y sencillo, no es sólo modelo de virtudes teológicas y espirituales. También es fácil reconocer en él un conjunto de virtudes y valores que hacen la vida social más humana, y, por tanto, más de Dios.

La Iglesia ha mantenido la memoria viva del Patriarca San José de muchos modos. Uno de los más eficaces es la devoción de los siete domingos previos a su fiesta, en los que se meditan sus dolores y gozos. Aquí encontramos un primer mensaje eficaz: la vida de las personas está tejida por momentos de todo tipo. Nadie escapa al sufrimiento. No es realista concebir la propia existencia como un camino exento de altibajos. Vivimos en una sociedad profundamente mercantilista donde es fácil dejarse seducir por la continua adulación orientada al consumismo. La llamada sociedad del bienestar resulta ser una ilusión, una promesa falsa que hace más dura la caída. La enseñanza de san José en el siglo XXI es animarnos a considerar que los dolores vividos con esperanza preparan el camino para un gozo superior.

José es modelo de respeto profundo a la dignidad de la persona, a lo que Dios tiene preparado para ella. Su dolor al plantearse si tiene que dejar a María, su esposa, se ve superado con creces por la alegría de saber que Ella ha sido elegida para Madre de Dios. ¡Cuánta necesidad tiene nuestra sociedad de aprender este respeto profundo para el matrimonio y para todas las relaciones entre las personas! El mejor antídoto contra la violencia es aprender a mirar a los otros con el respeto y el amor con que Dios nos mira.

En su camino hacia Belén para inscribirse en el censo, José aparece como un buen ciudadano que cumple sus obligaciones con respecto a su comunidad. María embarazada y José se comportan como las personas sencillas que no buscan privilegios y que incluso tienen que experimentar la pobreza, por falta de acogida de los demás. En su humildad son recompensados con el cariño y admiración de los pastores y también de los grandes señores que ofrecen sus dones porque buscan a Dios. En José vemos con claridad que la vida de los pueblos está sólidamente cimentada cuando hay personas que saben cumplir su deber con amor, sin dejarse seducir por la tiranía del dinero, del poder o de las apariencias.

José presenta al Niño y a su Madre en el templo. Es modelo de la persona religiosa que vive con alegría los gestos de amor que Dios espera de sus hijos. Y allí en el templo va a conocer mejor la misión de su Hijo adoptivo: derramar su sangre para salvación del mundo. El nombre de Jesús pasará a ser la llave que abra la puerta para que la fuerza del amor cambie el signo de la historia. Bien pronto José, como padre adoptivo, aprende a reconocer que los hijos no son propiedad de sus padres. Los hijos tienen una misión en la vida y en la historia que los padres tienen que aprender a respetar con alegría.

José aparece también como modelo de escucha de la voluntad de Dios y de libertad religiosa. Cuando comprende que su Esposa y su Hijo van a tener que sufrir por la salvación del mundo, acepta que hay un orden superior en la comprensión de las cosas que está por encima de cualquier consideración humana. Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. Cuando nos sumamos a la voluntad de Dios el orden de las cosas humanas encuentra todo su sentido y expresión.

La huída a Egipto y el regreso a Nazaret marcan un programa de defensa de los derechos de la familia. La primera misión de la familia es proteger la vida y la educación de los hijos, y José actúa en consecuencia. Ante la tiranía de su época, el santo Patriarca actúa con prudencia buscando lo mejor para María y para Jesús. Vivimos en el siglo XXI en una sociedad de derechos, pero en ocasiones nos hallamos con que los derechos son más teóricos que reales, y en otras ocasiones los verdaderos derechos se difuminan.

Finalmente, José se nos presenta como un modelo para el trabajo y para vivirlo con sentido, desarrollando una ocupación que sostiene a la familia, y una vida familiar que educa para el trabajo, para la generosidad, para la responsabilidad hacia los demás.

Valencia es verdaderamente dichosa de centrar sus fallas en la figura de san José. En él encuentra un modelo para renovar lo mejor de su alegría y de su convivencia. San José es en el siglo XXI un referente para recuperar la importancia social de la paternidad. Paternidad y maternidad son dos vivencias complementarias queridas por Dios que permiten a los hombres y mujeres sentirnos integrantes de la gran familia de la humanidad.Con mi bendición y afecto.

Cardenal Agustín García-Gasco,
Arzobispo Administrador Apostólico de Valencia

Tomado de:

http://www.lasprovincias.es/valencia/20090314/valencia/jose-siglo-20090314.html

martes, 24 de marzo de 2009

José mostró, de manera eminente como ser padre


Volver al padre

PAMPLONA, miércoles, 18 marzo 2009 (ZENIT.org).- Con motivo del 19 de marzo, día del padre, publicamos el artículo que ha escrito el profesor Ramiro Pellitero del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la Universidad de Navarra.


Se dice que la modernidad tomó en serio el mito del hijo (Perseo) que, por la fuerza del destino, ha de matar al padre (Acrisio). Dejando ahora aparte sus innegables conquistas al servicio del hombre, la modernidad ha perdido su memoria y la conexión con sus raíces. Ha identificado al padre con la autoridad y a ésta con el poder del que quería librarse. Al mismo tiempo ha quebrado la piedad (parte de la virtud de la religión) y las manifestaciones de respeto y cariño hacia los progenitores. Y ha terminado oponiéndose a la vida: no sólo dudando si vale la pena, sino incluso arrogándose el poder de suprimirla recién concebida o en cualquier otro momento si estorba, sobre todo la vida débil, disminuida o enferma, de modo particular en su etapa final.

Pero los hijos necesitan valorar y querer a su padre, y que él los valore y los quiera; y cuando esto no se produce, surgen problemas afectivos. También el padre necesita comprenderse y mostrarse a sí mismo como padre. Y todo ello comienza para él, a su vez, cuando es niño -hijo- y va configurando su imagen de lo que es un padre.

El cine abunda, como tema principal o tema importante, en este recuperar la imagen o la figura del padre, en esta nostalgia del padre. Y esto en formas muy distintas. Los replicantes de "Blade Runner" (R. Scott, 1982) buscan desesperadamente a su creador; como sugerente metáfora de su semejanza con los hombres, buscan a un "padre", para reclamarle nada menos que la inmortalidad. En "Paris, Texas" (W. Wenders, 1984) es el padre mismo quien intenta recuperar su identidad reconociendo a su hijo y devolviéndolo a la madre. La trilogía de Kieslowski ("Tres colores": "Azul", "Blanco" y "Rojo", 1993 y 1994), refleja una idea de Dios más cercana al Juez del Antiguo Testamento que al Padre misericordioso del Evangelio, pero siempre desde la búsqueda espiritual. A. Holland le hace decir a su Beethoven ("Copying Beethoven", 2006): "Mi padre era un animal y un borracho. Si Dios es mi padre, reniego de él"; pero luego, en la novena sinfonía, el coro cantará: "Hermanos, sobre la bóveda estrellada debe habitar un Padre amoroso". En "El niño con el pijama a rayas" (M. Herman, 2008), Bruno se introduce en el mundo de su amigo Schmuel para ayudarle a encontrar a su padre y comparte su destino. Y así podríamos seguir.

