La duda
Como la duda no hay ninguna,
te corroe y te traiciona
tristeza y enojo es lo que te ocasiona.
¡Qué alegría y fortuna de tener una esposa,
a una mujer parecida a una rosa!
Una gran duda me surgió
al ver que un nuevo botón
brotaba sin mi cultivo.
¡Duda!, ¡Sí! ¡Es lo que sentí
cuando me dijo que tendría un Hijo!
¡Duda! ¡Sí! ¡Porque yo no me sentía capaz
de cortar un pétalo de tan hermosa rosa!
¡Duda!, ¡Sí!¡Porque el enviado del Señor,
en sueños, me dijo que ese hijo sería el Redentor!
¡Que no tuviera temor
y que lo viera con amor.
¡Que no tuviera duda, como María
no hay ninguna, es la Madre del Señor!
Misericordia manifestó el Señor,
por medio de mí.
¡Que no dudara! ¡Que la aceptara!
¡Que la amara!
¡Duda!, ¡Sí! Como la duda no hay ninguna,
te corroe y te traiciona
tristeza y enojo es lo que te ocasiona.
Edgar Martínez Huaso
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