El primero de mayo de 1955
En 1955 la Iglesia propuso, oficialmente, la figura de San José como modelo de los trabajadores. Se introducía, así, una perspectiva religiosa en una jornada cuyo origen se remontaba al 1 de mayo de 1890, día en el que simultáneamente los trabajadores de varios países, por primera vez, pedían con manifestaciones públicas, la reducción del horario de trabajo a ocho horas. Nacerá, así la fiesta del trabajo, que la Iglesia quiere iluminar con la ejemplaridad del artesano de Nazaret, al quien fue confiado el mismísimo Trabajador Divino.
El Evangelio define muchas veces a San José, hombre justo.
La tradición de la Iglesia lo califica como Nutritor Domini (la frase italiana “padre putativo” es de tipo jurídico, el título latino indica más bien los deberes de seguridad, educación humana y tutela ejercidos por quien siguió de cerca el crecimiento de Jesús).
Para encontrar las primeras alusiones a un culto público oficial difundido debemos llegar al siglo XI. La fecha del 19 de marzo, como memoria litúrgica de San José, es señalada por primera vez en un martirologio del siglo VIII, originario, probablemente de Francia septentrional o de Bélgica. El motivo de la opción de esta fecha es desconocido. Cierto estudioso la remonta a una fiesta que se celebraba en Roma en honor de Minerva y que era señalada, justamente, el mismo 19 de marzo. Tal solemnidad, en Roma, era la fiesta de todos los artesanos, una especie de gran fiesta trabajadora, casi una anticipación de nuestro primero de mayo.
Desde la antigüedad, por tanto, la Iglesia había asociado la figura de San José al trabajo. De la segunda mitad del siglo XV la figura del santo adquiere siempre mayor relieve, como da testimonio el continuo grado de crecimiento de la memoria litúrgica. Mas para una conexión explícita con el mundo del trabajo debemos esperar el año 1937, cuando el Papa Pío XI en la encíclica, Divini Redemptoris, presenta a San José como modelo y patrono de los obreros.
El 1 de mayo de 1955 el Papa Pío XII se dirigía a las ACLI (Asociaciones Cristianas de Trabajadores Italianos) en el décimo aniversario de su fundación. Estamos en la tercera fase del largo pontificado del papa Pacelli (Pío XII) y, después los duros contrastes con los regímenes fascistas y nazistas, después del ciclón bélico, la acción del Papa muestra una precisa opción pastoral para la reordenación del mundo católico en un decenio de veloces cambios: la creciente urbanización, la afirmación de la industria y la perdida del peso del artesanado y la agricultura, la difusión de costumbres y modelos de vida extraños a la cultura católica italiana, y los presagios de una mejoría económica que habría tocado el culmen en los sucesivos años sesenta.L’Osservatore Romano daba así la noticia: “La presencia de Cristo y de la Iglesia en el mundo obrero. El 1 de mayo solemnidad cristiana” Las fotos de la época presentan un panorama extraordinario: Plaza San Pedro estaba llena y la multitud, llenaba también la plaza Pío IX, desbordaba a lo largo de la Via de la Conciliación.
Pablo VI y la fiesta del 1 de mayo.
Celebrando el décimo aniversario de la fiesta, el 1 de mayo de 1965 el Papa Paolo VI motivaba sobre un plano exquisitamente teológico la decisión de poner un fuerte sello cristiano sobre una fiesta que había encontrado en otro lugar sus orígenes: esto es coherente con el genio teológico del cristianismo, “el cual descubre en toda manifestación auténtica de la vida un campo siempre posible y casi predispuesto a la economía de la Encarnación, a la penetración de la divinidad en lo humano, a la infusión redentora y elevante de la gracia”.En los inicios del nuevo milenio nuevos temores se presentan sobre el futuro de quien ya trabaja y de las generaciones que vendrán a cuyas mentes, a cuyas manos, a cuyas energías trabajadoras será confiada la creación: a todos la Iglesia vuelve a proponer la intercesión de San José, hombre justo, discreto y trabajador, que mejor que cualquiera supo conjugar la acogida plena del misterio con la plena responsabilidad humana hacia el prójimo, el mundo y la historia.
Traducido del original en italiano que aparece en :
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