La perspectiva cristiana ilumina poderosamente la realidad de la paternidad junto con la maternidad. El cristianismo es también una "patro-logía": una teología del padre -que tiene entrañas de madre- y más aún, una profunda y plena vivencia de las relaciones paterno-filiales.

En su encíclica Dives in misericordia (1980), Juan Pablo II señalaba que es difícil comprender y vivir lo que es ser padre si uno no se esfuerza en ser buen hijo. Ya en 1964 compuso un poema sobre la paternidad, donde pone en boca de Adán sus reflexiones: "Siendo padre de tantos, tantos hombres, debo ser niño: cuanto más padre, más niño". Adán descubre la necesidad de mirar a Cristo, porque en Él se revela el amor del Padre. Y ese amor se transforma, en Cristo, en el amor del esposo, que se entrega por la humanidad y cada persona, "como amante por su amada". Así en Cristo se manifiesta esa gran trilogía que ilumina toda paternidad humana (física o espiritual) y la eleva al nivel divino: padre, niño, amor.

Con otras palabras, para todo padre, lo prioritario es ser buen hijo de Dios. Y desde ahí lo siguiente es el amor a la esposa, renovado y demostrado cada día en lo grande y en lo pequeño. Los hijos son primero de Dios y en segundo lugar, y continuamente, fruto del amor de los esposos. Y todo esto tiene también su reflejo paralelo en el ámbito de la paternidad espiritual. José de Nazaret hizo las veces de padre de Jesús, y mostró de manera eminente cómo debe ser un padre.

Explicando el Padrenuestro, dirá Joseph Ratzinger en su libro "Jesús de Nazaret" que "ser hijo no significa dependencia, sino permanecer en esa relación de amor que sustenta la existencia humana y le da sentido y grandeza". Más adelante en la misma obra, a propósito de la parábola del hijo pródigo, retoma lo que significa volver al Padre y acoger su abrazo: "El ‘yugo' de este brazo no es un peso que debamos soportar, sino el regalo del amor que nos sostiene y nos convierte en hijos". Por otra parte -afirma en diversos lugares- sólo volviendo a Dios, nuestro Padre común, nos podemos volver a encontrar con nuestros hermanos. Volver al Padre es para los cristianos experimentar la alegría de la confesión sacramental. Y para todos está abierta su casa, la familia de Dios que es la Iglesia.

Profesor Ramiro Pellitero
Instituto Superior de Ciencias Religiosas, Universidad de Navarra

Tomado de:

http://www.zenit.org/article-30563?l=spanish

lunes, 23 de marzo de 2009

Video: La actualidad de San José




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La actualidad de San José

Te presento un video tomado de diocesis.tv de la Diócesis de Málaga, España.
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De este sitio de videos he tomado un archivo dedicado a San José titulado: La actualidad de San José. En este breve documento audiovisual José Luis Navas, quien comunmente analiza la actualidad a la luz del Evangelio, nos presenta, en esta ocasión, la figura de San José.
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El video lo puedes encontrar al final de este blog de Actualidades Josefinas.

P. Óscar Alejandro, m. j.

domingo, 22 de marzo de 2009

ACI Prensa ofrece varios recursos sobre San José

ACI Prensa presenta renovado especial sobre San José

Redacción central, 18 Mar. 09 / 12:17 am (ACI)

Al celebrarse este 19 de marzo la Solemnidad de San José, ACI Prensa pone a disposición de sus usuarios y del público en general un renovado especial sobre el Santo Custodio.

En el nuevo material, recopilado por el Director de la Enciclopedia Católica, José Gálvez Kruger, se puede encontrar una serie de textos devocionales tomados de "Annales du culte de Saint Joseph", algunos textos de teología sobre San José tomados de la "Teología de San José de Bonifacio Llamera O.P." y una selección de oraciones antiguas y modernas.

Asimismo, este especial contiene el texto íntegro del libro de Luis Fernando Figari, Fundador y Superior General del Sodalicio de Vida Cristiana, "Enseñanzas de San José para la vida cristiana".

De otro lado, quienes accedan al especial podrán revisar, entre otros, una selección de textos del especialista en San José Tarcisio Stramare O.S.J, tomado de su libro "San José y la Historia de la Salvación", un estudio del gran teólogo francés P. Bertrand de Margerie S.J. sobre el texto: "El misterio de San José, esposo y Padre" del también jesuita P. José de Verthamont, del siglo XVIII.

Para acceder al especial ingrese a:
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sábado, 21 de marzo de 2009

Benedicto XVI pone su viaje a África bajo el amparo de San José


Benedicto XVI, Angelus Domingo 15 de marzo de 2009

Queridos hermanos y hermanas:

Desde el martes 17 hasta el lunes 23 de marzo llevaré a cabo mi primer viaje apostólico a África. Iré a Camerún, a la capital Yaundé, para entregar el "Instrumento de trabajo" de la II Asamblea especial para África del Sínodo de los obispos, que tendrá lugar en octubre aquí, en el Vaticano; proseguiré luego a Luanda, capital de Angola, un país que, después de una larga guerra interna, ha reencontrado la paz y ahora está llamado a reconstruirse en la justicia. Con esta visita deseo abrazar idealmente a todo el continente africano: sus mil diferencias y su profundo espíritu religioso; sus antiguas culturas y su arduo camino de desarrollo y de reconciliación; sus graves problemas, sus dolorosas heridas y sus enormes potencialidades y esperanzas. Quiero confirmar en la fe a los católicos, animar a los cristianos en el compromiso ecuménico y llevar a todos el anuncio de paz confiado a la Iglesia por el Señor resucitado.

