Josefinos se encuentran con el
Papa después de la conclusión del Capítulo General
Ciudad
del Vaticano (Lunes, 03-09-2018, Gaudium
Press) En la mañana del viernes 31 de agosto, el Papa Francisco recibió 50
participantes en el Capítulo General de
la Congregación de los Oblatos de San José de Asti, conocidos como
Josefinos. El encuentro ocurrió en la Sala del Consistorio, en el Vaticano.
Al
inicio de su discurso, el Pontífice saludó al nuevo Superior General, Padre Jan
Pelczarski, y a sus Consejeros, recordando que la misión transmitida a ellos
por su fundador, San José Marello, "expresa
su carisma peculiar de reproducir, en la vida y en el apostolado, el ideal de
servicio como lo hizo San José en Nazaret, partiendo de la imitación de su
estilo de vida discreto, humilde y trabajador".
El
Santo Padre recordó la simplicidad de San José en su vocación de custodio de
María y de Jesús, permaneciendo siempre al lado de su esposa en los momentos
alegres y difíciles, estableciendo, con ella, una maravillosa familiaridad con
Jesús.
Los
Padres Josefinos son llamados a ser testigos en el mundo de un mensaje especial
y de una buena noticia confortadora: Dios se sirve de todos, de modo
particular, de los más pequeñitos, humanamente desprovistos, para implantar y
hacer crecer su Reino.
"Que la perspectiva de servir a Jesús
en la Iglesia y en nuestros hermanos y hermanas, con particular atención a los
jóvenes y más humildes, pueda siempre influenciar su vida y su alegría. El
Señor se sirve de ustedes para el bien de las almas. Por eso, los aliento a
continuar a vivir y a trabajar en la Iglesia y el mundo con las virtudes
simples y esenciales del Esposo de la Virgen María: humildad, intimidad con el
Señor, silencio y escondimiento, además del celo y obra en cumplir la voluntad
del Señor, en el espíritu y en la feliz síntesis del lema dejado por San José Marello:
'Cartujos en casa y Apóstoles fuera de casa'", afirmó el Papa.
El
Pontífice concluyó su discurso deseando que se mantenga siempre viva la
enseñanza del fundador de los Josefinos, que los lleva a mantener en sus Casas
religiosas un clima de recogimiento y oración, fomentado por el silencio y por
oportunos encuentros comunitarios. "¡El
mejor medio para construir un futuro sólido es la alegría de hablar a los
jóvenes sobre Jesucristo, leyendo con ellos el Evangelio y confrontarlo con la
vida!". (EPC)
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