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Noticias, historia, crónica, Magisterio, libros, música, arte y otros datos relativos al Protector de Iglesia en la web y fuera de ella.
miércoles, 21 de septiembre de 2011
Un blog dedicado a San José
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martes, 20 de septiembre de 2011
Índice de: El Propagador de la Devoción al señor San José (septiembre 2011)
Te ofrezco, a continuación, el índice y la portada de una revista josefina mexicana: El Propagador de la devoción al Señor San José. Revista iniciada en la Ciudad de México (1871) por el Fundador de los Misioneros de San José (19/IX/1872) el Padre José María Vilaseca (1831-1910).
2 San José: El servicio de la paternidad. P. Tarcisio Stramare, osj
6 El miércoles día de San José. P. Tarcisio Stramare, osj
10 El Propagador: 140 años 1871-2011. P. Salvador Osnaya Velásquez, m. j.
14 ¡Hey, chav@...! Acércate a los temas de la Jornada Mundial de la Juventud. P. Miguel Ángel Aguilar Manríquez, m. j.
16 Misioneros Josefinos: Actualización de sus Constituciones. P.Gabriel Rodríguez Celis, m. j.
18 Hermanas Josefinas – Provincia Santa Teresa. Hermanas Capitulares
20 Misioneros josefinos reciben la ordenación sacerdotal. P.Gabriel Rodríguez Celis, m. j.
22 Ordenación diaconal en San Juan del Río, Querétaro. Diác. Álvaro Frías Turrubiates, m. j.
23 Ordenación diaconal en León, Guanajuato. Diác. José Luis Ibarra de los Santos, m. j.
24 Tío João, Catequista y Misionero. P. Luis Alfredo Obregón, m. j.
25 P. Gabriel Camilo Morales, m. j., Llamado a la presencia de Dios. P. Eduardo Roque Morales, m. j.
26 “La Química” que encontró a San José. P. Máximo Vázquez Monroy, m. j
27 Verbito.
28 Votos Perpetuos en El Salvador, Centro América.
viernes, 16 de septiembre de 2011
Desde México, un nuevo libro de oraciones sobre San José
Precio: $60.00
Por ciento: $50.00
martes, 6 de septiembre de 2011
San Juan de la Rambla celebra a San José
Estimados feligreses:
Sebastián García Martín
06 de septiembre de 2011
Tomado de:
http://6865.blogcindario.com/2011/09/10907-san-jose-companero-de-viaje-fiestas-san-jose-2011.html
sábado, 20 de agosto de 2011
Un mensaje para los que sufren en la Fundación del Instituto San José
Discurso del Papa Benedicto XVI en su visita a la fundación Instituto San José
Esta noche, antes de la vigilia de oración con los jóvenes de todo el mundo que han venido a Madrid para participar en esta Jornada Mundial de la Juventud, tenemos ocasión de pasar algunos momentos juntos y así poder manifestles la cercanía y el aprecio del Papa por cada uno de ustedes, por sus familias y por todas las personas que los acompañan y cuidan en esta Fundación del Instituto San José.
La juventud, lo hemos recordado otras veces, es la edad en la que la vida se desvela a la persona con toda la riqueza y plenitud de sus potencialidades, impulsando la búsqueda de metas más altas que den sentido a la misma. Por eso, cuando el dolor aparece en el horizonte de una vida joven, quedamos desconcertados y quizá nos preguntemos: ¿Puede seguir siendo grande la vida cuando irrumpe en ella el sufrimiento? A este respecto, en mi encíclica sobre la esperanza cristiana, decía: “La grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre (…). Una sociedad que no logra aceptar a los que sufren y no es capaz de contribuir mediante la compasión a que el sufrimiento sea compartido y sobrellevado también interiormente, es una sociedad cruel e inhumana” (Spe salvi, 38). Estas palabras reflejan una larga tradición de humanidad que brota del ofrecimiento que Cristo hace de sí mismo en la Cruz por nosotros y por nuestra redención. Jesús y, siguiendo sus huellas, su Madre Dolorosa y los santos son los testigos que nos enseñan a vivir el drama del sufrimiento para nuestro bien y la salvación del mundo.