Mientras me preparo para este viaje misionero, resuenan en mi alma las palabras del apóstol san Pablo que la liturgia propone a nuestra meditación en este tercer domingo de Cuaresma: "Nosotros predicamos a Cristo crucificado —escribe el Apóstol a los cristianos de Corinto—, escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados, lo mismo judíos que griegos, Cristo es fuerza de Dios y sabiduría de Dios" (1 Corintios 1, 23-24). Sí, queridos hermanos y hermanas, viajo a África con la convicción de que no tengo nada que proponer o dar a aquellos con los que me encuentre si no es Cristo y la buena nueva de su cruz, misterio de amor supremo, de amor divino que vence toda resistencia humana y hace posible incluso el perdón y el amor a los enemigos. Esta es la gracia del Evangelio, capaz de transformar el mundo; esta es la gracia que puede renovar también a África, porque genera una fuerza irresistible de paz y de reconciliación profunda y radical. Por tanto, la Iglesia no persigue objetivos económicos, sociales o políticos; la Iglesia anuncia a Cristo, convencida de que el Evangelio puede tocar el corazón de todos y transformarlo, renovando de este modo desde dentro a las personas y las sociedades.

El 19 de marzo, precisamente durante la visita pastoral a África, celebraremos la solemnidad de san José, patrono de la Iglesia universal, y también mío personal. San José, avisado en sueños por un ángel, tuvo que huir con María a Egipto, en África, para poner a salvo a Jesús recién nacido, a quien el rey Herodes quería matar. Así se cumplieron las Escrituras: Jesús siguió los pasos de los antiguos patriarcas y, como el pueblo de Israel, volvió a la Tierra prometida después de haber estado en el exilio en Egipto. A la intercesión celestial de este gran santo encomiendo mi próxima peregrinación y a las poblaciones de toda África, con los desafíos que la marcan y las esperanzas que la animan. En particular, pienso en las víctimas del hambre, de las enfermedades, de las injusticias, de los conflictos fratricidas y de todas las formas de violencia que, por desgracia, sigue afectando a adultos y niños, así como a misioneros, sacerdotes, religiosos, religiosas y voluntarios. Hermanos y hermanas, acompañadme en este viaje con vuestra oración, invocando a María, Madre y Reina de África.

Tomado de:
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Imagen tomada de:
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Un breve, pero hermoso pensamiento sobre San José


San José

19 de marzo
San José

Mateo 1, 16-18.21-24 Cuando José se despertó….

del sueño, vio que el sueño era realidad. Cuando José se despertó, comprendió, y se le iluminaron los ojos, y pudo ver más allá de su letargo. Todo se volvió manifestación de tu gloria, Señor, porque llegaste a lo cotidiano de su vida, y alteraste sus sueños y su realidad, y en el silencio de la confusión aceptó sin entender, solo fiándose en tu palabra, que le llegó a través de un sueño.

Luis Fernando Crespo, SM

Tomado del blog: Dime una palabra:

viernes, 20 de marzo de 2009

San José un modelo de vida sacerdotal y religiosa


Viaje apostólico
del Santo Padre Benedicto XVI
a Camerún y Angola
(17-23 de marzo de 2009)

Celebración de las vísperas
Discurso del Santo Padre Benedicto XVI
Basílica María Reina de los Apóstoles, barrio de Mvolyé – Yaundé

Miércoles 18 de marzo de 2009

Queridos Hermanos Cardenales y Obispos,
queridos sacerdotes y diáconos,
queridos hermanos y hermanas consagrados,
queridos amigos miembros de otras Confesiones cristianas,
queridos hermanos y hermanas:

Tenemos la alegría de reunirnos para dar gracias a Dios en esta basílica dedicada a María Reina de los Apóstoles, de Mvolyé, construida en el lugar donde fue edificada la primera iglesia levantada por los misioneros Espiritanos venidos para traer la Buena Nueva a Camerún. Así como el ardor apostólico de aquellos hombres abrazaba en su corazón a todo el País, este lugar abarca simbólicamente cada rincón de vuestra tierra. Por eso, esta tarde dirigimos nuestra alabanza al Padre de las luces, queridos hermanos y hermanas, en un ambiente de gran cercanía espiritual con todas las comunidades cristianas en las que ejercéis vuestro servicio.

En presencia de los representantes de las otras Confesiones cristianas, a los que dirijo un saludo respetuoso y fraterno, os propongo contemplar los rasgos característicos de San José a través de las palabras de la Sagrada Escritura que nos ofrece esta liturgia vespertina.

Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos: «Uno solo es vuestro Padre» (Mateo 23,9). En efecto, no hay más paternidad que la de Dios Padre, el único Creador «de todo lo visible y lo invisible». Pero al hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, se le ha hecho partícipe de la única paternidad de Dios (cf. Efesios 3,15). San José muestra esto de manera sorprendente, él que es padre sin ejercer una paternidad carnal. No es el padre biológico de Jesús, del cual sólo Dios es el Padre, y sin embargo, desempeña una plena y completa paternidad. Ser padre es ante todo ser servidor de la vida y del crecimiento. En este sentido, San José ha demostrado una gran dedicación. Por Cristo, ha sufrido la persecución, el exilio y la pobreza que de ello se deriva. Tuvo que establecerse en un lugar distinto de su aldea. Su única recompensa fue la de estar con Cristo. Esta disponibilidad explica las palabras de San Pablo: «Servid a Cristo Señor» (Colosenses 3,24).
No se trata de ser un servidor mediocre, sino un siervo «fiel y juicioso». La unión de estos dos adjetivos no es casual: sugiere que tanto la inteligencia sin lealtad como la fidelidad sin sabiduría son cualidades insuficientes. La una sin la otra no permiten asumir plenamente la responsabilidad que Dios nos confía.

Queridos hermanos sacerdotes, debéis vivir en vuestro ministerio cotidiano esta paternidad. En efecto, la Constitución Conciliar Lumen Gentium subraya: los sacerdotes «han de preocuparse de los fieles que engendraron espiritualmente con el bautismo y la doctrina» (n. 28). Entonces, ¿cómo no volver sin cesar a la raíz de nuestro sacerdocio, el Señor Jesucristo? La relación personal con Él es constitutiva de lo que queremos vivir, la relación con Él, que nos llama sus amigos, pues todo lo que ha aprendido de su Padre, nos lo ha dado a conocer (cf. Juan 15,15). Viviendo esta profunda amistad con Cristo, encontraréis la verdadera libertad y la alegría de vuestro corazón. El sacerdocio ministerial conlleva una honda relación con Cristo que se nos da en la Eucaristía. Que la celebración de la Eucaristía sea verdaderamente el centro de vuestra vida sacerdotal, y así será también el centro de vuestra misión eclesial. En efecto, Cristo nos llama a participar en su misión durante toda nuestra vida, a ser sus testigos, para que se anuncie a todos su Palabra. Al celebrar este sacramento en nombre y en la persona del Señor, no es la persona del sacerdote la que ha de ponerse en primer plano: él es un servidor, un humilde instrumento que señala a Cristo, porque Cristo mismo se ofrece en sacrificio para la salvación del mundo. «El que gobierne, pórtese como el que sirve» (Lucas 22,26), dijo Jesús. Y Orígenes ha escrito: «José entiende que Jesús era superior a él mientras le era sumiso, y a sabiendas de la superioridad de su menor, José le mandaba con temor y mesura. Que todos reflexionen: a menudo, una persona de menor valía es colocada por encima de gente mejor que él, y a veces ocurre que el inferior vale más que aquel que parece mandar sobre él. Cuando alguien que ha sido elevado en dignidad comprenda esto, ya no se hinchará de orgullo por su rango más alto, sino que sabrá que su inferior puede ser mejor que él, al igual que Jesús estaba sujeto a José» (Homilía sobre San Lucas, XX, 5, SC p. 287).

