En la iconografía antigua y moderna: San José patrono.
El papel de patrono ha sido honrado con varios temas iconográficos, de algunos de los cuales se intenta hacer un elenco. Un estampita relativa al cincuenta aniversario de la proclamación de San José como patrono de la Iglesia universal (1870-1920) transmite en forma sintética y universal la función del santo, presente como modelo y destinatario de un mensaje espiritual proyectado en el espacio y en el tiempo. Benedicto XV ofreció el Motu proprio “Bonum Sane” el 25 de julio de 1920, en el que se afirmaba: “Fue una cosa buena y saludable para el pueblo cristiano que Nuestro antecesor de inmortal memoria Pío IX decretara al castísimo esposo de María virgen y custodio del Verbo Encarnado, San José, con el título de Protector de la Iglesia Universal; y ya que de este gran acontecimiento el próximo diciembre se celebrará el cincuenta aniversario, estimamos muy oportuno que éste sea celebrado por todo el mundo católico con solemne conmemoración”. El pontífice consideraba a San José como el camino más breve de la santidad: “Por medio de José somos conducidos directamente a María y mediante María a la fuente de toda santidad, Jesús”.
El patrocinio del santo invocado no sólo de las clases artesanas que desarrollaban actividades relacionadas a la madera y al hierro, reunidas en Confraternidades, Universidades, Compañías, algunas de las cuales están hoy activas, sino también de trabajadores de otros sectores que se dirigían a él su propia plegaria, como por ejemplo los pescadores que le pedía un buen tiempo —un patrocinio meteorológico, pero también de los afectos más queridos—, los agricultores que pedían que retirara la lluvia, en ocasiones dañina para los cultivos.
El patrocinio del santo invocado no sólo de las clases artesanas que desarrollaban actividades relacionadas a la madera y al hierro, reunidas en Confraternidades, Universidades, Compañías, algunas de las cuales están hoy activas, sino también de trabajadores de otros sectores que se dirigían a él su propia plegaria, como por ejemplo los pescadores que le pedía un buen tiempo —un patrocinio meteorológico, pero también de los afectos más queridos—, los agricultores que pedían que retirara la lluvia, en ocasiones dañina para los cultivos.
Recordamos, ahora, el patrocinio de la Buena Muerte, un tema iconográfico que ha visto numerosas y apreciables constataciones, y generalmente figura en los ciclos iconográficos relativos al santo. Narrado en la Historia de José el carpintero, el episodio y el texto fueron dados a conocer por el dominico Isidoro de Isolani en su obra Summa de donis Sanctae Joseph de 1522; contemporánea es la aparición del tema en la iconografía.
Otras circunstancias, posteriormente dieron lugar a representaciones particularmente originales; en Prato se conserva un cuadro del pintor Giuseppe Catani (1866-1945), titulado: “El patrocinio de San José”: En el cual se distinguen, bajo el santo en la gloria con el Niño Jesús, figuras representativas de varias categorías sociales, sobre el fondo de la ciudad, identificada por la característica torre de la Catedral, mostrando la interpretación del tema del patrocinio con férvida fantasía, en una visión larga y profunda.
Como conclusión de este recorrido se examina “La intercesión de San José” (que ilustra este artículo), del siciliano Nicola Mineo, de 1755, expresión de una devoción local de la cual no ha quedado documentación; se trata de una tela ubicada en la iglesia de Santa María de los Griegos en Vizzini (Catania, Sicilia), en la que vemos a los devotos exponer sus propias peticiones. Entre las numerosas cartas recogidas por los ángeles, algunas de las cuales son escogidas y puestas bajo el Niño Jesús. En alto, el Eterno Padre indica a San José, como intercesor, a quien deben destinar las propias peticiones hechas con anterioridad.
Stefania Colafranceschi
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Tomado de: Vita Giuseppina (Vida Josefina). Año CXV, N. 7, septiembre-octubre 2009, p. 14.
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Traducción del italiano: P. Óscar Alejandro, m. j.
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