Estos testigos nos hablan, ante todo, de la dignidad de cada vida humana, creada a imagen de Dios. Ninguna aflicción es capaz de borrar esta impronta divina grabada en lo más profundo del hombre. Y no solo: desde que el Hijo de Dios quiso abrazar libremente el dolor y la muerte, la imagen de Dios se nos ofrece también en el rostro de quien padece. Esta especial predilección del Señor por el que sufre nos lleva a mirar al otro con ojos limpios, para darle, además de las cosas externas que precisa, la mirada de amor que necesita. Pero esto únicamente es posible realizarlo como fruto de un encuentro personal con Cristo. De ello sois muy conscientes vosotros, religiosos, familiares, profesionales de la salud y voluntarios que vivís y trabajáis cotidianamente con estos jóvenes. Vuestra vida y dedicación proclaman la grandeza a la que está llamado el hombre: compadecerse y acompañar por amor a quien sufre, como ha hecho Dios mismo. Y en vuestra hermosa labor resuenan también las palabras evangélicas: “Cada vez que lo hicieron con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron” (Mt 25, 40).
Por otro lado, vosotros sois también testigos del bien inmenso que constituye la vida de estos jóvenes para quien está a su lado y para la humanidad entera. De manera misteriosa pero muy real, su presencia suscita en nuestros corazones, frecuentemente endurecidos, una ternura que nos abre a la salvación. Ciertamente, la vida de estos jóvenes cambia el corazón de los hombres y, por ello, estamos agradecidos al Señor por haberlos conocido.
Queridos amigos, nuestra sociedad, en la que demasiado a menudo se pone en duda la dignidad inestimable de la vida, de cada vida, os necesita: ustedes contribuyen decididamente a edificar la civilización del amor. Más aún, son protagonistas de esta civilización. Y como hijos de la Iglesia ofrecéis al Señor vuestras vidas, con sus penas y sus alegrías, colaborando con Él y entrando “a formar parte de algún modo del tesoro de compasión que necesita el género humano” (Spe salvi, 40).
Con afecto entrañable, y por intercesión de San José, de San Juan de Dios y de San Benito Menni, os encomiendo de todo corazón a Dios nuestro Señor: que Él sea su fuerza y su premio. De su amor sea signo la Bendición Apostólica que os imparto a vosotros y a todos sus familiares y amigos. Muchas gracias.
Viaje apostólico a Madrid con ocasión de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud
Sábado 20 de agosto de 2011
Tomado de:
domingo, 3 de julio de 2011
Una hermosa imagen peruana de San José
viernes, 3 de junio de 2011
Poesía dedicada a San José
Esposo fiel de María,
bien protegiste esa flor,
santa fue tu compañía,
grande, muy grande tu amor.
Eres ejemplo de padre,
de los hijos protector,
de huérfanos y desvalidos
eres guardián y señor.
Carpintero nazareno,
de los obreros patrón,
da trabajo a los parados,
pon en el trabajo amor.
Padre y amigo cercano,
escucha nuestra oración:
no nos dejes de tu mano
hasta encontrarnos con Dios.
Reúnenos siempre en tu abrazo,
racimos de comunión,
una cadena fraterna
y un arco iris de amor.
03 de junio de 2011
Tomado de:
http://hermandaddesanjosetorreblascopedro.blogspot.com/2011_06_01_archive.html
domingo, 15 de mayo de 2011
Una meditación para el día del trabajo
domingo, 1 de mayo de 2011
El sentido del trabajo en San José
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=14449
viernes, 1 de abril de 2011
Índice de: El Propagador de la Devoción al señor San José (abril 2011)
jueves, 31 de marzo de 2011
El día de San José Obrero será beatificado Juan Pablo II
lunes, 21 de marzo de 2011
Desde Oruro, Bolivia un artículo dedicado al José de Juan Pablo
domingo, 20 de marzo de 2011
La actualidad de José como Custodio del Redentor
Los medios de comunicación social nos informan diariamente acerca de las graves turbulencias que sacuden a la humanidad y sobre los sufrimientos de la Iglesia, que comprometen el desarrollo, demostrando que aún hoy tenemos numerosos motivos para orar a San José. La renovada actualidad del santo se extiende en su ayuda de defensa de lo externo a la obra interna de revitalización. Toda la Custodio del Redentor (Redemptoris Custos) está focalizada sobre la economía de la salvación, en la cual san José fue junto con María, singular “ministro”. Así lo presentó la predicación apostólica, de la que dan testimonio los evangelios allí donde éstos describen “los inicios de la Redención”, es decir, “los misterios de la vida oculta de Jesús”, los mismos misterios que la Iglesia revive en el ciclo anual de su celebración litúrgica. De ellos José ha sido ministro fiel “mediante el ejercicio de su paternidad” (n. 8).