Queridos hermanos en el sacerdocio, vuestro ministerio pastoral exige muchas renuncias, pero también es una fuente de alegría. En una relación de confianza con vuestros obispos, fraternamente unidos a todo el presbiterio, y con el apoyo del Pueblo de Dios que se os ha confiado, sabréis responder con fidelidad a la llamada que el Señor os hizo un día, como llamó a José para que cuidara de María y del Niño Jesús. Queridos sacerdotes, que seáis fieles a las promesas que habéis hecho a Dios ante vuestro Obispo y ante la asamblea. El Sucesor de Pedro os agradece vuestro generoso compromiso al servicio de la Iglesia y os alienta a no dejaros turbar por las dificultades del camino. A los jóvenes que se preparan para unirse a vosotros, así a como los que aún tienen inquietudes, quisiera reiterarles esta tarde la alegría que comporta el entregarse totalmente al servicio de Dios y de la Iglesia. Tened la valentía de ofrecer un «sí» generoso a Cristo.

También a vosotros, hermanos y hermanas comprometidos en la vida consagrada o en los movimientos eclesiales, os invito a dirigir la mirada a San José. Cuando María recibió la visita del Ángel en la Anunciación, ella ya estaba prometida con José. Puesto que se dirige personalmente a María, el Señor asocia ya íntimamente a José al misterio de la Encarnación. Él aceptó unirse a esta historia que Dios había comenzado a escribir en el seno de su esposa. Por tanto, tomó consigo a María. Acogió el misterio que había en ella y el misterio que era ella misma. La amó con ese gran respeto que es el sello del amor auténtico. San José nos enseña que se puede amar sin poseer. Al contemplarle, cualquier hombre o mujer, con la gracia de Dios, puede ser llevado a la superación de sus dificultades afectivas, a condición de que entre en el proyecto que Dios ha comenzado a realizar ya en los que están cerca de Él, como José entró en la obra de la redención a través de la figura de María y gracias a lo que Dios ya había hecho en ella. Que vosotros, queridos hermanas y hermanos comprometidos en los movimientos eclesiales estéis atentos a los que os circundan y mostréis el rostro amoroso de Dios a los más humildes, especialmente mediante la práctica de las obras de misericordia, la educación humana y cristiana de la juventud, el servicio de promoción de la mujer y de tantos otros modos.

También es muy significativa e indispensable para la vida de la Iglesia la contribución espiritual de los personas consagradas. Esta llamada a seguir a Cristo es un don para todo el Pueblo de Dios. Con la adhesión a vuestra vocación, imitando a Cristo casto, pobre y obediente, totalmente consagrado a la gloria de su Padre y al amor de sus hermanos y hermanas, tenéis como misión dar testimonio ante nuestro mundo, tan necesitado de ello, de la primacía de Dios y de los bienes futuros (cf. Vita consecrata, n. 85). Con vuestra fidelidad incondicional a vuestros compromisos, sois en la Iglesia un germen de vida que crece al servicio del Reino de Dios. En todo momento, pero de modo particular cuando la fidelidad es sometida a prueba, San José os recuerda el sentido y el valor de vuestros compromisos. La vida consagrada es una imitación radical de Cristo. Por tanto, es necesario que vuestro estilo de vida manifieste con toda claridad lo que os hace vivir y que vuestra actividad no oculte vuestra identidad profunda. No tengáis miedo de vivir plenamente la consagración de vosotros mismos que habéis hecho a Dios, y de testimoniarlo con autenticidad en vuestro entorno. Un ejemplo que impulsa de manera particular a buscar esta santidad de vida es el del Padre Simon Mpeke, llamado Baba Simon. Sabéis cómo «el misionero descalzo» empleó todas las fuerzas de su ser en una humildad desinteresada, con la preocupación de salvar las almas, sin escatimar los desvelos y los esfuerzos del servicio material a sus hermanos.

Queridos hermanos y hermanas, la meditación sobre el itinerario humano y espiritual de San José nos invita a apreciar la magnitud de la riqueza de su vocación y del modelo que él representa para todos los que han querido consagrar su vida a Cristo, tanto en el sacerdocio como en la vida consagrada o en diversas formas de compromiso en el laicado. En efecto, José ha vivido a la luz del misterio de la Encarnación. No sólo con una cercanía física, sino también con la atención del corazón. José nos desvela el secreto de una humanidad que vive en presencia del misterio, abierta a él mediante los detalles más concretos de la existencia. En él no hay separación entre fe y acción. Su fe orienta de manera decisiva su acción. Paradójicamente, es actuando, asumiendo por tanto las propias responsabilidades, como mejor se aparta él, para dejar a Dios la libertad de llevar a cabo su obra, sin interponer obstáculos. José es un «hombre justo» (Mateo 1,19), porque su vida está «ajustada» a la Palabra de Dios.

La vida de San José, transcurrida en la obediencia a la Palabra, es un signo elocuente para todos los discípulos de Jesús que aspiran a la unidad de la Iglesia. Su ejemplo nos impulsa a entender que es abandonándose totalmente a la voluntad de Dios como el hombre se convierte en cumplidor eficaz del designio de Dios, que quiere reunir a los hombres en una sola familia, una sola asamblea, una sola ecclesia. Queridos amigos miembros de otras Confesiones cristianas, esta búsqueda de la unidad de los discípulos de Cristo es un gran reto para nosotros. Nos lleva ante todo a convertirnos a la persona de Cristo, a dejarnos atraer por Él. En Él es donde estamos llamados a reconocernos como hermanos, hijos de un mismo Padre. En este año dedicado al Apóstol Pablo, el gran predicador de Jesucristo, el Apóstol de las Naciones, dirijámonos juntos a él para escuchar y aprender «la fe y la verdad», en las que están enraizadas las razones de la unidad entre los discípulos de Cristo.

