Un breve pensamiento en el Centenario
de la pascua de un gran apóstol de San José
La afirmación del P. José María Vilaseca, en la postrimería de su existencia terrenal, ese significativo ‘sí’, al serle notificada la bendición del Papa; esa última palabra salida de sus moribundos labios, es la clara conciencia de haber hecho siempre y en todo la voluntad de Dios; por lo cual su representante en la tierra lo bendecía; como si Jesús, María y José le dijeran: “Bien, siervo bueno y fiel… entra en el gozo de tu Señor!” (Mateo 25, 21).
Los Institutos Josefinos se alegran en esta ocasión al considerar las palabras de la Carta a los Hebreos que se refieren a Cristo Jesús, pero que, en algún modo, pueden referirse al P. Vilaseca: “Teniendo un sumo sacerdote que penetró y está en los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, mantengamos firme la fe que profesamos.” (Hebreos 4, 14).
Monseñor Hermenegildo Ramírez Sánchez, m. j.
Obispo Emerito de Huautla de Jiménez, Oaxaca.
Obispo Emerito de Huautla de Jiménez, Oaxaca.
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