Que de San José se intente evidenciar sobre todo el ministerio, aparece ya en el título de la Exhortación Apostólica. Custodio (custos), de hecho, no quiere opacar la paternidad que el documento defiende expresamente como auténtica, sino por el contrario quiere subrayar la función, que es aquella del servicio, como de hecho debe ser para toda paternidad. Esto es una clara invitación para aquellos padres que hoy se arrogan el derecho dominar sobre la vida de los hijos como si fueran un producto suyo. La vida del hombre está en las manos de Dios, al cual le pertenece absolutamente el título de Padre (cfr. Mateo 23, 9).
De esta paternidad divina San José ha sido aquel que ha experimentado en modo particular la ministerialidad: excluida la generación por motivo del origen divino del Hijo, él asumió, sin embargo, los deberes más fuertes de la paternidad, es decir, la acogida, la educación de la prole, elementos que forman parte, junto a la generación, de la naturaleza de la paternidad humana, como enseñaba santo Tomás. Ya Orígenes escribía: “Aunque no tuvo que ver nada en su generación, José le dedico el servicio y el amor. Y por este servicio fiel, es que la Sagrada Escritura le ha concedido el nombre de ‘padre’”.
Juan Pablo II considera la paternidad de San José exactamente como un servicio, del cual tenía necesidad la debilidad de la humanidad de Jesús sobre todo en el período de su vida oculta —“Custodio del Redentor”— y “ministro de la salvación”. Este perfil del santo es el mismo que debe distinguir y definir a la Iglesia. De frente a la actualmente difundida crisis de “identidad”, que no la ha perdonando ni siquiera a ella, "es necesario reconsiderar la participación del Esposo de María en el contexto que permitirá a la Iglesia reencontrar continuamente su propia identidad” (n. 1).
Si ya el calificativo de custodio es significativo para designar la función de la paternidad humana, tanto más lo es si ésta tiene como termino no un simple hombre, sino el Redentor. La figura y el rol de San José, de hecho, habrían podido ser exaltados con el título de “Padre del Verbo” o “Padre de Dios”, expresiones ya presentes en la liturgia, o con las expresiones más familiares y largamente difundidas en el himno latino Dios te salve, padre del Salvador; Dios te salve, Custodio del Redentor. ¿Por qué no elegir entonces en la combinación de estos dos títulos aquel de Padre del Salvador, que hubiera sido más elocuente? Evidentemente porque “custodio” se adaptaba mejor al contenido del documento pontificio, que pretende presentar a San José como “ministro de la Salvación”.
La pregunta entonces, es otra: ¿Por qué Juan Pablo II quiso presentar a San José como “ministro de la Salvación” cuando más bien exalta y valoriza la paternidad? La respuesta se debe buscar en la elección fundamental de su Magisterio, que es el tema de la Redención. Ya que la redención de la humanidad es la prueba del amor de Dios por “su imagen” (Génesis 1, 27), asumida por su mismo hijo en la Encarnación, y allí todos deben tener parte. El Papa dirige su Exhortación a toda la Iglesia, recordándole cual es su identidad y proponiéndole un modelo concreto: justamente San José.
La afirmación de Juan Pablo II, según la cual debe “crecer en todos la devoción al Protector de la Iglesia Universal”, se centra en el crecimiento del “amor al Redentor, al que él sirvió ejemplarmente. Justamente este “sirvió” es el perfil de la figura de San José, siempre presentado en los evangelios como atento y fiel cumplidor de los mandatos de Dios transmitidos por un ángel en sueños. Santo Tomás traza este perfil con dos palabras: “ministro y custodio”. Se comprende entonces por qué a la invocación del patrocinio, la Iglesia deba asociar, coherentemente, la necesidad de imitar a su protector, “un ejemplo que supera los estados de vida particulares presuponiendo a toda la comunidad cristiana, cualquiera que sean en ella las condiciones y los deberes de cada uno de los fieles.