Para terminar, volvamos la mirada a la esposa de San José, la Virgen María, «Reina de los Apóstoles», advocación bajo la cual es venerada como patrona de Camerún. A ella confío la consagración de todos vosotros, vuestro deseo de responder más fielmente a la llamada que habéis recibido y a la misión que se os ha confiado. Por último, invoco su intercesión por vuestro hermoso País. Amén

Video: Palabra de Vida dedicado a San José


Una meditación de San José a través de TV Popular

En el espacio titulado: Palabra de vida, El padre Jesús Higueras nos habla acerca el Evangelio que la liturgia de la Iglesia propone a diario y que está llamado a hacerse vida.

Jesús Higueras es el párroco de Santa María de Cana, en Pozuelo (Madrid), sacerdote de 43 años que nace en una familia cristiana y según cuenta tiene la fortuna de ser llamado por el Señor para servirle en un ministerio que ha sido siempre para él fuente de gozo y felicidad.

En el día 19 de marzo de 2009 el P. Higueras dedicó la meditación a San José. Esta meditación la puedes encontrar al final del nuestro blog de Actualidades Josefinas.

El video fue tomado de Popular TV http://www.populartv.net/ en la siguiente dirección: http://www.youtube.com/watch?v=w6morjaILT0&feature=channel_page

jueves, 19 de marzo de 2009

Letra de las mañanitas en honor a San José


Las mañanitas es un canto popular, en México, que cantamos cada vez que alguien cumple años o está de aniversario. Es una costumbre de nuestro pueblo que en la fiesta de los santos patronos de las ciudades, los pueblos, las parroquias o las comunidades la gente componga letras que se adapten a la canción de las mañanitas. Te presento la letra de las mañanitas en honor de San José. El autor me es desconocido.

Mañanitas a señor San José

Estas son las mañanitas,
que cantamos con fervor,
al esposo de la Virgen
y Guardián del Redentor.

Despierta, José querido
y escucha nuestra oración:
hoy venimos a ofrecerte
los dones del corazón.

1. Desde tu trono de Gloria,
desde tu sede eternal,
hoy contempla nuestras cuitas
con mirada paternal.

2. Los ejemplos de tu vida,
tu sonrisa y tu candor,
nos anima a imitarte
y a suplicar tu favor.

3. Con los Tesoros que el Padre
en tus manos colocó.
De todas sus Posesiones
en rey te constituyó.

4. Tú eres el lugarteniente
en la casa del Señor;
tú eres de la Iglesia santa
el glorioso protector.

5. Digno esposo de María,
fiel custodio del Jesús;
eres Ínclito modelo
de Santidad y virtud.

6. Son tus dolores y gozos
saludable devoción,
son el bálsamo que cura
las llagas del corazón.

7. Hoy que el mundo se desgarra
con el odio y la ambición,
necesita de tu amparo
y espera tu Protección

8. De los esposos Modelo,
de los padres el ideal;
eres del hogar cristiano
el Patrono singular.

9. Nuestro México querido
hoy suplica tu favor;
que lo cubras con tu Manto
y los salves del error.

10. Hoy queremos consagrarte
nuestra vida y nuestro ser;
nuestras caras esperanzas
en ti queremos tener.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Video: Meditación Josefina del Papa en Camerún 18 de marzo de 2009


Celebración de las Vísperas el 18 de marzo de 2009: una hermosa meditación sobre San José

¡Ya puedes encontrar el video del Rezo de Vísperas del día 18 de marzo de 2009! Encuéntralo al final de las entradas en este diario digital de Actualidades Josefinas. Al final de las entradas de este diario.

http://www.youtube.com/user/PopularTV estas es la dirección de Popular TV, que desde Madrid comparte, íntegra, la celebración de las vísperas.

El video esta tomado del siguiente enlace:

http://www.youtube.com/watch?v=xQnPGL0sDxQ

lunes, 16 de marzo de 2009

Pintura de Ricardo González Copado entorno al Primer Dolor y Gozo


Desde el Templo de San José de los Poetas una obra de Ricardo González Copado

Te quiero presentar en este día una de las imágenes que están en nuestro templo de San José de los Poetas, dedicada a San José. La imagen es obra de un joven pintor jaliciense: Ricardo González Copado.

Esta imagen representa el primer dolor y gozo: José es confirmado en su misión de esposo y padre. Esta imagen nos recuerda el texto de Mateo 1, 18-25 en la que el ángel le confirma a José la misión de esposo y padre. En la imagen contemplamos a un José que duerme profundamente. En su banco de trabajo se aprecia un martillo y un madero recién trabajado en el cual se ven las virutas que señalan la labor del carpintero. En el marco de esta escena cotidiana de la vida de Nazaret vemos, en el ángel, por otro lado, una escena sobre humana en la que nos encontramos a un enviado de Dios que pone su mano derecha sobre la cabeza de José como un signo de consuelo por el dolor de José al pensar abandonar a María.

Dios, manifestado en el rayo de luz, es quien le ha regalado a José el don de ser padre de su Hijo y esposo de la Madre del Niño y en esto José ha encontró su dicha y su razón de ser. Este brillo de la luz divina acompañará y sostendrá la fe de su fe a lo largo de su camino.

P. Óscar Alejandro, m. j.

domingo, 15 de marzo de 2009

Séptimo dolor y gozo para el séptimo domingo dedicado a San José


Séptimo Dolor y Gozo

San José, modelo de santidad, que habiendo perdido al Niño Jesús sin tu culpa, le buscaste durante tres días con inmenso dolor hasta que, con gozo indecible, le encontraste en el templo en medio de los doctores.

Por este dolor y gozo, y ya que estás tan cerca de Dios, te pedimos nos ayudes a no perder nunca a Jesús por el pecado mortal, y si por desgracia lo perdiéramos, haz que lo busquemos con profundo dolor hasta que lo encontremos y podamos vivir en su amistad para gozar de Él contigo eternamente en el Cielo.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

Séptimo dolor y gozo

Le estuvieron buscando entre los parientes y conocidos, y al no hallarle, volvieron a Jerusalén en su busca (Lc 2, 44-45).

Cuánto dolor embargaba a José y a María aquellos días. Tantos desvelos, tantos cuidados, tantas alegrías..., y ahora no tenían al Niño. Además Dios les había dado el encargo de custodiar a su Hijo, ¡y lo habían perdido!

