4º de Adviento
San José, hombre justo y bueno, que no bonachón; que te abriste al valor de la confianza en Dios, y del silencio en medio de la tormenta suscitada por el embarazo de María.
Hombre tierno y cariñoso para prodigar caricias a Jesús, valeroso y decidido en la defensa de él y de su madre.
Enséñanos a hablar desde el silencio a Dios y a nuestros hermanos, a velar por ellos y derrochar ternura en sus momentos de apuro, a defender a los Jesús y María que Dios pone en nuestro camino.
Cardenal Carlo María Martini
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