P. Tarcisio Stramare, Oblato de San José (osj)
sábado, 19 de marzo de 2011
Una reflexión sobre San José como patrono de la Iglesia
San José, patrono de la iglesia
Celebramos hoy a San José. Hoy seguro que no es abstinencia. San José, al recibir el encargo de hacer las veces del padre de Jesús, no supuso que se le iba a venir encima tanto trabajo. Pío nono lo declaró patrono de la Iglesia Universal (menudo trabajito), es patrono de los seminarios y las vocaciones sacerdotales, de la buena muerte, patrono de los niños en el seno de su madre,… y de todo lo que podamos imaginar. Pero de una respuesta generosa a una llamada se supone la respuesta agradecida a todas las que vengan del Señor.
“Cuando José se despertó, hizo lo que le habla mandado el ángel del Señor.” Esta simple frase define lo que es toda la vida de José. Hoy quisiera que reflexionásemos sobre las vocaciones al sacerdocio, pues el Señor sigue llamando, pero muchos no tienen la misma disposición de San José, sino que cuando se despiertan, se dan la vuelta y siguen durmiendo.
Es una necesidad de toda la Iglesia, de cada uno, sea importante o el último de Filipinas, el rezar por las vocaciones en la Iglesia, y especialmente por las vocaciones sacerdotales.
No están los tiempos para tonterías. Hacen falta sacerdotes santos, entregados, desprendidos, hombres de hoy, con los pies en la tierra y la cabeza y el corazón en el cielo. Que sean personas. A cada uno se le ocurrirán muchas cosas, pero así a vuela pluma, se me ocurre: Personas que sepan que sólo van a hacer lo que Dios quiera, sin mérito ninguno por su parte. Que su vida será anónima excepto a los ojos de la feligresía que el Obispo le encomiende y de los ojos de Cristo. Personas enamoradas del Señor que no busquen otros amores ni compensaciones, pues están rebosando del amor de Dios. Personas que no les importe “perder el tiempo” escuchando a los que se encuentra y escuchando a Dios en largos ratos de oración. Personas que amen el ser pobres, pues si han entregado su vida no quieren guardarse nada más, y lo que uno no necesita lo entrega a quien le haga falta. Personas que no busquen “puestos” pues de poco valdría estar muy alto si estás muy lejos de Cristo. Personas que no tengan miedo a testimoniar su fe, por fuera y por dentro; y junto con su fe su entrega, su dedicación, lo que es su vida. Personas que no saben lo que son las vacaciones, pues Dios no se las toma, y cuando descansa, descansa en el Señor. Personas que madruguen pues el amor de Cristo es quien les mete prisa. Personas que se encuentren cómodas -no acomodadas-, en un barrio rico y en un arrabal de la periferia o un pueblo de cuatro habitantes, pues mientras tengan el Sagrario siempre están bien acompañados. Personas que no juzguen, ni siquiera a sus Obispos o a los políticos, pues aprendemos que sólo juzga Cristo. Personas con espaldas anchas para cargar con los pecados que escucha en el confesionario y dejarlos en las manos de Cristo. Personas que saben reír y que saben llorar, que saben querer a sus enemigos y escuchan los insultos como jaculatorias. Personas que se saben las últimas y sólo esperan la misericordia de Dios para cumplir -un poco-, con el don que han recibido. Personas que sepan que perdiendo la vida es como se gana. Personas que rezan y muevan a los demás a la oración. Personas que cargan con los achaques de los más débiles y que no retiran el hombro ante la carga. Personas que nunca fracasan pues cada alma vale toda la sangre de Cristo, y si algo no sale después de poner mucho esfuerzo, es porque Dios no lo quiere, luego no pasa nada. Personas que obedecen, pues el mejor lugar es donde les pone Dios; y personas que saben mandar pues su misión es que Cristo crezca y ellos disminuyan. Personas que se saben parte de un presbiterio y están siempre cerca de sus hermanos sacerdotes, especialmente cuando sufren o se ven abrumados por su debilidad. Personas que se muevan con la misma naturalidad entre los salones de los acomodados y las cárceles. Personas que no tengan doblez ni muchos discursos, pues su palabra es siempre del Evangelio. Personas que sepan expiar los pecados del mundo y no tengan miedo al hambre o a ser mal mirados. Personas enamoradas de la Virgen, con el rosario en el bolsillo, en la mano y en la boca, pues muchas veces tenemos que descansar en el seno de la madre, para volver a bregar. En definitiva, personas que sean personas de Dios.