José y María preguntaron a unos y a otros. Nadie sabía nada. Tres días que se hacían larguísimos. A otros este suceso les dejaba indiferentes, a sus padres no. Sufrían sobremanera porque valoraban Quién era Jesús: Dios con nosotros.¡Qué pena si no nos dolieran los pecados, pues nos separan de Dios! ¡Qué pena si no los valorásemos como lo peor que puede suceder en el mundo! Ojalá tengamos aquellos sentimientos que tuvieron sus padres para que se nos rompa el corazón –de dolor de amor– al ver el pecado en nosotros o en los demás.

Séptimo gozo

Al cabo de tres días lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y haciéndoles preguntas (Lucas 2,46).

¿Cómo expresar la alegría de María y de José al encontrar al Niño? ¿No era alegría desbordante la que sentían los apóstoles y las santas mujeres después de encontrarse con el Resucitado? ¿No es alegría lo que hay en el cielo cuando un pecador se convierte y hace penitencia? Porque no hay felicidad como la de estar con Jesús.

¿Y dónde estaba el Niño? Estaba en el Templo. Jesús esperaba que sus padres le buscaran allí, como también hoy espera de nosotros que vayamos a la casa de Dios, le encontremos en su Palabra, nos alimentemos con la Eucaristía y nos unamos a Él por el amor en el sacramento de la Penitencia.

Si tenemos tristeza es porque nos apartamos de Dios. Si queremos ser felices, muy felices, ya sabemos el camino: estar con Jesús. Que estemos siempre con los Tres: con Jesús, con María y con José.

Reflexión:

· ¿Puedo decir en verdad que estoy contento, o hay algo que me quita la alegría? ¿Sé distinguir el cansancio de lo que me aparta de Dios?

· ¿Considero como algo verdaderamente vital el vivir siempre en gracia?

· ¿Valoro el pecado venial o cualquier otra falta de correspondencia como algo que me aleja de Dios?

· ¿Comprendo que la castidad es una virtud necesaria para poder ver y amar a Dios, y para que Dios me pueda mirar y amar mejor?

· ¿Recurro a la oración en todas mis necesidades y tribulaciones, o ando perdido en mis pensamientos?

· ¿Pido a Dios la perseverancia en las buenas obras hasta el fin de mi vida?

Propósito:

Acudir antes de la fiesta de san José al sacramento de la Penitencia, sabiendo que le daré una alegría a Dios.

Oración:
Oh varón justo y fiel, esposo castísimo de María Santísima, haz que aprendamos a vivir como Dios espera de nosotros. Enséñanos a confiar en Él, a santificarnos en nuestro trabajo, a ser alegres y a servir. Ayúdanos a ser fieles a nuestra vocación, llena de fecundidad a la Iglesia y extiende el ambiente de tu Sagrada Familia en todas las familias de la tierra. Así sea.

Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.
Jesús, José y María, con vos descanse en paz el alma mía.
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Jesús Martínez García
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Tomado de:

sábado, 14 de marzo de 2009

Índice de: El Propagador de la Devoción al señor San José (marzo 2009)


Te ofrezco, a continuación, el índice y la portada de una revista josefina mexicana: El Propagador de la devoción al Señor San José. Revista iniciada en la Ciudad de México (1871) por el Fundador de los Misioneros de San José (19/IX/1872) el Padre José María Vilaseca (1831-1910). Es la publicación religiosa más antigua de México.

Año CXXXVIII, N. 3, marzo de 2009.

Índice

p. 1 Editorial
p. 2 Hacia el 19 de marzo. Esquema para todos los días.
p. 3 Compromisos.
p. 4 Día primero. Desposorios de María y José.
p. 6 Día segundo. La fidelidad.
p. 8 Día tercero. La unidad.
p. 10 Día cuarto. El nombre de Jesús.
p. 13 Día quinto: La presentación de Jesús en el templo.
p. 14 Himno en honor del Siervo de Dios, José María Vilaseca.
p. 18 Día sexto. Obediencia afectiva.
p. 20 Día séptimo. Regreso a Nazaret.
p. 22 Día octavo. Tu padre y yo (solidarios).
p. 24 La vida del padre Vilaseca estuvo íntimamente unida a la del señor San José. Jubileo 2010 ¡Vilaseca Vive! P. Antonio Rivera Ibarra, m. j.
p. 28 Oración por la beatificación del padre Vilaseca y para alcanzar algún favor por su intercesión.

En la portada: San José con el Niño. Colegio Motolinia, Campus Obispado. Monterrey, N. L. México.

viernes, 13 de marzo de 2009

San José guiado por los ángeles e invocado ante la incertidumbre laboral de trabajadores italianos


Angelus domingo 1 de marzo de 2009

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy es el primer domingo de Cuaresma, y el Evangelio, con el estilo sobrio y conciso de san Marcos, nos introduce en el clima de este tiempo litúrgico: "El Espíritu impulsó a Jesús al desierto y permaneció en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás" (Marcos 1, 12-13). En Tierra Santa, al oeste del río Jordán y del oasis de Jericó, se encuentra el desierto de Judea, que, por valles pedregosos, superando un desnivel de cerca de mil metros, sube hasta Jerusalén. Después de recibir el bautismo de Juan, Jesús se adentró en aquella soledad conducido por el mismo Espíritu Santo que se había posado sobre él consagrándolo y revelándolo como Hijo de Dios.

En el desierto, lugar de la prueba, como muestra la experiencia del pueblo de Israel, aparece con intenso dramatismo la realidad de la kénosis, del vaciamiento de Cristo, que se despojó de la forma de Dios (cf. Filipenses 2, 6-7). Él, que no ha pecado y no puede pecar, se somete a la prueba y por eso puede compadecerse de nuestras flaquezas (cf. Hebreos 4, 15). Se deja tentar por Satanás, el adversario, que desde el principio se opuso al designio salvífico de Dios en favor de los hombres.

Casi de pasada, en la brevedad del relato, ante esta figura oscura y tenebrosa que tiene la osadía de tentar al Señor, aparecen los ángeles, figuras luminosas y misteriosas. Los ángeles, dice el evangelio, "servían" a Jesús (Marcos 1, 13); son el contrapunto de Satanás. "Ángel" quiere decir "enviado". En todo el Antiguo Testamento encontramos estas figuras que, en nombre de Dios, ayudan y guían a los hombres. Basta recordar el libro de Tobías, en el que aparece la figura del ángel Rafael, que ayuda al protagonista en numerosas vicisitudes. La presencia tranquilizadora del ángel del Señor acompaña al pueblo de Israel en todas las circunstancias, tanto en las buenas como en las malas.