A San José se lo encomendamos, y a nuestra Madre la Virgen, seguro que hay un montón de personas así… aunque ellos no se hayan dado cuenta. Que no tengan miedo a decir que sí.
19 de marzo de 2011
Comentario a la liturgia del día de Archimadrid
Tomado de:
http://estaesnuestracasa.blogspot.com/2011/03/san-jose-patrono-de-la-iglesia.html
Una felicitación para el Papa en la fiesta de su santo
Tomado de:
http://www.vatican.va/news_services/or/or_quo/text.html#2
viernes, 18 de marzo de 2011
Decreto de la Diócesis de Santander sobre el día de San José
1. Mantener el día 19 de marzo, solemnidad de San José, como fiesta de precepto.
2. Dispensar del descanso laboral a los que se vean obligados a desarrollar su jornada laboral.
3. Pedir a los Párrocos y Rectores de Iglesias que ordenen los horarios de Misas como los domingos y fiestas de precepto, para que los fieles puedan participar fácilmente en la Santa Misa.
Dado en Santander, a 26 de febrero de 2011.
Por mandato de su Excia. Rvdma.
Isidro Pérez López
Canciller-Secretario
jueves, 17 de marzo de 2011
Fiesta en honor de San José en Colmenar Viejo
• 19.30: Misa y Triduo en Honor a San José.
Preside: Toño Casado (Vicario Parroquial de San José)
Ameniza Coro: “Colmenar Canta”.
• Presentación Fiestas: Jaime Hernández Mansilla.
• A continuación: Inauguración del Rastrillo Solidario.
(La recaudación del Rastrillo este año irá destinada al “Comedor Social San José”)
Viernes, 18 de Marzo:
• 19.30: Misa y Triduo en Honor a San José.
Preside: Antonio del Amo Camacho (Párroco de San José)
Ameniza Coro: “Escuela Municipal de Música”.
• 20.30: Bailes Regionales Interculturales (Escenario C/Isla Fuerteventura).
• 21.30: Cena de Gala para “Jóvenes”. (Apuntarse en el Despacho de la Parroquia)
Sábado, 19 de Marzo:
• 10.00 – 12.00: 1º Concurso de Tortillas (Rastrillo Solidario). Llevar las Tortillas en este horario.
• 11.00 – 13.00: Actividad-Talleres con niños (Cruz Roja Juventud)
• Castillos hinchables (C/ Isla Fuerteventura)
• 13.30 H. Entrega del Primer Premio del Concurso de Tortillas. (Rastrillo Solidario)
• 17.00 H. IV Milla Urbana Solidaria de San José (Avda. de los Remedios). Los participantes contribuirán con
alimentos no perecederos para el Comedor Social (Leche, Aceite, galletas y latas de verduras)
• 17.00: Concurso de Wii.
• 17.00 – 19.00: Actividad con los niños (Cruz Roja Juventud) y Castillos Hinchables.
• 19.00 H. Entrega Premios IV Milla San José Solidaria (Escenario C/ Fuerteventura).
• 19.30: Misa y Triduo en Honor a San José. Preside: Antonio García Rubio (Primer Párroco de San José)
Ameniza Coro: “ACA. Los Monegros” (Misa Baturra).
• 20.30: Concierto Música Renacentista y Zarzuela. “Coral El Canto” de Colmenar Viejo.
• 22.00: Noche Temática para Familias (Es imprescindible apuntarse en el Despacho Parroquial antes del domingo 13 de marzo).
Domingo, 20 de Marzo:
• 10.30: Misa.
• 12.00: Misa Solemne.
Preside: D. Javier Cuevas Ibáñez (Vicario Episcopal).
Ameniza: Coral de Colmenar Viejo.
Dra. Maria Paz Alonso Vega.
• 13.00: Procesión por las calles del barrio acompañada por los Dulzaineros:
Itinerario: Salida por C/ Pino hacia Matacán, Islas Canarias, C/ Juan González del Real, C/ San José y entrada por la Calle del Pino.
• 14.30: Pincho de Paella y Limonada.
• 19.30: Misa.
• 20.00: Sorteo Rifa y Clausura de Fiestas.
RASTRILLO SOLIDARIO (17 al 20 Marzo)
Proyecto: COMEDOR SOCIAL SAN JOSÉ
• Inauguración: Jueves, 17 de Marzo a las 20.30 h.
• Horario:
Mañanas de 10.00 a 14.00
Tardes de 17.00 a 22.00