En el umbral del Nuevo Testamento, Gabriel es enviado a anunciar a Zacarías y a María los acontecimientos felices que constituyen el inicio de nuestra salvación; y un ángel, cuyo nombre no se dice, advierte a José, orientándolo en aquel momento de incertidumbre. Un coro de ángeles lleva a los pastores la buena nueva del nacimiento del Salvador; y, del mismo modo, son también los ángeles quienes anuncian a las mujeres la feliz noticia de su resurrección. Al final de los tiempos, los ángeles acompañarán a Jesús en su venida en la gloria (cf. Mateo 25, 31). Los ángeles sirven a Jesús, que es ciertamente superior a ellos, y su dignidad se proclama aquí, en el evangelio, de modo claro aunque discreto. En efecto, incluso en la situación de extrema pobreza y humildad, cuando es tentado por Satanás, sigue siendo el Hijo de Dios, el Mesías, el Señor.

Queridos hermanos y hermanas, quitaríamos una parte notable del Evangelio, si dejáramos de lado a estos seres enviados por Dios, que anuncian su presencia en medio de nosotros y son un signo de ella. Invoquémoslos a menudo, para que nos sostengan en el compromiso de seguir a Jesús hasta identificarnos con él. Pidámosles, de modo especial hoy, que velen sobre mí y sobre mis colaboradores de la Curia romana que esta tarde, como cada año, comenzaremos la semana de ejercicios espirituales. María, Reina de los ángeles, ruega por nosotros.

Después del Ángelus

(En italiano)

Saludo a los trabajadores de la empresa Fiat de Pomigliano d'Arco, que han venido a manifestar su preocupación por el futuro de esa fábrica y de las miles de personas que, directa o indirectamente, dependen de ella para su trabajo. Pienso también en otras situaciones igualmente difíciles, como las que están afectando a los territorios de Sulcis-Iglesiente en Cerdeña, de Prato en Toscana y de otros centros en Italia y en otras partes. Me uno a los obispos y a las respectivas Iglesias locales expresando mi cercanía a las familias afectadas por este problema, y las encomiendo en la oración a la protección de María santísima y de san José, patrono de los trabajadores. Deseo alentar a las autoridades políticas y civiles, así como a los empresarios, para que con la colaboración de todos se pueda afrontar este delicado momento, pues hace falta un compromiso común y fuerte, recordando que se debe dar prioridad a los trabajadores y a sus familias.

(En castellano)

Saludo con afecto a los fieles de lengua española, en particular a los peregrinos de la parroquia de la Inmaculada de La Carlota, Córdoba, de la parroquia de Santa Cruz de Ibiza, y de las parroquias de San José y de San Antón de Murcia. En el mensaje de Cuaresma de este año he querido resaltar el valor y el sentido del ayuno. La privación voluntaria de algo que de por sí es lícito nos ayuda a un mayor dominio de nosotros mismos, a combatir el pecado, a amar más al prójimo, en definitiva, a cumplir con mayor prontitud la voluntad de Dios. Que la santísima Virgen nos alcance la gracia de vivir con provecho este tiempo de preparación para la Pascua.

¡Feliz domingo!
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Benedicto XVI
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Angelus tomado de:
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Fotografía tomada de:
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jueves, 12 de marzo de 2009

Para escuchar: La virtud de San José


La virtud de San José

Te presento este archivo de audio, tomado del Sitio: YouTube titulado: La virtud de San José. Este archivo de audio, ilustrado con una imagen de San José con el niño fue puesto en la red el 10 de noviembre de 2008.
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El archivo lo puedes encontrar al final de las entradas de este blog de Actualidades Josefinas junto con otros videos que vaya encontrando en la red.

Fue tomado del canal de videos:


Esta es una buena reflexión. Lamentablemente el administrador del sitio de videos no nos ofrece quien es el autor de la reflexión.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Video: San José, un hombre, un santo


Un hombre, un santo

Te presento un video animado de la vida de San José.
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El video lo encontré en el sitio de YouTube en el canal de 11122008a, canal de videos católicos:
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Este fue un video subido a la red el día 28 de diciembre de 2008 y lo puedes encontrar al final de las entradas de este diario de Actualidades Josefinas.

martes, 10 de marzo de 2009

Invitación a la primera exposición josefina en Guadalajara


Exposición Josefina

El próximo domingo 15 de marzo de 2009 el Filosofado Josefino y la Capellanía de San José de los Poetas organizan la primera Exposición Josefina. En ella se tendrán actividades, cantos, juegos, venta de artículos josefinos y convivencia familiar.

Nuestro Filosofado está ubicado en Rómulo Velasco # 3368, Col. Jardines de los Poetas, a un lado del templo.

Te esperamos de 8 de la mañana a 8: 30 de la noche.


lunes, 9 de marzo de 2009

Reflexión en torno a San José en la contraportada del Misal mensual de Buena Prensa


Te presento una reflexión que aparece en la contraportada del misal mensual de Buena Prensa correspondiente al mes de marzo (año 5, n. 59) en el que se nos ofrece un breve, pero bella reflexión a San José.

Un minuto de reflexión ...

Querido San José:

Tú sabes, san José, los problemas de los tra­bajadores, sobre todo, de los más pobres.

Cuando regresaste de Egipto, era el problema de la vivienda y el de encontrar trabajo. Eras un obrero en apuros. San José recorriendo puertas, contratistas, oficinas:

-Vuelva usted la semana que viene; es fácil que haya algo para ustedes.

- Deme su nombre, ya veremos.

- Lo siento, hoy no se fía, mañana sí.

Pero por fin, llega el día en que todo se arregla. Te llegó un día extraordinariamente feliz: el día en que Jesús comienza a trabajar lo mismo que tú. El día en que tú, san José obrero, te das cuenta de que el mismo Dios es un obrero.

Dios es un obrero, san José. La Virgen es la es­posa de un obrero: tu esposa. La sagrada fami­lia es la familia de un obrero: la tuya.

Adiós, san José. Ruega por los que trabajan, paraque todos vivan una vida digna de hombres.

Ruega por los que pueden trabajar y no traba­jan, porque no viven una vida de hombres.

Saludos a tu Señora y al Niño.
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Imagen tomada de:
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domingo, 8 de marzo de 2009

Sexto dolor y gozo para el sexto domingo dedicado a San José


Sexto Dolor y Gozo

Glorioso san José, que viste sujeto a tus órdenes al Rey de los Cielos. El consuelo que experimentaste al conducir de Egipto a tu querido Jesús fue turbado por el temor a Arquelao, fuiste, sin embargo, tranquilizado por el Ángel y permaneciste gozoso en Nazaret con Jesús y María.

Por este dolor y gozo te pedimos nos obtengas que, libres de todo temor nocivo, gocemos de la paz de conciencia y, viviendo tranquilos en unión de Jesús y de María, muramos en su compañía.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

Sexto dolor

Él se levantó, tomó al niño y a su madre y regresó a la tierra de Israel. Pero al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, temió ir allá (Mt 2, 21-22).

En el viaje de retorno a casa José tiene que cambiar los planes; toma el desvío y sigue hacia el norte, hacia Galilea. Va con Jesús –que ya tiene unos años– y con María; pero aunque camina contento, está preocupado por solucionar los problemas de cada día, por evitar los peligros del camino. Y no descansará tranquilo hasta el final del viaje.La vida consiste, en cierto sentido, en ir de camino. De camino hacia la casa del Padre, nuestra morada definitiva. Cada día es un paso que nos puede acercar al cielo. Pero no caminamos solos, vamos en compañía de otros, sobre todo de nuestra familia.Sería muy cómodo –muy egoísta– vivir sin preocuparse de los demás. Como a José, también a nosotros nos pide Dios que carguemos con la salud espiritual y física de los que nos rodean.

Sexto gozo

Y fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo dicho por los profetas: será llamado Nazareno (Mt 2,23).En Nazaret estableció José de nuevo su taller de artesano. Trabaja y trabaja con la garlopa. María también trabaja. Y Jesús, todavía niño, juega con las virutas de serrín; aprende a moverse entre clavos y maderos para el momento de la redención.José goza porque Dios ha querido que sea artesano, padre y esposo. Porque, precisamente en medio de esas tareas, él está con Jesús y con la Virgen María. Trabajar satisface humanamente, es medio de subsistencia, sirve para sacar adelante la familia. Pero sobre todo es el instrumento que tenemos para servir a Dios y a los demás.Nazaret ha quedado para la historia como el modelo de hogar, y el lugar donde Dios enseña a trabajar por amor y con alegría sobrenatural. El santo patriarca será el patrono de quienes trabajen con ese sentido cristiano. ¡Qué gozada vivir en una familia así, trabajando como Él!

Reflexión:·

¿Estoy contento en mi trabajo porque me gusta, porque saco provecho, o tendría que tener una motivación más sobrenatural?·
¿Procuro trabajar con la seriedad de un padre que tiene que sacar adelante su familia?
¿Advierto que Dios ve todo lo que realizo, cómo está hecho y las intenciones que tengo?
¿Se lo puedo ofrecer a Él? ¿Se lo ofrezco de hecho?·
¿Dedico suficiente tiempo a mi familia? ¿Me doy cuenta de que los demás necesitan de mi tiempo, de mí?·
¿Sé escuchar? ¿Recuerdo alguna cosa que me hayan hecho notar mis familiares y no acabo de tener en cuenta para rectificar?·
¿Rezo por mi familia? ¿Rezamos en familia?

Propósito:

Considerar en el trabajo –al menos al empezar– que puedo ofrecerlo a Dios a través de san José.

Oración:

Oh glorioso José, alcánzame la gracia de trabajar a imitación tuya: con orden, constancia, intensidad y presencia de Dios; de trabajar teniendo siempre ante mis ojos las almas todas y la cuenta que habré de dar del tiempo perdido y de la vana complacencia en mis trabajos, tan contraria a la gloria de Dios. Así sea.

Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.Jesús, José y María, con vos descanse en paz el alma mía.

Jesús Martínez García

Tomado de:

Letanías a San José

San José

Como tú (Canto a San José)

Himno a San José (Popular en Chile)

Fan de San José

San José abriga a la Virgen María, en su vestimenta

Meditación Papa Francisco sobre la Sagrada Familia 28dic2014

Maestro de fe (Canto a San José)

Atento a Dios (Versión CD)

Magníficat de San José

¡Abbá José!

¡Tú eres un nuevo José!

)

Hijo de Dios, hijo de José

Video: invitación fiesta de San José en San Esteban

Himno a San José

Súplica a San José, custodio y padre

Canto de ofertorio misa de San José: Pan y Vino

Canto a San José: 'Tu justicia

21feb2014 Modelo de amor al Señor (Canto a San José)

Entrevista con uno de los grandes especialistas del Centro Josefino Español

Homilía de apertura del XI Simposio Internacional sobre San José

Entrevista de Radio Vaticano con ocasión del XI Simposio Internacional sobre San José

Palabras de Bienvenida del Obispo de Ciudad Guzmán

Primer día del Simposio Internacional sobre San José

Video: Protector de la vida (Canto a San José)

San José en el escudo del Papa Francisco

Canto: El silencio de San José

Fiesta de San José en el Cuzco 2012

Video: Fiesta de San José 2012 en la Parroquia de San Esteban

¡Grande eres, José!

Video: Vamos a Jugar señor San José (Canto)

Video: Plegaria, canto a San José

Video: Canto a San José del Ministerio de Música Cristo Rey

Video: José de María inseparable

En casa de José de Nazaret

Casita de Nazaret (Canto a la Sagrada Familia)

Recordando a un gran apostol de San José. 100 años de su pascua al Padre

Jóvenes de San José

¿Qué decir? (Canto a San José)

Un fragmento de la obra "Canción de José"

San José una fuente de inspiración la vocación a la paternidad

La fuente número 100 del Vaticano, dedicada a San José

Joven Nazareno (Canto a San José)

San José (Canto a San José)

Video: Villancico de José

Video: San José, una historia de amor (Canto a San José)

Video: Tu mirada (Canto a San José)

En el Jubileo de los 100 años de un gran apóstol de San José, II Parte

En el Jubileo de 100 años de la partida de un apóstol de San José

Imágenes X Simposio Internacional sobre San José 2009

San José en el Simposio Internacional de Kevelaer 2005

San José en la pintura de Ricardo González Copado

San José en 'El pulso de la fe'

Conversación con San José / Rozmowa ze Świętym Józefem

Audio: La virtud de San José

Video: 18 de marzo de 2009 Meditación Josefina en el rezo de Vísperas de Benedicto XVI

Video: 19 de marzo de 2009 Palabra de vida dedicada a San José por el P. Jesús Higueras

Video: 19 de marzo de 2009 La actualidad de San José. Por José Luis Navas

Canto: 'Carpintero'. Un canto del cantautor católico Felipe Gómez

Benedicto XVI, Misa del 19 de marzo de 2009. Viaje Camerún-Angola.

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